Llegué a casa, preparé risotto de salmón y gambas para comer, haciendo suficiente para que me quedase un poco para la cena. Después tumbada en el sofá hice un poco de zapping. No echaban nada que me gustase, así que cogí el teléfono y cotilleé un poco las redes sociales. Las niñas de clases habían creado un grupo de whatsapp y estaban comentando sobre quedar para ir a ver el partido. Sorprendiéndolas a todas, escribí un mensaje en el grupo.
->Chicas me apetece mucho ir a ver el partido, pero no se donde es.Podíamos quedar antes e ir juntas.
->Sí, me parece una ida genial, me alegra que al final hayas decido a venir.Nos lo vamos a pasar genial, ya verás.-dijo Ana añadiendo emoticonos con ojos de corazón.
->Chicas yo ya quede para ir, pero nos vemos allí y nos podemos sentar juntas- comento Antía.
->Ohh, no pasa nada. Por supuesto que nos sentaremos juntas jaja- dijo marta.
->Chicas y sabéis la hora?- dijo Ana.
->No aun no- contestó Antía
Me llegó un wass de un número que no tenía guardado. Miré la foto de perfil. Era un chico moreno con un bañador azul marino, en una playa de espaldas levantando los brazos, se le veía una espalda musculada. La foto era realmente bonita. El fondo se veía una una puesta de sol de color azul amarillo y rosado.
El mensaje ponía: Hola Cassandra, soy Sergio. Era para recordarte lo del partido. Es a las 8:30 y está es la dirección. Adjunto la dirección en google maps.
Rápidamente contesté en el grupo de las chicas.
->Chicas es a las ocho y media. Qué os parece quedar a las ocho? Pero decirme un sitio por favor.
->Oh genial. Cómo te enteraste? Podemos quedar en la biblio de la uni, el campo de fútbol es cerca, qué te parece?
->Genial, allí nos vemos- contesté evitando la pregunta que Ana me formulo sobre cómo me había enterado.
Al igual que tú, que estas leyendo, nuestra protagonista también se había dado cuenta de que a Ana Abal, le hacía tilín-tilín Sergio.
Contesté a Sergio, no quería ser coqueta, pero era una faceta que me salía instintiva con los chicos. Adoraba tenerlos a mis pies.
No creo que vaya! Nadie interesante juega- contesté. Se me escapó una sonrisa seductora, y sabía que a él se le iba a escapar otra al ver mi contestación.
Tenía unas horas antes de quedar, así que aproveché para mirar lo que habíamos dado hoy en clases.
Estaba cerrando la puerta cuando sentí mi teléfono en la mochila. Cerré rápido y lo busqué mientras llamaba al ascensor.
-Hola-dije, era un número desconocido.
-Señorita Donini, soy la decana de la universidad, la llamaba para informarle de que ha sido asignada a un laboratorio. Le he enviado a su correo la información.
-Muchas gracias.- llegaba tarde, ya estaba saliendo del portal. Tenía unos minutos para llegar a la biblioteca, tenía suerte por tener el piso bastante cerca de la facultad.
-Siento haber tardado tanto. Pero el problema no había sido informático,sino que el número de plazas había sido inferior al número de alumnos. Un despiste de dirección. Siento las molestias. - iba a contestarle, pero continuó.- También tengo que informarle que este laboratorio, no suele estar asociado con la facultad. Es un laboratorio de medicina experimental. Para la semana podrá comenzar con ellos.
-Muchas gracias.-contesté con una sonrisa.-Me alegraba que se haya solucionado el problema.
-Cualquier duda o otra incidencia sabe que puede contactar sin ningún problema con dirección o con su tutor el señor Boán. Que tenga una buena tarde-y colgó.
Ya casi había llegado al sitio acordado, Ana y Marta ya estaban allí. Me reconocieron y levantaron sus manos, saludándome y haciéndome saber que estaban allí. Sonreí e imite su gesto y aceleré el paso.
En el trayecto hasta el campo e fútbol compramos unas patatas. En el camino comentaban sobre el partido y la rivalidad que tenían amistosamente con los de derecho. También Ana preguntó varias veces sobre su aspecto, estaba realmente guapa,era muy guapa. Supuse que su preocupación venía por el hecho de que estaría allí Sergio. La verdad: me parecía que harían muy buena pareja.
Llegamos allí, y Marta dijo que iba a ver si encontraba a Antía, pero a los minutos volvió a sentarse a nuestro lado en las gradas y dijo que aún no debían de haber llegado.
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Psiques
RomanceElla comenzó una nueva etapa en una ciudad sencilla. Pero no sabía que aquella nueva ciudad le abriría las puertas para poder seguir la luz sin estar muerta.