Amanecer Z

Capitulo 11: Hogar, dulce hogar. parte 2.

A las afueras del edificio, cientos de cuerpos se repartían por el lugar, todos o casi todos despedazados en una escena apocalíptica. Al salir del edificio Nathalia se encontró con aquella escena esparcida frente a ella como si de un campo de batalla se tratase. Cientos de cuerpos aglomerados en un solo lugar como si eso fuera un pudridero o una fosa común esperando ser sepultada o esperando la chispa que encendería la hoguera. Aquí y allá un herido de pie sin moverse. Algunos estaban caminando poco a poco sin un rumbo fijo, idos y desorientados. Otros vomitando sangre con pedazos de lo que al parecer era carne o sus propias entrañas y abogándose con su propia sangre mientras trataban de orientarse. Algunos tirados en el suelo tratándose de poner de pie sin poder equilibrarse o convulsionando y quejándose pero ninguno atacaba, ninguno chillaba. en ese momento Nathalia lo entendió, todo había acabado. El virus como ella supuso mataría a su anfitrión más temprano que tarde. Este cedería. El organismo sucumbiría al agresivo invasor que mataría a su anfitrión desde adentro. El virus era tan mortal que era peligroso para sí mismo necesitando pasar de cuerpo en cuerpo de organismo en organismo para poder mantenerse activo antes de matar a su anfitrión. Si se estancaba en un cuerpo este lo destrozaría y moriría con él. Necesitaba pasar de uno a otro o si no, no podía sobrevivir.

Nathalia se ajusto el chaleco recargo el arma. Respiro profundo disfrutando el aire que ahora parecía más puro y comenzó a caminar entre los cadáveres a la salida que estaba a más de 400 metros. En el camino do dejo de ver los rostros de los caídos buscando en ellos un rostro familiar, buscando el rostro de Michelle aunque en su búsqueda había un sentimiento de miedo, sabía que la explosión fue la señal enviada y fue el plan para que ella pudiera escapar pero por la cantidad de heridos que forraban el área militar era muy difícil que ella pudiera haber escapado de ese lugar. En el horizonte se podía ver el humo de incendios repartidos por la ciudad, personas de los tejados de los comercios y en las azoteas de los edificios pidiendo ayuda o tratando de bajar dificultosamente por las ventanas evitando el interior oscuro y los pasillos estrechos de los apartamentos y conjunto residenciales. Nathalia seguía buscando a Michelle entre los cuerpos. Eran cientos de cadáveres pero se dispuso a identificar los que podía, aunque algunos gracias a las heridas en el rostro no podían ser reconocidos o algunos ni tenían cabeza. En el trayecto Algunos heridos que seguían de pie, comenzaron a caminar tras ella tratándola de alcanzar pero eran tan lentos, tan torpes que no representaban ningún peligro, no valía la pena malgastar una bala en ellos ni siquiera valía la pena correr y cansarse por huir de lo que ahora eran solo unos heridos casi minusválidos. El silencio del campo de batalla fue interrumpido por el sonido del rotor de un helicóptero que se acercaba por el Este a poca altura caso rosando los techos de las casas, mientras se iba acercando pudo notar que este no llevaba ningún distintivo de alguna fuerza aérea y recordó que Kevin le comento que antes del ataque el estado les facilito este tipo de vehículos para que no pudieran ser identificados luego. Mientras el aparato se acercaba Nathalia comenzó a saltar y agitar los brazos en un intento desesperado para que la vieran y se detuvieran, recordó que Michelle antes de dejarla en la celda le dijo que varios de sus compañeros habían escapado. De seguro era Michelle que venía por ella. El aparato paso por encima de la cabeza de Nathalia haciendo que esta girara sobre sus talones viendo al aparato seguir de largo al Oeste y desaparecer detrás de unos edificios cerca de la Av. Constitución dejándola con los brazos levantados como saludando al cielo y en ese momento lo pudo ver. A unos 30 metros había un tumulto de cuerpos amontonados uno encima del otro como en una hoguera, el pecho de Nathalia se expandió y sintió como se quedaba sin aire y comenzó a correr en dirección al tumulto, no sabi por que corría pero algo la obligaba y al estar a unos metros le pareció reconocer a una mujer que estaba boca abajo al pie del la colina de cuerpos. Sintió como se le detuvo el corazón, como se le abrió un vacio en el pecho que se fue expandiendo poco a poco al punto de sentir que su pecho se abriría en dos. Su mandíbula comenzó a temblar impidiéndole gritar, tan siquiera susurrar ya que las palabras se atascaban en su garganta como obligadas a volver a su lugar de origen. Reconoció el cuerpo de Michelle. Cayo de rodillas y las lagrimas comenzaron a salir de sus lagrimales y a recorrer sus mejillas, sentía que el aire le faltaba como si le fueran propinado un fuerte golpe en la boca del estomago, como si sus pulmones no lograsen expandirse y recuperar lo expulsado. Comenzó a gatera por encima de los cuerpos y al llegar estiro el brazo tembloroso para tratar de voltear el cadáver y asi asegurarse que era el de Michelle pero el miedo a confirmarlo la paralizo, no pudo hacerlo. No quería ver el rostro de Michelle sin vida y sus ojos sin brillo viendo a la nada. Se quedo sentada al lado del cuerpo y rompió en llanto, se acurruco en posición fetal presionando los puños cerrados contra su pecho. Y ay se quedo... con Michelle.