Donde todo comenzó

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Amanecer Z

Por: M.A.V.CUFAT


El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.

                                                                                                                        Martin Luther King (1929-1968)

"Para ella que en el momento de su partida, desato un apocalipsis en mi mundo"


Prologo

Día 25 de marzo de 2016, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro sigue en el poder mientras que los diputados siguen discutiendo si debería o no estar el cuadro del exprecidente Hugo Chávez Frías, colgado en la asamblea. La delincuencia sigue azotando las calles, a estas horas varias casas han sido robadas y varios menores de edad corren por las calles con bolsos y celulares que hace segundos les arrancaron de las manos a sus dueños, la economía va en decadencia y las medidas de "emergencia económicas" tomadas por el estado no pintan nada bien, mientras que la inflación golpea los bolcillos del ciudadano tan fuerte, que él solo comer es ahora un lujo. Las colas para las compra de los productos de primera necesidad o regulados son interminable y en ellas los bachaqueros (revendedores) se pelean e insultan unos con otros para ver quien se colea primero. Y yo ¡pensaba que esto era el fin del mundo! pero no, de un día para otro todo esto desapareció, todo esto dejo de importar y en ese momento lo importante era sobrevivir, en eso momento comenzó el apocalipsis. ¿Dios seguirá cuidándonos?


Capitulo: 1

Donde todo comenzó

2:00 A.M. Hospital central de Maracay. ¡PING! 4to. Piso – ¡PING! 3ser. Piso – ¡PING! 2do. Piso – ¡PING! 1er. Piso – ¡PING! P.B... Al abrirse la puerta del ascensor de inmediato pudo notar el ajetreo, la tención que saturaba el pasillo de emergencia principal. Todos sus compañeros corrían de un lugar a otro y en sus rostros se podía notar la confusión y miedo que corría por su cuerpo que trataba de dominarlos, trataba de desenfocarlos. En los pasillos estaban varias personas heridas. No solo en camillas, si no también recostadas de las paredes y acostados en el suelo heridos, asustados y desorientados mientras que algunos enfermeros trataban de socorrerlos y tratar sus heridas. La enfermera corrió rápidamente a ayudar pero un medico la detuvo.

- ¡vamos que esperas! ayúdame. – le grito el médico. Un hombre alto y corpulento de mirada fría. De su cuello colgaba un carnet de identificación el cual asilaba como un péndulo que es movido por el viento.

- solo soy una pasante... yo no... ¿Qué hago? – le dijo la enfermera nerviosamente mientras trataba de sostenerle a vista al doctor.

- ¡hazle un torniquete en la pierna! – le ordeno el médico que al parecer le resbalaba que ella fuera solo una pasante. – ¡vamos! ¡Qué esperas! no te quedes mirando. - El hombre, el herido tenía el pantalón destrozado y en su rodilla y muslo tenía una gran herida de más de 40 cm. de la cual colgaban tirones de carne viva y vibrante. Cuando el hombre la movía se le asomaba el hueso de la rodilla, este se abría paso por la carne. La sangre salía a chorros como si una bomba la empujase fura del cuerpo.

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