''Cuando llegó a la puerta, miró hacia atrás, y fijando su mirada en la batería de Jimmy, volvió a susurrar:
-Mañana será un día muy duro para todos, no sé si seré capaz de despedirme de ti, hermano...-dijo seguido de una pequeña lágrima, pero llena de sentimientos, que bajó por sus mejillas, pasó por sus finos y gruesos labios y acabó cayendo en la fina y gastada moqueta roja. Apagó la última luz y se aseguró de que la puerta estaba bien cerrada, protegiendo el último recuerdo que le quedaba de su gran amigo, Jimmy ''The Rev'' Sullivan. ‘‘
A la mañana siguiente, todo seguía peor. Matt no tenía ganas de levantarse de la cama, y aunque quisiera levantarse, tampoco tenía las suficientes fuerzas como para hacerlo. A los pocos minutos de levantarse y soltar un pequeño suspiro, empezó a sonarle su teléfono móvil y, desganado, como si no hubiera pegado ojo en toda la noche, lo cogió para ver quién le llamaba a esas horas de la mañana.
Con los párpados medio caídos y con sus ojos verdosos, que tenían un suave tono rojizo por culpa del cansancio y de no haber pegado ojo en toda la noche, intentó leer el nombre de quién le llamaba, y cuando se le empezó a aclarar la vista, pudo leer que esa llamada se trataba de Zacky.
-Tío, estamos todos en el tanatorio esperándote y así entrar todos juntos.
-Vale, tío, id entrando. En media hora estoy ahí.-Respondió mientras se frotaba su ojo derecho.
-¿Seguro que quieres que vayamos entrando?
-Sí... tranquilos.
Cuando acabaron de hablar, Matt se sacó esas sábanas de un color azul azabache que le tapaban medio cuerpo, abrió su armario y sacó una camisa de cuadros negra y gris, acompañada de unos tejanos negros gastados, con algunos agujeros por la parte de la rodilla y, cómo no, de su chupa negra, esa que tanto le gustaba ya que se la regaló Jimmy.
Tal como dijo Matt, en menos de media hora ya se encontraba delante de la puerta del tanatorio, donde se encontraban algunos familiares y amigos de Jimmy, y algunos de ellos se hallaban fumándose un cigarrillo.
Nada más entrar, se encontró a su compañero Johnny, que estaba apoyado en una pared.
-Syn y Zacky siguen dentro... Puedes entrar con ellos...-Le aclaró a su amigo de ojos verdosos mientras se aclaraba la voz.
Matt asintió con la cabeza y, sin dudarlo ni un segundo, entró por la puerta que había al lado de Johnny. Cuando entró en la sala, pudo ver a Syn y a Zacky sentados en unas sillas, y en el otro lado de la cristalera que se hallaba delante de ellos, el cuerpo sin vida de Jimmy, cubierto por una fina y blanca sábana.
-Hola... Perdón por no haber llegado antes... -Dijo Matt sin apartar la mirada de su compañero Zacky, ya que Syn estaba tapándose sus oscuros ojos azabache para que Matt no viese el estado en el que estaba.
-Nada, tío, no te preocupes. Ahí esta Jimmy, si quieres entrar...-Respondió Zacky, mientras apoyaba su mano encima del hombro de Syn y lo agitaba suavemente para intentar animarlo.
Matt empezó a caminar hacia esa puerta blanca, la cual le dirigiría hacia donde estaba su mejor amigo. Cuando dio dos o tres pasos, ya se encontraba delante del cuerpo de Jimmy y, dudosamente, retiró el trozo de sábana que tapaba su rostro, para asegurarse si de verdad era su mejor amigo el que se escondía detrás.
Desgraciadamente, era Jimmy, y Matt no pudo contener esas lágrimas llenas de rabia que no dudó en liberar.
De un golpe seco, apartó bruscamente lo que quedaba de sábana encima del cuerpo de su amigo, el cual tan sólo llevaba unos pantalones negros gastados, como los que llevaba Matt, dejando al descubierto su precioso torso lleno de tatuajes y recuerdos perdidos.
