Capitulo 5

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-Bueno, Cheniciento, ¿cómo te fue anoche con tu príncipe moreno? - Tao le preguntó a JongDae al día siguiente, sentados en la mesa redonda en el despacho de JongDae -. ¿Llegaste a un buen acuerdo y conseguiste una gran cantidad de dinero para nuestro fondo benéfico?

- No exactamente - dijo JongDae, quien bebió un sorbo de café, el cuarto de la mañana, e intento pensar en la mejor manera de explicarle a ZiTao el trató que JongIn le había propuesto. Y tampoco el hecho de haber aceptado. Tratando de convencerse de que lo había hecho por el bien de la organización pero, cada vez que recordaba el casi beso del estacionamiento, sabía que estaba mintiendo.

Estuvo seguro que si lo hubiera besado, hubiera despertado en el deseos completamente desconocidos. JongIn se había retirado antes de que las cosas llegaran demasiado lejos.

De seguro se hubiera acostado con él.

-Vuelve a tierra, Park JongDae. Vuelve a tierra -. Tao estaba chasqueando los dedos frente a su rostro -. ¿Qué quieres decir con "no exactamente"?

-Bueno, que yo..... Mmmmm.

- Que todavía no le he entregado el cheque - dijo una voz diferente a la de ellos.

JongIn estaba en la puerta con una expresión extraña en su rostro. Una mezcla de diversión y algo más que JongDae no era capaz de descifrar. Se sentía avergonzado? ¿Inseguro? Estaría recordando el casi jodido beso.

- ¡Señor Kim! -JongDae se puso de pie con brusquedad. Al hacerlo, se golpeó la cadera contra la mesa y derramó el contenido de la taza de café.

- Creía que habíamos quedado en que me llamaría JongIn - sonrió seductoramente y, antes de que él y ZiTao reaccionaran, se acerco a la mesa, saco un pañuelo de su bolsillo y limpio parte del líquido derramado.

Aquel hombre tenía un efecto ridículo sobre él. Con una simple sonrisa conseguía que se pusiera a temblar. Era un hombre atractivo. Tenía el mentón fino y los ojos color oscuro, rodeados por una cejas oscuras. El cabello negro. Y un cuerpo... JongDae no pudo evitar suspirar.

Ese día llevaba una chaqueta de espiga y unos pantalones vaqueros oscuros que le daban un aspecto moderno. JongDae en cambio, se había vuelto a ponerse su traje de oficina, una camisa crema clara y un pantalón negro. Su único accesorio era su anillo.

Lo triste era que el había elegido esa ropa confiando en parecer algo moderno. Sin embargo, se sentía sencillo, sobre todo al lado de ZiTao, que llevaba un traje blanco, camisa roja y ceñido al cuerpo.

-No te esperaba todavía. Llegas temprano - dijo JongDae.

Tao se aclaro la garganta para recordarle que debía presentárselo.

-Oh. JongIn... -dijo con una sonrisa - Este es mi gran amigo Huang ZiTao. Esta encargado del área de voluntariado de Lucky One. Se ocupa de si formación.

Después de presentarlos, JongIn contuvo la respiración. Era consciente de que Tao podría abrir su boca y no para nada bueno.

JongIn sonrió y estrecho la mano de Tao. Después añadió:

-No he conseguido limpiarlo todo con el pañuelo. Me temo que te mancharas si no te mueves.

- ¡Oh! -Tao miro la mesa y se apartó justo antes de que el café comenzara a gotear por el borde de la mesa. Miro a JongIn y después a JongDae, antes de añadir: Iré a buscar algo para limpiarlo.

- Me alegró de conocerte - dijo JongIn.

-Lo mismo digo - contestó Tao con una sonrisa. Esperó a llegar a la puerta y, aprovechando que JongIn estaba de espalda, artículo en silencio "madre mía".

- Esperó no haberte pillado en mal momento - dijo JongIn -. Dije que vendría a las nueves.

El reloj de pared marcaba las ochos y media. Otra vez había llegado temprano, y JongDae debería de haberlo imaginado. Pero él iba retrasado aquella mañana. No había dormido bien. De hecho, solo había dormido un par de horas antes de que sonara el despertador. ¿Cómo iba a conciliar el sueño después del casi beso que se daba con JongIn?

Se acarició los labios. Y se percato de que tenía al responsable de que estuviera así y que lo estaba mirando con una sonrisa.

- A las nueves. Si. Dijiste a las nueves - asintió alejando la mano se sus labios. Esta vez no se había sonrojado - Ahora me acuerdo.

JongIn asintió. Después, al ver que el silencio empezaba a alargarse demasiado, gesticulo con las manos y dijo:

- Así que esto es Lucky One.

Estupendo. Hablarían de trabajo. Era el centro de su vida, a lo que dedicaba más tiempo y esfuerzo, así que le resultaría fácil hablar de ello. Y lo ayudaría a no pensar en lo sexy que era JongIn.

- Voy a enseñarte la oficina -sugirió JongDae.

Comenzó por la sala principal. Las paredes estaban llenas de carteles con las letras del alfabeto. JongDae le explicó a JongIn que preferí trabajar con los adultos sentados en círculo, ya que así creaba un ambiente más parecido al de una oficina que al de un aula de estudio. Algunos de sus clientes no habían tenido buenas experiencias en el colegio y, a pesar de que iban allí para aprender, se sentían más respetados sentados de ese modo.

JongIn miro a su alrededor después de oír su explicación y dijo:

- Supongo que nunca lo había pensado.

-Hay gente a la que no le importa, pero nos dimos cuenta de que muchos de nuestros clientes sí...-se encogió de hombros -. El objetivo es hacer que se sientan lo más a gusto posible para que puedan centrar toda su atención en aprender a leer.

- ¿Y eso cómo lo hace? Me refiero a la enseñanza.

- Hay varios métodos diferentes. Por ejemplo, el método de lectura Barton ha sido muy eficaz con muchos de nuestro clientes. Se centra en la fonética y en reconocer.

JongIn asintió. El trabajo de JongDae le resultaba interesante, pero el hombre mucho más. No podía dejar de mirarle los labios. Se fijo en si camisa. Sólo el primer botón no estaba puesto, así que se le veía la clavícula. No estaba muy seguro, pero creyó ver su pezón erecto. ¿Desde cuando encontraba tan excitante esa parte del cuerpo? Observó como tragaba saliva y, de pronto, las imágenes de todo lo que podía hacer una pareja invadieron su cabeza. Imágenes de todo lo que podía suceder en un dormitorio con la puerta cerrada.

Suspiro, inquieto por la dirección de sus pensamientos.

- ¿Te estoy aburriendo ?-preguntó JongDae apenado.

- Lo siento. Para nada. De hecho, justo lo contrario. Estoy fascinado - admitió, y se esforzó para apartar la mirada de sus labios -. Quiero decir, lo que haces aquí me parece fascinante.

Si JongIn no hubiera dicho nada más... Pero acerco la mano a su rostro y le acaricio la mejilla con los dedos antes de colocarle un mechón de pelo detrás de la oreja.

-¿JongIn? - lo llamó sonrojándose.

El retiró la mano.

- Me preguntaba si...- dejo la frase sin terminar al ver que se adentraba a terreno peligroso. Su relación tenia que ser estrictamente profesional, a pesar de que el acuerdo al que habían llegado estuviera basado en algo personal. Se aclaró la garganta-. ¿Te parece que quedemos esta noche otra vez? Todavía nos queda mucho por aprender el uno del otro.

Por un momento vio decepción en los ojos de JongDae, esperando que dijese otra cosa.

- Supongo que si.

- ¿A lo mejor puede pasar por tu casa y llevar comida china? ¿Te gusta la comida china?

- ¿En mi casa? -pregunto JongDae arqueando la cejas.

JongIn contesto con una amplia sonrisa.

-Estoy deseando conocer a XingXing.








Y tal vez algo más 🌚🌚🌚🌚

Falso Amor (KaiChen) {Editando} [Finalizada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora