Uno.

709 60 2
                                    

¿Cómo podría comenzar la historia?

Claro desde el principio. En una fría mañana de abril -no entiendo porque todo me pasa en abril-. Mientras casi pierdo el tren al trabajo, me dio curiosidad que una mujer tan bella estuviese sentada tan sola mirando a la nada. No diré direcciones, ni flores, siquiera diré los nombres, podrían llamarme como quieran. Pero a ella, a ella llamenla dama de seda, muñeca preciosa, mujer maravillosa. Aquella que lleva en su mirada mucho fuego, un terremoto al que estarías dispuesto a darle tu vida solo para tener un rato en sus sabanas. Perdón, no quise decir sabanas, no entiendo como todo en la vida podría radicar a veces en pesar en una cama de hotel, siquiera en un callejón donde nadie podría vernos. Esta mirándome, me detengo en seco porque me doy cuenta de que su mirada esta fija en mi, quizás es porque no has dejado de mirarla desde que te subiste al tren, no seas idiota hombre -Si, tengo peleas conmigo mismo, a veces suelo ser un poco despistado y créeme, hasta puedo olvidar las manos que cada noche me dan calor-. El tren se detiene, ella baja su mirada mientras revisa su teléfono, suspira, guarda el teléfono en el bolso. Levanta la mirada, alguien entra, el tren sigue, ella lo mira, parece que se conocen. Cuando están cerca ella no puede evitar sonreír, le da dos cálidos besos en las mejillas, yo dejo de mirarla, me repito mentalmente que debo pensar en otra cosa, bajo cuando el tren se detiene una vez mas. Me marcho sin mirarla, sin ni siquiera pensar.

Muñeca sin corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora