Cuarenta y nueve.

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Tres horas llevábamos en el auto, tres largas e incómodas horas, al menos para mí, Cameron puso su mano sobre la mía y la apreto un poco.

-Ya casi llegamos- mencionó y yo asenti, voltee hacia la ventana y comence a reconocer en donde estabamos, las palmeras adornando las calles y aquella brisa de la playa llego a mí. Conducio un poco más y luego se estaciono, bajamos del auto y él se acerco a mí, volvió a tomar mi mano fuertemente para que no la separará y comenzamos a caminar hacía la playa.

-¿Qué hacemos aquí?- pregunté.

-Es nuestro lugar, siempre venimos aquí y tenía ganas de venir- se rio un poco y luego vio mi mamo-. ¿Dónde esta tu tatuaje?- me puse nerviosa inmediatamente y lo miré, sabía que era un buen momento para decirle la verdad, para decirle que me había quitado ese tatuaje tiempo atrás y que ahora estaba casada-. ¿Me vas a contestar?

-Lo borré hace tiempo- él me miro con confusión-. Cam, hay algo que tengo que decirte- su expresión cambio de un segundo a otro.

-Antes quiero que veas lo que hice- caminamos un poco más y luego vi una pequeña manta tendida en el suelo, algunas flores y una canasta-. Te dije que te invitaría el desayuno.

-Cam, de verdad necesito decirte algo- él solo se sento sobre la manta.

-Después amor, después- comenzo a sacar las cosas de la canasta, parecía como si supiera que era lo que diría y no quisiera escucharlo.

One Last Time.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora