El Pacto del Demonio

Recuerdos inolvidables

Aprovecharía que me mandaron ir, para que Dani no sospechara nada de que me había escapado. Tardé un buen rato en llegar, pero ustamente cuando estaba amaneciendo llegué hasta su territorio, y cuando me acerqué a su aldea, dos lobos blancos me pararon y parecían querer atacarme en cuanto me vieron.

-¿Qué haces aquí?-Alzaron sus orejas hacia arriba, y me enseñaron sus colmillos. Señal de que no dudarían en atacarme. Para demostrarles que no era una amenaza, bajé la cabeza y las orejas.

-Tengo que hablar con Sam. Me ha enviado un demonio, Erik.

-La conozco, está conmigo.-De repente escuché su voz y cuando me giré hacia atrás lo vi de nuevo, incluso yo estaba soprendido de verlo. Los lobos no dijeron nada más y él empezó a andar, yo le seguí hasta llegar a una pequeña casa de madera que estaba un poco más alejada de la aldea de la manada, cambió su forma y entró y yo hice lo mismo. No sabía como reaccionar después de tres años, y después de todo lo que creía saber de él ahora era mentira. Iba a hablar cuando de repente sentí que me abrazó con fuerza, y volví a sentir esa sensación cálida en mi cuerpo.-Me alegro tanto de ver que estás bien. Perdóname, por todo. No quería que nada de esto pasara.

-Sam...yo...-Lo aparté, por que de alguna manera es como si lo hubiera traicionado.

-Lo sé, ese demonio me ha contado que Daniel está todavía contigo.-Algo deprimido.

-No es eso, yo ahora...no sé con quién estoy, ni quién soy, hace menos de doce horas, era un demonio y ahora he vuelto a ser un lobo, estoy tan confundida.

-¿Te ha hecho algo?-Enfadándose.

-No, no me ha hecho nada, pero...he descubierto cosas, que no me gustaron nada. Y ahora yo no sé que creer...

-Aquel día, cuando aceptaste...pensé que no te volvería a ver nunca más, pero cuando supe que estabas bien, enseguida quise volver a verte. Si no hubiera sido tan débil, nunca tendrías que haber aceptado.

-Fue Daniel, quien llevó a mis hermanos tras nosotros. Pero hay algo que no recuerdo, y quiero que me lo digas tú. Aquella noche que me dijiste.

-¿No lo recuerdas?-Sorprendido.

-Lo siento, no recuerdo nada más, él me dijo que tu intención era la de volver a encerrarme, y por eso durante estos tres años te odié, pero cuando me dijeron que solo me ha estado mintiendo...solo quiero saber la verdad.¿Qué pasó aquella noche?

-Lo siento, eso es algo que tienes que volver a recordar tú, tal vez de esta manera...-Se fue acercando más a mí y cuando quise decir algo, ya no podía decir una palabra más, sus labios me lo impedían. Se sentía extraño, es como si esto ya lo hubiera hecho antes, hace tiempo...me dejé llevar, mientras sentía como mi corazón aceleraba cada vez más, al besarlo y estar cerca de él. Era muy diferente de cuando Dani me besaba o estaba con él, pero dejé de sentir esa presión en mis labios y cuando abrí los ojos, me miraba con una sonrisa infantil.-Estoy tan feliz, de que estés aquí.-Abrazándome.-Nunca he dejado de pensar en ti, te quiero demasiado.

-Sam...-Correspondiendo el abrazo.-Quiero confiar en ti, pero me va a costar un poco. No puedo quedarme aquí mucho tiempo, o Daniel vendrá, pero te prometo que vendré pronto.

-Ten cuidado, no quiero dejarte sola, pero confío en ti. Vuelve pronto.

Me dio un beso en la mejilla y después me fui de nuevo, ténía que salir de ahí, no quiero que Sam tuviera problemas por mi culpa. Después de tanto tiempo, sentía como si lo hubiera estado engañando, siempre lo odié desde que Daniel me dijo aquello, pero era imposible. Sam era mi mejor amigo, siempre lo fue, no podía ser cierto que me estuviera engañando. Y si esas brujas decían la verdad, tenía que tener mucho cuidado a partir de ahora. Me escapé de nuevo al bosque y me oculté en una cueva, pensando en todo lo que tenía que hacer, ya que todavía tenía que arreglar el problema que causé hace tres años. Acabar esta maldita guerra y saber toda la verdad.