Presentación.

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Estoy en mi oficina, acabo de recibir una llamada y estoy colgando el teléfono cuándo Rosa entra por la puerta para mandarme otro encargo.

-Señora Fernandez, su café.

-Gracias Rosa. ¿Algo que hacer?.

-Si, tiene 14 llamadas del señor Jiménez. También la señora Pérez quiere quedar el día 14 para ver como va el trabajo.

-14.-no puedo evitar que una lágrima caiga por mi mejilla hasta caer en el café cortado.

-¿Pasa algo señora?.

-Una larga historia Rosa, una muy larga historia.

-Bueno señora, si quiere desahogarse conmigo, no tengo ningún problema. Con permiso.-y se marcha.

-Han pasado 10 años.-digo mirando una foto de mi hija Cristina.

-Hola.-alguien me sorprende.

-¿¡Caro!?.-me alegro tanto al verla, me levanto y voy a dejarla sin aire.

-¿Que tal amiga?.

-Bien ¿y tu?.

-Estupenda. Esperando al nuevo miembro.

-¿Estás embarazada?.

-Si, hoy me enteré.

-Me alegro.-le doy un abrazo.

-He venido para que quedemos esta tarde en mi casa. Hace mucho que no nos vemos y tenemos muchas cosas que contarnos.

-Obvio. A Cristian le parecerá genial la idea seguro, con lo bien que se lleva con Jaime.

-Pues nos vemos luego.-besa mi mejilla derecha y después la izquierda.

-Adiós.

Llego a casa, y recibo el cálido abrazo de Cristina, mi hija de 4 años. Y después el dulce beso de Cristian. Seguido a esto vamos a la mesa a comer. La rutina de siempre.

-Mamá, hoy saqué un 10 en el mejor dibujo de clase.-me informa mi hija muy contenta.

-¿Si? Eres una campeona. Choca los cinco.-su mano abierta choca con la mia.

-Nuestra hija tiene un don dibujando.-me informa Cristian.

-La verdad es que si, y me gustaría apuntarla a clases de arte.

-¿Y el inglés? El dinero no sale de los árboles Aroa.

-No, pero creo que es lo suyo y le va a encantar dibujar, además si tanto le gusta, lo pasará mejor que en inglés.

-Bueno lo hablaremos más adelante.

-Ah, otra cosa, está tarde tenemos planes.

-¿Con quién?.

-Con Caro y Jaime. ¿Sabes que van a tener un bebé?.

-¿¡En serio!?.

-Si. Se enteraron hoy.

-Que buena noticia.

-Estoy muy orgullosa de ella. Ella también lo paso mal.

-Cariño, deja el tema, sabes que te hace mal. ¿Has tomado las pastillas?.

-No, pero gracias por recordarmelo.-beso su mejilla y voy a la cocina a tomarme mi dosis.

~*~

Estamos en casa de Caro, igual que siempre, han cambiado algunas cosas, quizás son los adornos. Me siento en el sofá rojo de tres piezas y tomo la Coca-cola que me han servido.

Los hombres deciden ir a un bar abajo a ver el partido y se llevan a Cristina para que juegue en el parque. Yo me quedo con Caro.

-Está muy linda tu casa.-digo.

-Gracias.

-Bueno y dime ¿como se va a llamar?.

-De eso quiero hablar.

-Pues dime.

-Si es chico Pedro, como mi padre, si es niña Amalia.

En ese momento estaba bebiendo y no pude evitar atragantarme, respiro, inspiro y la miro a los ojos.

-Amalia.-susurro.

-¿Te parece bien?.

-Si, no veo nada de malo.

-Se que para ti es algo delicado por eso.

-Bueno y para ti ¿no?.

-Si también. Yo también pasé mucho, cosas que vosotros no sabiais.

-Debí darme cuenta antes.

-No es tu culpa, ni la mia, ni la suya.

-Yo lo sé. Pero, podría haber cambiado algo.

-El destino lo quiso así.

-El destino....hijo de...

-Mira, tengo un álbum de fotos nuestro.

-Que linda Amalia.

-Como siempre.-empiezo a acariciar su foto.

-He leído, qué, que para desahogarse hay que contar todo. Bueno y tu y yo tenemos dos partes de ella.

-Si.

-Y si quieres desahogarte aquí estoy.

-Quiero contar todo desde el principio, como siempre hago en mi mente, pero esta vez aquí entre nosotras.

-Le diré a Jaime que tarde.

-Okay.

-Vamos viendo fotos ¿no?.

-Claro.

Sólo 14.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora