No te pasa que, tratas de morir mentalmente cada vez que ves la necesidad de saciar tus ganas de quebrarte frente al mundo, y rendirte, permanecer en un constante vaivén de voces psicológicas que hacen que llores hasta que los mares queden cortos y los ríos sequen, ver como la gente cambia y crece y tu sigues ahí, estancada entre la multitud, observando cada pequeño detalle en los ojos de cualquier otra persona, que sea digno a cruzar junto a mi aquellas solitarias y tristes calles de Madrid.