En Privet Drive

15.7K 558 128
                                    

Eran las ocho de la mañana y un despreocupado chico abría sus verdes ojos al escuchar a lo lejos la cortadora de césped del vecino del número siete.

Había amanecido lloviendo, y la mañana estaba fría, un frío agradable que el moreno disfrutaba tanto, estaba tan calentito echo un ovillo en la cama que por nada del mundo quería salirse de ella, pero el deber lo llamaba, entonces se levantó por fin de la cama luego de desperezarse, miró la jaula vacía de Hedwig, debía estar cazando o en busca de cartas para él.

Se calzó sus sandalias de la mañana que eran mullidas y tibias, tomó un abrigo de lana de la silla de su pequeño escritorio y se lo colocó, luego se miró en el espejo de cuerpo entero.

- sí - se dijo en pensamientos el moreno sonriendo - definitivamente la noche anterior fue la última vez que usaría la ropa desgastada de Dudley

- HARRY POTTEEEEEEEER - se oyó la voz de tío Vernon desde la cocina y Harry entornando los ojos abrió la puerta

- ya voy tío Vernon, acabo de despertar - dijo el chico

Se devolvió y tomó su cepillo de dientes y luego fue al baño. 

Después bajó a la cocina a desayunar, tomó su asiento en la mesa y comenzó a comer la tostada sin mermelada,  Harry suspiró hondo y siguió mirando la televisión mientras comía

- ¿Qué te has puesto? ¿Qué es lo que llevas puesto? - dijo Vernon por primera vez reparando en Harry

- ropa – contestó este con tono despreocupado

- mocoso insolente, sabes bien de que te hablo - dijo Vernon crispado de rabia mientras Dudley dejaba de ver la televisión para contemplar la escena, era su parte favorita del día, ver la cara de Harry conteniendo la rabia le resultaba muy divertido.

- ¡ah! ¿Hablas del cambio de look? - su tío dio una amarga cabezada, Harry creyó que ya era hora de decirle a sus tíos lo de su cámara de Gringgots - pues bueno, cuando mis padres murieron no me dejaron a mi suerte...

- no, claro que no, te dejaron a nuestro cargo, muy a nuestro pesar - espetó tío Vernon, Harry puso los ojos en blanco

- ¡ya calla Vernon! - dijo Petunia expectante y Harry continuó

- así que pues, debido a sus trabajos y dedicaciones, guardaron una pequeña fortuna en Gringotts, la banca mágica – Vernon dio un resoplido de disgusto, pero a Harry no le importó - entonces al morir ellos, yo la heredé y desde que fui a mi colegio por primera vez, me compro los libros y mis demás cosas así

Harry salió de la cocina y se fue a su habitación, cambió sus sandalias de la mañana por unas comunes y se disponía a lavar el auto de tío Vernon (su primera labor ya que era domingo) cuando Hedwig entró volando por la ventana con una carta y un paquete mediano amarrados a la pata.

- ¡Hedwig! ¿Cómo has estado preciosa? - dijo el chico acariciando a su lechuza y dándole una golosina lechusí -. ¿carta para mí? – Le preguntó Harry sorprendido,  se fijó que Hedwig dio una cabezada-. ¡Wow Hedwig! No sabía que podías hacer eso, veamos, estira la pata para poder tomar la carta y el paquete

Entonces Harry dejó el paquete a un lado y desató el pergamino de la pata de su lechuza y lo desenrolló afanosamente, esa caligrafía y la manera de escribir no podía ser de otra persona que...

- ¡Sirius! - exclamó Harry con una gran sonrisa y se sentó sobre la cama a leer la carta de su querido padrino

Querido Harry:

No puedo contener tanta felicidad, Dumbledore presentó las pruebas que tenía ante el Wizengamot y ¿a que no adivinas qué? Me absolvieron!, Harry ¡estoy absuelto de los cargos que por culpa de Pettigrew me habían imputado!, también salió en El Profeta ya nadie me odia ni me teme, los Dementores tiene una rabieta porque perdieron a semejante alimento tan importante como yo.

Tengo entendido que tus tíos no te tratan muy bien Harry, pero mañana los pondré en su sitio y además Harry, ¿adivina la buena nueva? Te irás a vivir conmigo en Grimmauld Place, bueno si quieres, ya que has acabado con Voldemort nada te obliga a vivir ahí, ¡ja! Tus tíos son unos malagradecidos, les salvaste la vida y te tratan como alimaña, pero bueno, quizá te has dado cuenta del truco que le enseñe a Hedwig, ¡sabe dar cabezadas! Le enseñe esta semana, le pedí que se quedara a hacerme compañía, y bueno ya le dije que se fuera ayer para que te enviara esto.

Junto a la carta te envié un paquete de calderos de chocolate, ¡hey! No te pavones con ellos hasta mañana cuando llegue y dile a tus tíos que llegaré mañana en la mañana, estaré ahí a las diez, envíame tu respuesta, para saber si te irás conmigo, si es así pasado mañana iremos al callejón Diagon a comprar tus útiles escolares...

Un abrazo...

Sirius

Harry muy feliz escondió el paquete y decidió responderle a su padrino de inmediato

Querido Sirius:

Estoy muy feliz por todo, obviamente si quiero ir a vivir contigo, mi entorno diario es un infierno, ya quiero que vengas, tranquilo, seguiré tus instrucciones y actuaré como si nada hasta mañana cuando llegues, pero eso sí Canuto, no te pases de irascible, debes entender que ellos son así, un caso perdido, te espero...

Harry

En la mañana Harry se despertó muy temprano incluso más temprano que los Dursley, se vistió y salió rumbo a Londres, estuvo hasta las nueve de la mañana comprándose ropa, con su dinero que había cambiado en Gringotts antes de irse al mundo de los Muggles y luego llamó a casa de sus tíos explicándoles donde estaba y que tendrían visita mágica.Estaban muy disgustados ya que la última vez que un mago había visitado su casa habían destrozado la sala. Se empezaron a alistar.

Para cuando llegó Harry, a las nueve y treinta minutos, ya los Dursley estaban listos y Harry solo tuvo que bañarse y vestirse. Luego bajó a la sala donde su familia esperaba

- ¿Y quién vendrá? – preguntó Vernon un poco nervioso

-Mi padrino, ¿sabes? Sirius Black, el supuesto asesino de las noticias, ¿lo recuerdas? Y no pongas esa cara, ya lo absolvieron de los cargos porque no había sido él el causante de ese desastre - dijo Harry sonriendo al ver la cara de terror de los Dursley-. ¡ah! Y me iré a vivir con él ya que está absuelto él vuelve a ser mi tutor, así que hoy mismo me voy a su casa -dijo Harry destapando su paquete de calderos de chocolate-. ¿quieres Dudley? Te juro que estos no tienen efecto longuilinguo - dijo Harry sonriendo maliciosamente.

- Tú no te irás a ninguna casa de ningún loco demacrado y mal peinado - espetó Vernon mientras se coloraba de morado y Harry se le reía en la cara

- Sirius traerá el acta de mi potestad para que la firmes, quieras o no me marcho de aquí porque no voy a seguir dejando que me reprimas, ya no necesitaré nada de ustedes - dijo Harry burlonamente mientras se comía otro caldero y en eso se oyó un fuerte "CRAC"

El Nuevo Amor de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora