El ultimo esfuerzo

Un regalo

Una vez llegamos a casa sabía que ella tendría que retomar su camino así que cuando llegamos le pregunte si era del pueblo, me dijo que no, me dijo que era del pueblo vecino "forynd" no estaba muy lejos pero aun así no cambiaba el echo de que se iría, recién la conocí y ya se iba.

El tiempo que pasamos fue breve asi que solo le dije que si necesitaba algo ella podria contar con mi ayuda, al momento de su partida solo le pude desear suerte ya que no era de tratar con mujeres.

Al día siguiente llegó mi padre a casa con un extraño hombre, se llamaba "Monguz". Mi padre tomo la flor envenenada y el black steal y salieron, no dijeron nada al atardecer llegó mi padre con una caja y cuando me vio sólo me dijo: felicidades hijo mío, ya no me queda nada para enseñarte. Yo lo seguí hasta la sala, el colocá la caja sobre la mesa, lo abre y para mi sorpresa estaban 2 dagas y un frasco.

Mi padre me dijo que el frasco contenía el veneno de mi primera prueba y las dagas tenían el metal de la ultima prueba y la enseñanza de la segunda, le pregunte:¿De la segunda prueba?.

El me dijo que la segunda prueba me enseño lo importante que era tener personas que te apoyaran y que tomaban un ataque por ti.

En ese momento recorde lo que paso en el bosque pero aun no lo comprendía yo creía que me podría valer por mi cuenta asi que decidi ignorar eso.

Después de eso mi padre me dijo que Suros podría caer, el rey enfermaba y no hay herederos, en ese momento le pregunte por los hijos del rey, mi padre me dijo que fueron asesinados y se cree que el rey los mando a eliminar, ya no hay heredero alguno de su cargo y el rey está mandando a la guardia a los pueblos para saquear sus recursos y tesoros.

Yo sorprendido le pregunte sobre que pasaría con Cedres y el me dijo que reunió aproximadamente 100 soldados, no era mucho comparado con el ejército del rey pero que trataria de defender el pueblo, pero me dijo que tenía que partir a "Wein" me dijo que era la ciudad más segura por ahora y que tenía que partir de inmediato que siguiera entrenando y que no me involucrará con el rey, me dijo que buscara mi motivo, la razon por la que entrené. Nunca había visto a mi padre tan preocupado.

Sin negarme y sin hacer preguntas le hice caso, sabía que la situación era muy sería.