Mentiras y un nuevo amor

1K 78 3
                                    

-¿Acaso no te diste cuenta de que te estaba llevando a su manada para comprometerse contigo, sabes si quiera lo que un primer beso significa para los lobos?

-Claro que lo sé, el primer beso lo dará el hombre que será el primer y único lobo que estaría contigo toda tu vida. Pero Sam no me dijo nada de eso, él me dijo que iríamos a otros lugares.

-La vez que te pedí ese beso, solo quería comprobar hasta que punto podía soportar que otro chico se acercara a ti. Aunque no tardó en darse la vuelta e irse, cuando creyó que aceptarías. Te abandonó, porque ya no le importabas, creía que ya diste tu primer beso. Pero cuando le dijiste que no pasó nada, volvió a su plan inicial. Los lobos de las nieves están en peligro de desaparecer, así que necesitan a otros integrantes para que no se pierda su manada. Te casarías con él, y acabarías siguiendo de nuevo las normas, para aquello para lo que te educaron desde el principio, yo te he salvado.

-Todo este tiempo, solo...¿me ha estado mintiendo, llevándome por donde el quería?

-Y lo hubiera conseguido si tus hermanos no os hubieran encontrado. Llevo mucho más tiempo observándote del que te imaginas, y cuando Sam me contó lo que quería, hizo un trato conmigo.

-¿Un trato?¿Qué trato?

-Borrarte los recuerdos en cuanto estuvierais allí, así te olvidarías de tu familia y de los demás, y no dudarías en hacer lo que él que quería.

-Solo me ha estado manipulando, y yo le quería salvar...-entré de nuevo en la habitación y me senté en la orilla de la cama, apretando fuertemente los puños y mordiéndome el labio-Debería haber muerto.

-Ahora eso da igual, todavía vas a tener que aprender mucho, y yo te ayudaré.-Se acercó a mí y me dio un beso en la frente-No te preocupes de nada, yo te cuidará muy bien.

Pasaron tres años desde que estoy aquí, y cumplí la mayoría de edad. Me acostumbré al modo de vida de un demonio y descubrí que Daniel era una persona increíble. Me cuidaba, me protegía y me quería mucho y yo también empecé a enamorarme de él. Me gustaba su compañía, sus besos, sus abrazos, sus caricias...con él poco a poco me fui olvidando de mi familia y de todo el daño que me causaron durante tanto tiempo. Ahora vivía como un demonio más del submundo, alimentándome de las almas de la gente con la que hacía tratos, me gustaba el sabor y me divertía la manera en las que lo conseguía, mayoritariamente las cogía en fiestas privadas de famosos, o de otro tipo. Donde la gente bebía mucho, y así no se acordaría al día siguiente de quien era ni de lo que hizo, era un modo perfecto. Además cumplí mi sueño de visitar muchos lugares nuevos y conocí a muchas otras personas. Me acostumbré a mi nuevo aspecto, siempre mantenía recogido mi pelo en una trenza o en una coleta, también tenía unos colmillos, más pequeños que los que tenía antes, pero suficiente para morder. Mi agudo olfato también desapareció, pero conservaba un muy bien sentido auditivo, al igual que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad. Al principio Daniel, se mantuvo un poco más reservado ya que yo todavía no sentía lo que siento ahora por él. Hace algo más de un año, nuestra relación se volvió más íntima, pasamos de pequeños besos, a unos más apasionados...y jugábamos a otro tipo de juegos más personales. Y ahora estaba aquí, tumbada sobre la cama leyendo un libro cuando apareció de repente en la habitación.

-Creí que llegarías más tarde.-Se subió a la cama y gateó hasta mí, dándome un beso.

-Quería llegar pronto para estar contigo. Además la gente piensa cada vez menos las consecuencias y es más rápido.-Pasé mis manos por detrás de su nuca, y lo tiré hacia mí, besando de nuevo esos cálidos y dulces labios adictivos, para mí.-Estás muy cariñosa...¿no?

-Esta semana apenas hemos tenido tiempo para nosotros, y ya que has venido pronto tal vez...podamos un jugar un poco.

-Me gusta esa idea.-Empecé a desabrochar su camisa, mientras nos seguíamos besando intensamente, sintiendo su lengua acariciar la mía y su cálida aliento chocar contra mis labios, haciéndolo irresistible. Pero de repente sentí algo que se subió a la cama y cuando me separé de Dani, vi a ese condenado gato de nuevo.-¿Qué ocurre?¿Hum?-Él también se dio la vuelta y cuando vio al gato lo cogió y lo tiró hacia la puerta.- Lárgate Blaire.

-Deja de molestar y ocúpate de tus asuntos.

-Miau, yo solo quería visitar a mi querido Daniel, pero estás tú aquí.-El gato negro empezó a transformarse, en una chica de unos veinti y algo de años, de pelo morado oscuro, ojos oscuros, y que iba vestida con un vestido negro, bastante escotado, y llevaba encima de la cabeza, un sombrero de bruja negro, ya que es lo que era.

-¿Por qué no vas a molestar a otro? Dani ya está ocupado conmigo.

-Por ahora, miau...¿por qué no dejas a esa niñata y vienes conmigo?

-Como no salgas de aquí en cinco segundos, me encargaré yo mismo de matarte.-Su voz era amenazante complemente, incluso yo me sorprendí al escucharlo así. Pocas veces lo vi enfadado, pero cuando lo estaba daba miedo.

-No, no quiero morir todavía, nos vemos.-Salió corriendo y cuando ya no la escuchamos más se volvió a girar hacia mí.

-Recuérdame cerrar la puerta con llave, todos los días.

-Si...-Lo volví a besar.La odiaba muchísimo, siempre estaba detrás de Dani, y cada vez que estábamos juntos venía y nos molestaba. La mayoría de las veces, quien la amenazaba era yo, pero esta vez Dani se me adelantó y parecía más molesto que yo. Se colaba en la casa, por cualquier lado. Pero desaparecía al día siguiente, al menos eso era bueno. Mientras nosotros seguíamos a lo nuestro, le quité la camisa, pasándola por sus hombros lentamente hasta sacársela, y la tiré fuera de la cama, sentí sus manos meterse por debajo de mi camiseta, y como sus labios pasaron por mi cuello, besándolo lentamente. Iba a quitarme mi camiseta para estar más cómoda cuando alguien de repente llamó a la puerta. Dani se enfadó más y le pegó un puñetazo al cabecero, haciendo una agujero en la madera. Ahora si que tenía miedo, se levantó y cogió su camisa.

-Te juro que voy matar a alguien, ya puede ser bueno.-Poniéndosela de nuevo.-Ahora vuelvo.

-Te espero.-Salió de la habitación y bajó las escaleras. La fuerza que tenía era impresionante, pero perdía la paciencia muy fácilmente. Al rato volvió, pero parecía bastante preocupado.-¿Qué ha pasado?

El Pacto del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora