Tropiezo con el amor [EDITANDO]

5

Destino. Eso es lo que he sentido al ver a Gabe Rowling en el local donde trabaja mi madre. Destino a que mi vida cambiara en el momento en el que me he subí a su coche por primera vez.

-April, contéstame. Miro a Gabe que me tiene agarrada con fuerza.

-¿Qué?. Parpadeo y me suelto de su agarre.

-Joder. Se toca el pelo frustrado.- Necesito tu ayuda.

-¿Para qué?. Intento irme pero el me vuelve a agarrar, se acerca cada vez más y puedo sentir su aliento a menta.

-Necesito una novia si quiero firmar un contrato muy importante. Me aparto y frunzo el ceño.

-¿Y me quieres a mi?. Abro la boca sorprendida, quiere utilizarme.

-Te pagaré.

-¿Como si fuese una prostituta?, oh no perdona, yo valgo mas que todo esto. Me dirijo a la puerta.

-Me necesitas, necesitas el dinero. Me quedo quieta. Me vuelvo.- Me necesitas. Señala la puerta.- Tu madre está puteada, lo sé, los he visto a los dos aquí fuera discutiendo, quiere echarla. April... yo también te necesito.

-¿Cuánto?. Me mira.- ¿Cuánto tiempo tengo que estar contigo?. Le pregunto asustada.

-En cuanto cierre el contrato ya no me verás nunca mas. Miro al suelo.-Quinientos dólares a la semana. Y va enserio, tendrás todo lo que quieras y te daré quinientos dólares.

-Espera.. eso es...

-¿Que me dices Stone?, ¿quieres salir conmigo?. Le miro y veo en sus ojos sinceridad. Necesito ese dinero para poder pagarme la universidad, para comprarme un coche, para que mama deje su trabajo.

-Está bien Gabe, tu ganas. Le digo mirándole a los ojos. 

-Bien. Se moja los labios.- Pues... te mandaré mensajes al móvil y te enviaré ropa de fiesta para que me acompañes. Tómatelo como un trabajo, porque te estoy pagando y necesito firmar ese contrato como sea si quiero que mi imperio prospere. 

-No te preocupes. 

-Ah, y por supuesto no se lo cuentes a nadie, es importante que sea nuestro secreto. 

Asiento varias veces. 

-Te haré un contrato y lo firmarás ¿De acuerdo?.

-Tendré que leer la letra pequeña. Podemos concertar una reunión. Le contesto poniendo ojitos.

Exhala un suspiro desesperado.

-Está bien, toma. Saca de su chaqueta su último modelo de teléfono móvil y me lo tiende.-Apunta tú número, en cuánto lo tenga te llamaré. 

Apunto mi número con mis manos temblorosas y a continuación se lo tiendo. 

-Aquí tienes. Murmuro. 

Nuestras manos se rozan cuando el toma el objeto y siento de nuevo esa electricidad. Nos quedamos en silencio varios segundos, esperando que alguno de los dos sea el primero en decir algo. 

-Estamos en contacto. Y sin decir ninguna palabra más, se da la vuelta y camina con paso apresurado. 

Lo miro fijamente mientras se marcha, exhalando un largo suspiro, no se si por lo que acaba de pasar o por que el fondo deseo volver a verle pronto. 

Acabo entrando de nuevo en el local, Patri se encuentra limpiando el suelo con la fregona y el alma se me cae al suelo. Intento no llamar mucho la atención.  Me siento en el taburete de la barra mientras comienza una música demasiado melancólica. Algunas de las chicas del pub se suben al escenario y comienzan a bailar. Siempre ensayan por la mañana para que la actuación de por la noche esté impecable.