Lo inimaginable

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Supuse que me puse un poco roja, al ver como acomodaba mi mechón... ¿un poco roja? La verdad como un tomate.

Le doy una tímida sonrisa, viéndolo fijamente.

— ¿Te encuentras mejor?—me sigo preguntando ¿por qué se comporta así conmigo? Sé qué lo hace por ayudarme, pero esa ayuda se sobrepasó, nunca interactuamos los dos, ni mucho menos, entablamos una conversación, hasta ahorita. ¿No se suponía que es un engreído? El debería de estar burlándose de mí con sus amigos, no aquí conmigo viendo si me encuentro bien.

—sí, me siento bien. Gracias Tyler por traerme hasta aquí. — debía agradecerle y no comportarme como una grosera.

—Por ti haría todo. — Dios mío ¿Tyler acaba de pronunciar esas palabras? No lo puedo creer. —te acompaño a tu salón. —no me estaba preguntando, me lo estaba afirmando.

—no es necesario, muchas gracias, yo puedo caminar hasta mi salón yo sola.

—No te estoy preguntando, te estoy afirmando. —sabía que no me lo estaba preguntando.

Al levantarme doy un tras pie de los nervios que tenía. Qué vergüenza. Cuando salimos, el me siguió, iba a mi paso, en un silencio incómodo. No sabía que decirle. Mientras caminábamos por los largos pasillos de la escuela, recuerdo que mis cosas las deje en las gradas, debía ir por ellas, para entrar a mi última clase del día.

—Oye, recordé que mis cosas las deje en las gradas. — le digo mientras me paro en seco, para voltearlo a ver.

—Es verdad, vamos por ellas. — ¿apocó que me acompañara a todos lados? No lo puedo creer. Ya quiero que termine este horrible día. Quiero llegar a mi casa y recostarme en el sillón para ver una película.

Nos dirigimos a las canchas, donde están las gradas. Cuando llegamos, mis libros seguían en el mismo lugar, en donde los deje. Al observar las gradas, veo que Ashley ya no se encuentra. Y ¡¿Por qué no llevo mis cosas?! Tranquilízate Kylie, ella no sabe que clase te toca. Es verdad no había pensado en eso. Pero al menos me hubiera esperado.

Subió Tyler conmigo a las gradas, hasta llegar a mis cosas donde las había dejado. Rápidamente metí mis libretas y me puse mi mochila en los hombros. Al ponerme la mochila, de lado derecho de mi hombro sentí ese dolor inmenso en donde recibí el golpe. Al menos ya tengo una razón para faltar a clases mañana.

—No Kylie. —dice Tyler preocupado. —dame tu mochila, yo te la llevo. —Me doy cuenta que lleva puesto el uniforme deportivo con el que practican soccer. Short negro, y una playera azul marino, donde vienen los logos de la escuela y del equipo.

—no, así está bien. Haz hecho suficiente.

—Para mí nunca es suficiente. — sin pensarlo más le entrego mi mochila al escuchar su respuesta. Para qué no siga insistiendo.

—gracias. —Digo generosamente.

Teniendo Tyler la mochila, bajamos las gradas con el mismo silencio incómodo. Me pregunto ¿que estará pasando por su mente en este momento?

Escucho acercarse a alguien por detrás de nosotros, interrumpiendo el silencio incómodo.—Hey Tyler, ¿no vas a presentar?—se pone en frente de nosotros. Al parecer es amigo de Tyler, bueno era obvio, sabía su nombre. Qué alivio. Espero que se lleve a Tyler al entrenamiento.

Cuando levanto la vista para verlo mejor. Es igual de alto que Tyler. Aunque para mí no se me hacen tan altos, ya que yo también soy alta. Pero si fuera de estatura media, definitivamente los vería como unos moustros.

Eterna JuventudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora