FORBIDDEN WAR [STONY & SPIDEYPOOL]

El comienzo

Base Lunar de SHIELD - 12:00 p.m.

El cielo estrellado que reflejaba la galaxia en el cristal de vidrio de la base hacia recordar al segundo después de que la guerra infinita haya terminado. Tiempos de paz habitaban ya en la Tierra, y las personas continuaron con sus vidas normales luego de ello. Pero aun así había algo intranquilo en la conciencia de Fury, algo que no lo dejaba dormir. Él creía que todos aquellos sucesos que por dos años lo dejaron impacientes de paz, era imposible que terminasen de tal manera. Pero de igual forma ocultó este sentimiento, al igual que el resto que lo solía dejar impaciente, en el eterno cofre de su mente. Para él era causa de tener un alma insaciable de retos. Y tal vez lo era.

Repentinamente todas y cada una de las alarmas de la base de SHIELD parecieron ponerse de acuerdo para despertar después de un largo sueño. Sonando con desesperación, oel día que Fury había temido tanto había llegado y esto sólo confirmó que sus presentimientos estaban en lo cierto. Cerró los ojos y respiro profundamente. 

-Director Fur-

-Llama a Coulson.

New York, Torre Stark - 9:00 a.m.

Desde las perspectiva de una gota, es posible decir mucho. Ellas caen. Toman la forma de lo que tocan. Giran. Se tropiezan. Se quedan quietas. Chocan con otras gotas. Se forman en una más grande. Y finalmente caen al suelo. Imagínense, tres millones de gotas repitiendo, al mismo tiempo, la misma acción -Pensó Stark. Y era cierto, las gotas recorren lo que el destino les indica recorrer. En este caso, las gotas recorrían una por una, y al mismo tiempo, su cuerpo. Chocan con fuerza entre sus cabellos, bajan por su frente, pasan por sus ojos, tocan su nariz, resbalan en sus labios, éstas caen en su pequeño pero marcado pecho hasta sus abdominales. Por estos, caen como si de una escalera se tratase, musculo por musculo, hasta su pelvis. Las gotas se pierden entre el corto vello, cruzan la avenida genital, y caen al suelo. Algunas, mientras tanto, deciden perderse entre las grietas de sus cicatrices en la espalda, causadas por la guerra, y bajan por toda su espalda, hasta la linea que separa las sierras del suelo árido. Bajan por sus piernas, navegan por sus gemelos, y continúan hasta sus tobillos. Su cálido cuerpo, desprendía una pequeña linea de vapor, hasta mezclarse con la otra gran masa de neblina que ocupaba por todo el baño. Cierra la canilla, y toma la toalla que hay al lado de la ducha. Se mira en el espejo. Un fuerte Tony Stark sonreía ante la mirada del espejo. Le gustaba lo que veía, realmente lo hacía. Toma con fuerza su toalla, y la fricciona de manera desacelerada. Pasa su mano desde su abdomen hasta su pecho, y roza hasta llegar a colocarla en su espalda baja.

Stark se siente bien y, particularmente, su cuerpo siente necesidad ese día. Es como cualquier otro día sólo que hay algo muy profundo en él que está despierto, siente una vitalidad que hacía ya un tiempo que no aparecía para molestarlo. Stark acarició su cuerpo con cuidado, ya que nada en el mundo en ese día particular y corriente podría interrumpirlo. El calor se hacía más intenso y la sangre empezó a agolparse entre sus piernas.

Stark tomó su miembro y comenzó a masturbarse. Se encontró pensando en una persona y sólo en una persona a medida que movía su mano de arriba a abajo. Eso sólo hizo que la temperatura de su cuerpo suba más y más. Nada podía hacer que este placer terminara. O al menos eso creía él. El timbre de la puerta suena. Él gira rápidamente la cabeza en dirección a la puerta del baño. Se muerde los labios de furia. Suelta su erecto miembro, se pone la toalla con mucha fuerza y enojo. Su momento había terminado.

-Justo ahora... tiene que ser una broma -refunfuña mientras sale del baño- ¡Jarvis!

- ¿Sí, señor Stark?

-Imagen de la entrada.

Un gran holograma suspendido en el aire muestra la imagen de la entrada principal. Un hombre vestido de traje y corbata, lleva consigo bajo el brazo lo que parece ser un archivo.