Capítulo 11: El Bosque De Los Lamentos ~flautista~

21 0 1
                                    

-Tres horas... Maldición, tres horas... Como es posible que tengan tanta energía..

Iba de camino a mi cuarto mientras me quejaba de la tortura que sufrí por ser el "juguete" de mis hermanas.

Momentos atrás...

Inmediatamente después de comer intente escaparme pero al momento de levantarme de la mesa Runa me sujeto del brazo y con sus ojos llenos de un intenso y amenazador brillo me miro directo a los mios.

-A donde vas?... Su voz serena y sombría, sobre todo lo segundo, logro que mi espalda fuera recorrida por un intenso escalofrío.
-A ningún lado, solo voy pensaba en ir a lavar los platos sucios... Quería escapar del infierno que me esperaba.
-En serio?... Aún tenía esa voz sombría pero en cuanto voltio a mirar a papá...-Papi, se que tal vez estés muy cansado pero si no es mucho pedir podrías lavar tu solo los platos, es que mi hermanito prometió jugar conmigo y San estoy que no puedo esperar mas... Su voz cambio totalmente ahora era dulce e inocente, incluso esbozó una gran sonrisa que denotaba su infantilismo.
-Esta bien mi pequeña, vayan a jugar... Por supuesto, papá cayo en el engaño de Runa.
-¡Que bien!... No te parece genial, her~ma~ni~to?.

Eso último, no se porque, pero hiso que la piel se me pusiera de gallina y no ayudaba el hecho de que sus ojos emitieran un brillo macabro que destruyo lo quedaba de mis esperanzas.
Runa se levanto y me tomo del brazo me llevo hasta al cuarto de ellas mientras que San fue al cuarto de nuestros padres y yo solo podía ver como mis fuerzas me abandonaban y era llevado a la cueva del demonio.

-Alguien... Quien sea, ¡¡¡AYUDENME!!!..... Mi alma grito en busca de una ayuda que jamás llegara..

Ya estando dentro de la habitación fui obligado a sentarme en el suelo, mis pies y manos fueron atadas con unos listones rosas, esto ya era común para mí porque cada vez termino jugando con alguna de ellas termino siendo atado, mis manos estaban fuertemente atadas y debido a que estaban detrás de mi espalda, no tenia mucho margen de movimiento y lo mismo iba para mis pies que estaban atados al nivel de los tobillos.

-Solo falta que me cubran los ojos y la boca para que sea un secuestro.
-Uh?... Dijiste algo?
-No, no dije nada........ Runa dime, Por qué me atáste de manos y pies?
-Para que no te escapes... Dijo esto con una tierna sonrisa.
-No pienso hacerlo. Use mi voz con un tono amigable.
-No te creo... Sin siquiera verme pronunció esas palabras con una frialdad, no parecía una niña de 8 años.

Mientras pensaba en alguna forma des escapar me di cuenta de un hecho importante, San no estaba. Tan concentrado estaba en Runa que no note su falta hasta ahora aunque pensándolo bien me pareció verla yendo en dirección al cuarto de mis padres.

-Runa, y San?
-Esta en el cuarto de papá y mamá.... Seguía sin verme, estaba entretenida leyendo una revista.
-Eso ya lo se, lo quiero saber es a que fue a ese cuart-

No pude terminar de hablar, abriendo estrepitosamente la puerta del cuarto de una sola patada estaba San parada en la entrada con sus manos llenas con el maquillaje de mamá.

-Hablando del rey de Roma y que su cara asoma... Runa dejo leer la revista... ¡San, tardaste mucho!.
-Lo siento pero lo tengo todo.

San dejó caer todo lo que tenía entre sus manos, Runa que había estado acostada en la cama pego salto arrastrando la revista con ella y la cual cayó en mis pies y pude ver de se traba, era una revista sobre moda, pero esta estaba abierta en un artículo sobre maquillaje.
Ya venia ver lo que me esperaba, sin perder el tiempo Runa y San tomaron los artículos de maquillaje y acercaron a mi.
Ante mis ojos ellas dos parecían el mismo demonio.
Pegue un grito que tal vez se escucho en toda la casa mientras el final se acercaba y con unas enormes sonrisas en sus rostros.

Dreaminess [Pausada y en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora