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Polly

No puede ser posible...

Lagrimas de terror abandonan mis ojos, la impotencia y la factura que me cobra mi ingenuidad son devastadoras. De tan solo pensar que no volveré a ver a mis amigos y familia, hace que gruña de frustración. Maldigo el momento en el que vine a Inglaterra, el momento en que decidí mantener una "amistad" a distancia con Harry. ¿Que me hizo pensar que el era de fiar? ¿Acaso este merece ser mi castigo?

–Veras Polly –no quiero irme con el, es una broma de muy mal gusto estoy segura nadie es capaz de hacer esto o ¿si?–, hay una serie de reglas que tendrás que seguir en tu nuevo hogar.

¿Nuevo hogar? ¿Acaso cree que me iré con él y formaremos una familia?

–¡Da la vuelta! –sollozo aterrorizada–, ¡Regrésame al hotel! P-por favor

Coloco lo codos sobre las rodillas y sujeto mi cabeza mientras observo la alfombra en la que descansan mis pies nervioso, no he dejado de moverlos. 

–No vas a regresar –murmura entre dientes.

Aprieto fuertemente los párpados. Esto es un sueño, me quede dormida y estoy en mi habitación del hotel. Libero mis ojos de la presión y observo que aún estoy en la camioneta, ya no puedo más. Dejo que el llanto sea liberado mientras comienzo a golpear a diestra y siniestra todo lo que encuentro.

–¡Te odio! Eres un cerdo asqueroso, déjame ir.

La camioneta frena en seco, me golpeo la cabeza bruscamente con el tablero. Harry baja de la camioneta y yo intento quitar el cinturón de seguridad. La puerta de copiloto se abre abruptamente, Harry quita mi cinturón de seguridad y me saca de la camioneta por el brazo.

–¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude! –Harry me tiene bien sujetada del brazo, sus dedos se sienten como garras en mi blanda piel.

Me empuja fuertemente haciéndome caer de culo a la fría carretera, se posiciona rápidamente a horcajadas sobre mis caderas. Toma mis muñecas y las aprisiona encima de mi cabeza con una mano. Con la mano libre intenta despojarme de mi ropa, rasga el material de mi blusa dejando a la vista el sujetador que llevo puesto.

–¡Auxilio, van a violarme! –grito ya afónica. Harry eleva su mano abofeteándome con violencia, grito por el dolor, su anillo consigue partir mi labio inferior. El sabor a hierro no tarda en llegar, escupo su camiseta blanca manchándola de color carmesí.

–¡Cállate ya! –dice antes de volver a abofetearme, saca un pañuelo de su bolsillo trasero y amarra mis manos juntas.

Se sale de mis caderas y me toma del cabello para levantarme del suelo, mi espalda duele y escuece al igual que mi rostro.

Me lleva a rastras a la camioneta, abre la puerta de los asientos traseros y me tira en ellos cerrando la puerta. Vuelve a estar en el asiento de piloto y continúa conduciendo.

–Por fa-vor no hagas esto, Harry –suplico sin muchas esperanzas–, tú no eres así.

Harry comienza a reír entre dientes negando ligeramente:

–Soy mucho peor que esto, pequeña.

(...)

Abro los ojos al sentir que dejamos de desplazarnos por las frías calles, enderezo mi espalda en los asientos mientras me siento. Veo una casa de dos plantas con frondosa vegetación a sus alrededores, estamos en el medio de la nada; estoy en el medio de la nada.

–Ya llegamos, Polly

Harry desciende de la camioneta, comenzando a caminar a la entrada de la casa para abrir la puerta. Es mi momento, abro silenciosamente mi puerta, saliendo de la camioneta. No dejo de observar a Harry que aún no consigue abrir la puerta. Comienzo a correr en dirección contraria a la casa y me adentro a la maleza del bosque perdiendo en el camino mi calzado. Ramas y arbustos azotan mi cuerpo sin piedad, dejo de correr al sentir mis pies sollozar gracias a las diversas piedrecitas que se entierran en el camino, descanso mi cuerpo en un tronco para recuperar el aliento. Muerdo el pañuelo que mantiene sujetas mis muñecas liberándolas, muevo las muñecas en sentido circular al tenerlas libres.

–¡Polly! –se escucha como gritan en la lejanía.

Me alejo del tronco, caminando con sigilo, continúo la caminata adentrándome más y más al corazón de el bosque. Harry no ha dejado de llamarme, estoy segura que tengo todas las de ganar, no podrá encontrarme. Los más probable es que muera por algún animal salvaje pero es eso a vivir una vida llena de infelicidad.

Dejo de caminar al escuchar pasos de donde vine, giro mi cuerpo comenzando a retroceder mientras observo de donde provienen las pisadas. Cada vez se escuchan más cerca, dejo de retroceder al ver que solo se trata de una liebre. Suspiro aliviada al saberme fuera de peligro, miro hacia el cielo con lágrimas en los ojos buscando que alguien se apiade de mi pobre alma.

Continúo mi camino ya más tranquila.

(...)

Llego a un pequeño riachuelo luego de caminar unos 15 minutos, aún no hay señales de Harry lo cual me mantiene muy tranquila. Tomó asiento en una roca al borde del agua cristalina, zambullo los pies en la calma de semejante riachuelo. Muevo los pies de adelante hacia atrás alternándolos, espero salir con vida de aquí.

¡Crack!

Sacó mis pies descalzos del agua para levantarme con rapidez. Todo yo está en alerta, estoy demasiado segura que no se trata de algún animalillo del bosque. Puede que sea Harry.

Me alejo del riachuelo y continúo con ímpetu. Dejo de avanzar al sentir una especie de aguja ser clavada en la parte posterior del muslo derecho. Miro consternada mi pierna buscando lo que me ha hecho daño, gimo asustada al ver que es una especie de dardo que se utiliza para cazar animales. Arranco el dardo para observarlo mejor, tiene grabado en letras minúsculas «Sedante para osos» ¿Osos? ¿Acaso intenta matarme?

El panorama se torna borroso, arrastro las piernas intentado alejarme. Sin más no lo consigo, lo único que logro es caer de bruces. La inconsciencia comienza a hacer su trabajo pero lucho ante ella, arrastro mi cuerpo con los codos.

¡Te encontré! –mis ojos se hacen más pesado, lo último que alcanzo a ver y sentir es como Harry descansa uno de sus pies en mi cabeza. Como si se tratara de algún animal cazado.

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-Fany

Kidnapped *nueva versión*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora