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Era la primera vez que soñaba con Gabe. Fue un sueño extraño porque estábamos en su despacho hablando sobre el contrato (que aún no he terminado de leer). De repente Gabe alzó la mirada del papel y se cruzó con la mía. Se levantó de su enorme sillón y se acercó lentamente hacia mi. Me crucé de piernas por el intenso cosquilleo que sentí en mi entrepierna cuando lo vi justo en frente de mi. Colocó sus manos en los brazos del asiento con presión y sus ojos no dejaban de mirar mis labios.

-Quiero besarte. Sus palabras sonaban como eco.

Cerré los ojos cuando lo oí. Estaba demasiado excitada.

-Hazlo. Le ordené abriendo los ojos de nuevo.-Hazlo de una vez.

No lo dudó ni un segundo. Me cogió de atrás de la nuca y me atrajo hacia su boca. De repente el escenario cambió y estábamos en una enorme cama. Gabe me poseía arriba mientras yo permanecía con los brazos como si fuera un Cristo. Que sensación. Una sensación que nunca pensé que sería capaz de experimentar con alguien. Se acercó otra vez hacia mi cuello y comenzó a besarlo hasta llegar a mi clavícula. Cerré los ojos y eché la cabeza hacia atrás. Era una bomba y en cualquier momento iba a explotar. Siguió bajando hasta mi ombligo, apartó un poco la tela de mi camiseta para dejar esa parte al descubierto. Se fue deslizando aún más hacia mi entrepierna y lo paré.

-April.

-Gabe yo...

-Ch, no tengas miedo no voy a hacerte nada. Apartó mis manos de mi vientre y sonrió.

Me quitó el pantalón y se sorprendió de mis bragas, al igual que yo, eran demasiado sexys. Me encogí de hombros sonriendo mientras él hacía lo mismo. Cuando iba a quitármelas, escuché de fondo la voz de mi madre. Miré hacia un lado y otro pero no había nadie. Gabe intentó llamar mi atención pero solo escuchaba su voz.

-April. Llegarás tarde.

-Mmmm. Estaba soñando con algo importante. Digo adormilada.

-Pues estabas poniendo unas caras muy raras. Dice y me incorporo de inmediato.

-¿Qué has escuchado?.

-Nada, acabo de entrar para recoger tú ropa sucia. Tengo que poner una lavadora. Comienza a recoger mi habitación.

-¿Puedo saltarme las clases hoy?. Pregunto haciendo pucheritos con la cara.

-De eso nada. Tienes que ir a estudiar, no puedes faltar.

Bufé.

-Hoy creo que almorzaré fuera. Le comento.

-¿Con quién, si se puede saber?. Deja de hacer lo que estaba haciendo para centrarse en mi.

-Un amigo.

-¿Amigo?. Levanta las cejas.-No se quienes son tus amigos.

-Mamá por favor, soy mayor de edad y se cuidarme de mi yo solita. Me levanto de la cama y me dirijo a mi armario.

-Ya se que eres una mujer independiente e inteligente... pero eres mi hija y estás bajo mi techo, además soy tu madre y puedo pedirte todas las explicaciones que quiera. ¿Estás conociendo a alguien?.

Mis ojos se dirigen al sobre que hay sobre mi escritorio y la imagen de Gabe viene hacia mi cabeza.

-Puede ser. Murmullo.

-Oh dios mío. ¿Y cómo es?. Cuéntamelo todo. Se sienta sobre la cama.

La miro achicando mis ojos.

-No pienso contarte nada porque solo somos amigos y hemos quedado para comer porque tenemos asuntos de trabajo pendiente.

Tropiezo con el amor [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora