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AYUDA

E X T E R N O

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E X T E R N O

En un suspiro melifluo, estiró su espalda. Crujió los nudillos y agarró con la diestra su espada. Sabía que, probablemente, no saldría viva de esta.

—Necesito apoyo aéreo en el sector 35.

—Recibido, capitán.

Observó a su maestro, aprisionado entre dos de los brazos del General Grievous. Sus otras dos extremidades portaban espadas láser arrebatadas de caballeros Jedi. Y sus ojos, relampagueaban con efímera rabia incandescente. Khëila repasó a las tropas e ideó un rápido plan. Deseó que quizás esto no fuera real, que sólo fuero un sueño. Pero entonces lo hizo, y ella rechinó los dientes.

Kenobi fue azotado al suelo y Grievous posó una de sus metálicas piernas en su pecho. Obi-Wan jadeó con dolor y lo miró a los ojos, presintiéndola.

—Me pregunto cómo será —dijo el separatista bailando la espada de Kenobi entre sus dedos— asesinarte con tu propio arma.

Con calma, Khëila abandonó su escondite dejando atrás a R3. Al instante fue puesta en el ojo de mira por los droides, mas ninguno disparó.

—Me pregunto cómo será —lo imitó ella con calma— destrozarte en pedazos frente a tu ejército.

Aún apretando a Kenobi contra el suelo, Grievous se giró para enfrentar a la padawan.

—¿Qué tenemos aquí? —una risa enfermiza seguida de una tos se escapó de él. — ¿Esta es tu nueva mascota, Kenobi?

Khëila desplegó su espada láser y la alzó.

—Khëi... No lo hagas... —intentó respirar su maestro.

Ella sólo lo miró y cortó la cabeza del primer droide. La batalla se desató. Apartó a un escuadrón mediante la fuerza para devolver y reflejar a su paso los disparos. Obi-Wan, rodeado de droides de batalla, pudo oír los disparos y los gritos del apoyo clon que se había desplazado a la zona. Tras acabar con los droides que lo rodeaban, Cody lo levantó del suelo. Tosió y vio a Grievous avanzar hacia su aprendiz. Se sujetó el costado y avanzó hacia él. Desde su espalda, consiguió recuperar su espada láser con la fuerza. El General se giró para observarlo y desplegó dos espadas más, formando cuatro. Las hizo rechinar contra el suelo, ahora con dos adversarios.

Khëila se posicionó al lado de su maestro y sonrió mirando al separatista. Ambos levantaron sus espadas.

—De nada por salvarte la vida —le susurró con sorna.

—Gracias, Khëi.

WRONG ━ Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora