Miré al suelo mientras asimilaba lo que estaba sucediendo, nada tenía sentido. En el estacionamiento mi mamá luchaba con los gritos de Jeane. Noté que Leo caminaba hacia nosotras, asi que decidí levantarme y explicarle lo que sucedía antes de que llegara a la mesa
—Leo.—Dije con calma.
Antes de que continuara me interrumpió.— Christian despertó — Dijo en voz baja, como si contarlo fuera un delito
—¿Qué? — Grité.
— Shhh, cálmate —Dijo tapandome la boca. — Necesitas calmarte. Raquel, nadie sabe que despertó, yo entre sin permiso.
— ¿Qué?
Miro sobre mi hombro viendo a Leonora.— ¿Qué le pasó a mi mamá?
— Tuvo una pequeña discusión con tu tía Jeane.
Leo puso los ojos en blanco — Ve a ver a Christian. Pero que nadie te vea, yo me encargo de mi mamá.
Lo aparte del camino y corrí por el largo cafetín hasta el pasillo
— Hey — Gritó con tanta fuerza que me detuve y me volví a mirarlo
— No corras Raquel. — Dijo con una voz amigable
Sonreí y continué el camino hacia la sala de espera, donde estaban Kimberly, Rafael, Tomás y una de las enfermeras.
—Kim ven un momento — Dije apartandome de ellos
Kim se levantó y caminó hacia mí
— ¿Qué te pasa?— Murmuró.
—Necesito que distraigas a la enfermera para poder pasar a las habitaciones.
— Okay, ¿Que se supone que quieres que haga para distraerla?
La enfermera salió de la sala de espera hacia el pasillo del cafetín
—Qué buen trabajo Kim, asi se hace.— Dije burlándome.
— Y eso que ni me esforcé.— Dijo Kimberly sonriendo
Camine cuidadosamente por el pasillo lleno de habitaciones intentando recordar el número del cuarto de Christian. Nunca habría encontrado la habitación de no ser porque en la puerta estaba su nombre escrito. Me detuve frente a la puerta por un segundo antes de entrar, respire profundamente y finalmente lo hice. Verlo hizo que mi piel se erizara, su pierna y brazo derecho estaban vendados, igual la mano izquierda, y por si fuera poco llevaba un collarín. Camine unos cuantos pasos cerrando cuidadosamente la puerta, la ventana tenía cortinas blancas que estaban abiertas, cuando miré hacia afuera el sol intenso me dio en la cara y con mi mano intenté cubrirme.
Cerré la cortina y me gire a ver a christian
— Te ves ridiculo amigo. —Dije mientras me detuve frente a él.
Mi voz se quebró y mis ojos se llenaron de lágrimas. Sus ojos estaban totalmente cerrados. Junto a su cama, del lado izquierdo había una silla, supongo que Leo la había colocado ahí, la acerque un poco más a la cama y finalmente me senté.
— No entiendo por qué no podemos entrar, si te ves tan bien... Todos deberían verte. Todas las personas después de sufrir un accidente deberían verse tan bien como tu.— Sonreí y estalle en llanto.
Me aferre a su brazo mientras corrían lágrimas por mis mejillas, no quería verlo en ese estado, yo quería verlo despierto, quería verlo vivo, feliz como siempre, yo simplemente quería que por un instante todo eso no fuera real.
Del lado derecho de su cama estaba mi carta, seguía cerrada, así que la tome y comencé a leerla en voz alta, al terminar volví a cerrarla y la coloqué donde estaba.
—Te quiero chris. —Le dije al oído.
Me aleje un poco de él y me recoste en el espaldar de la silla mirándolo, mientras una lágrima recorría su mejilla.
— ¡No puede ser... Christian!—Dije tocándole el hombro un par de veces.— Hey, Christian me escuchas?— Insistí.
Intentó asentir.
—Necesito oirte de nuevo. —Dije llorando.
Christian abrió suavemente sus ojos y trato de mantenerlos abiertos, pero luego de varios segundos se cerraron de nuevo.
Mi teléfono sonó.
· Kim llamando ·
— ¿Qué pasa?
—El doctor irá a revisar a Christian, fue por la enfermera, sal ya.
Me alteré y colgué el teléfono
— Ya me tengo que ir, quizás no te vea mas hasta que regrese del viaje — Dije dandole un beso en la frente a Christian. —Te quiero.
Salí de la habitación lo más rapido que pude y llegue a la sala de espera antes que el doctor. Habían llegado Jordyn y Steve.
— ¿Hablaste con él?— Preguntó Jordyn
—¿Cómo está? —Preguntó Kim
- Él... está bien— Musité. — Se ve bien.
Me sentía en calma, a pesar de no haber podido entablar una conversación, pude despedirme de él antes de irme a mi viaje. Sólo verlo me dio muchísima paz.
—Iré por mi mamá— Dije retirandome.
Sentía una vista pesada sobre mi nuca y unos pasos apresurados detrás de mi
— ¿Raquel? —Dijo Rafael
— Por favor no arruines la poca paz que Christian me dio. —Dije girandome hacia el
— ¿Te habló verdad?— Pregunto de mala gana
Asentí con la cabeza. Estaba mintiendo, pero él no lo notó. Se veía un poco nervioso asi que quería ver si se le escapaba algo.
—¿Que te dijo?
—Un par de cosas que tal vez no te interesen.— Dije dándole la espalda
Me tomó por el hombro y alcanzó a darme la vuelta
— No te voy a rogar, solo dime qué te dijo.
Rafael estaba alterado y realmente se veía asustado
— ¿Qué escondes?¿Por qué te importa tanto? —Pregunté jugando con su paciencia. — A ver Rafa dime, ¿Qué le hiciste que te preocupa tanto lo que me haya dicho?
—¿Qué?— Hizo una pausa.—¿Quién te crees? —Gruñó —. Solo quiero saber que te dijo.
Puse los ojos en blanco.— Preocupate por tus cosas y déjame en paz
Rafael sonrió entendiendo mi burla — Jodete Raquel.
Quizas habia caido en su juego, solo quería entender qué había sucedido entre ellos antes de todo. ¿Que temía Rafael? si es que realmente estaba asustado o preocupado. A decir verdad, no veía la hora de poder hablar con Christian y aclarar la razón por la que Rafael estaba tan alterado por su situación.
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Por Un Instante
Teen FictionPor un Instante Cuenta la historia de Raquel, una joven de 20 años quien te narrará su historia desde lo más profundo de su ser. Amores y Decepciones que te harán sentir que es también tu historia. "No mires más nunca con cristales, las personas me...