Me ha Dado un Susto de Muerte Señor

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Cuando regresaron al muelle, el tema de conversación de los jóvenes y algunos padres que regresaban al centro de concentración (donde estaban todas las tiendas) era el noviazgo de Harry y Hermione, la chica estaba feliz, pero Harry parecía un poco preocupado y no fue hasta que comenzaron a divisar las tiendas, que Hermione notó la preocupación de Harry

- ¿Qué te sucede? - preguntó un poco contrariada por la cara de angustia del chico - no es porque ésta decisión - dijo levantando su mano, la cual estaba entrelazada con las de él - la tomaste muy rápido y... ¿te has arrepentido Harry? - preguntó la chica con voz trémula

- No Hermi... no es eso - dijo Harry besándole la mano entrelazada a su chica y parándose en seco bajo un árbol de hojas amarillas.

El tiempo comenzaba a cambiar y el cielo se volvía gris como cuando habían llegado a aquel lugar, una fría brisa los rozó ondeando sus cabellos débilmente

- No es eso, descuida

- Entonces... ¿Qué es? - preguntó una vez más, preocupada.

Harry respiró profundo y decidió contarle a Hermione sus inquietudes

- Es solo que... bueno todos miraron cuando nos besamos y... andan hablando de eso por todo el campamento, me preocupa que tu padre lo oiga Hermione y lo... y lo que pueda pensar, yo no quiero que tu padre me odie, intenté ganar su confianza y algo me dice que la perderé... – decía el niño que vivió con suma preocupación

Se quedó mirando el lago tan quieto y gris con mirada perdida. Hermione hizo una mueca de desolación, en realidad no sabía cómo tomaría su padre su relación con Harry.

Hermione había tenido un novio antes que a Harry, pero nunca lo había besado y su padre no lo sabía y gracias a los comentarios de la gente que los vio en el lago, su padre ya lo sabría todo.

Hermione se acercó más a Harry y le rodeó el cuello con sus brazos, y recostó su cabeza mirando hacia el lado, y allí estaban los dos, aún mojados y tiritando de frío, debido al cambio radical del tiempo, sin embargo, eso no era lo que más les importaba en ese momento.

Harry iba a proponerle a la castaña que fueran al muelle cuando las pesadillas de Harry se hicieron realidad y una fría voz masculina habló detrás de ellos...

- Hermione Jane Granger... ven para acá en éste mismo instante - Harry y Hermione se giraron lentamente temiendo lo peor.

Para su pesar William Granger, estaba parado frente a ellos con una cara de pocos amigos y con una de sus manos señalando el suelo a su lado derecho, Hermione vaciló unos segundos si ir junto a su padre o no

- Hermione, obedece - dijo Harry con voz nerviosa, tragando grueso y sin dejar de ver al señor Granger a los ojos.

Harry sentía un peso en el estómago, tenía tantos nervios que sentía que iba a vomitar, su boca estaba seca, su corazón palpitaba a mil por horas y su respiración era entrecortada y rápida, pero allí estaba, iba a plantarle cara al padre de su novia y mostrarle sus verdaderas intenciones con ella, aunque eso le costara, debido a que le costaba hablar, o bien sea por que el señor Granger no las entendiera, Hermione fue hasta su padre y permaneció allí con cara de susto.

- Hermione, te quiero lejos, vete al centro de concentración y nos veremos allá dentro de poco, yo tengo que hablar algo serio con el señor Potter - dijo el señor Granger con el mismo semblante.

¿Señor Potter? Si tan solo unas horas atrás lo había llamado Harry, ¿Cuándo se había convertido en el señor Potter? << Pensó Harry asustado por el tono de voz del señor Granger>>

- pero papá - objetaba Hermione

- obedece - soltó con rabia el señor Granger

- pero papá

- Hermione, obedece

- pero papá - intentaba la chica en vano

- Hermione obedece - le dijo Harry a su chica con voz dulce y nervosa - yo estaré bien - la chica vacilante se comenzó a alejar muy preocupada y tiritando llegó hasta su carpa donde se cambió de ropa y luego se puso a charlar con Tonks

Harry por su parte, permanecía mojado y tiritando de frío, luego de que Hermione se fuera hubo unos minutos de silencio que Harry sintió que fueron horas, sin más él decidió romper el hielo

- ¿y bien señor Granger? ¿Qué quería hablar conmigo? - preguntó Harry con el tono de voz más educado que encontró, aunque aún se le veía nervioso

- Dimesi es cierto lo que andan diciendo por todo el campamento, ¿es cierto que tu y mi hija, mi única hija Hermione, se besaron en uno de esos botes? - preguntó con furia William

- sí, es cierto, pero en realidad fui yo quien la besó, yo he sentido desde una semana a partir que inició el curso, que la amo, y me estaba planeando ese momento con mucho detalle, porque Hermione es muy especial para mí, hace unos minutos nos acabamos de hacer novios y estamos muy felices yo... - decía Harry mirando al suelo y paseando el pie derecho entre las hojas amarillas que yacían allí y mientras jugueteaba con sus dedos índices - yo he sido amigo de Hermione desde primer curso, ella me conoce muy bien y hasta arriesgó la vida por mí y por todos en la guerra y eso es un hecho que valoro muchísimo, ella es una chica encantadora y aunque ni yo mismo lo crea, hace unas horas ella me escogió, de entre miles de chicos que la pretenden, y yo no quiero sonar grosero, pero... ella lo es todo para mí y así usted hoy se oponga, yo lucharé por ella, y le aseguro que nada le faltará y tal vez un día, con el paso del tiempo usted aprenda a verme como el novio de su hija o como un yerno, ¡Dios quiera!, es lo único que le puedo decir - dijo Harry mirando con seguridad al señor Granger que lo estrechó fuertemente, Harry quedó anonadado con los brazos extendidos hacia los costados

- te estaba poniendo a prueba muchacho - dijo William riendo - así atrapo a los canallas que quieren pretender a mi princesita y de verdad tú no eres uno de esos, me has demostrado que eres el indicado, de verdad muchacho ¡vales oro! - dijo el castaño riendo a carcajadas mientas Harry reía con una risa nerviosa pero muy aliviado, sentía como si se quitara a un troll de los hombros y ambos riendo comenzaron a ir al centro de concentración

- De verdad me ha dado un susto de muerte, señor - dijo Harry frotándose los brazos entumecido

- Llámame William, Harry – dijo el hombre sonriente - bueno ve con Hermione yo iré a ayudar a Sirius con la fogata - dijo William mientras iba hacia un Sirius Black muy encantado y entusiasmado que jugaba con las cerillas antes de prender el fuego que era a lo que se le había mandado, por su parte Harry fue junto a su novia, luego de cambiarse y le contó lo sucedido

El Nuevo Amor de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora