Bien,
ahora que sé que las promesas no siempre se cumplen,
Que los juramentos nunca acaban de la forma en la que esperamos,
Que los atardeceres no estaban hechos para besarnos,
Y que la luna no brillaba si no estabas a mi lado,
He decidido pedir que te quedes.
Quédate, y demuéstrame que las estrellas sólo iluminan las noches junto a ti,
que todos los chicos no son iguales, si no peores.
Ven, y haz del masoquismo, un ocio para mi.
Abrígame del frío de tu piel,
De tus labios hechos hielo, y de tu corazón,
cual es un tema del que no se habla.