Ainsworth.

XI | Finale.

Queda el epilogo, y no os olvidéis votar por mi NUEVA HISTORIA, BESTIA. Ya en mi perfil 💘

Desperté con unas manos rodeando mi cintura, estábamos completamente desnudos.

Me sonrojé cuando recordé lo de a noche y sonreí, pero mi sonrisa se esfumó cuando me di cuenta de que día era, hoy era el baile, lo que quiere decir que atraparíamos al demonio hoy, o sea a Travis.

Todavía no me creo que Travis sea el demonio.

Me desperezo y me levanto de la cama pero Evan tira de mi mano y acabo en su pecho de nuevo.

- Buenos días -me da un beso en la frente- nunca pensé que iba a querer tanto a alguien.

- Yo nunca pensé que querría a alguien -me abrazó.

- Cuando salgamos de aquí me ocuparé de que nunca más vuelvas a hacerte daño, te lo juro -me besa en suavemente en los labios.

- Tenemos que levantarnos y tú tienes que irte a tu cuarto, hay que preparar el baile -digo levantándome de la cama, Evan gruñe pero también se levanta.

Me visto rápido y le doy un corto beso en los labios como despedida para luego salir de la habitación.

Voy hacia mi cuarto y me doy de frente con Beezus.

- Hey -me saluda- ¿has visto a Travis? No lo he visto en todo el día y hay que ir a decorar la sala para la fiesta.

- No lo he visto -dios mío no puede ser más sospechoso- pero podemos ir juntas, Travis vendrá después seguro.

Fuimos hasta la sala principal para empezar con la decoración, todos estaban en ello, hasta Evan. Pero ni rastro de Travis.

La fiesta era esta noche y estaba tan nerviosa.

Acabamos con los adornos y me despedí de Beezus para después encontrarme con Evan en su habitación.

Era la última práctica, tenía que darle a el demonio en el corazón o en la cabeza. Evan puso una pequeña diana donde yo tenía que dar con la flecha y le di justo en el blanco.

- Estás preparada -me agarró de las manos y me besó.

- Una pregunta, Evan, ¿por qué tu no puedes matar al demonio? -le pregunté.

- Los demonios no podemos matar a otros demonios, además la profecía dice que debes matarlo tú -explicó.

Asentí.

- ¿Y si fallo? -le pregunto.

- No lo harás -me sonríe.

Planta un beso en mis labios, de repente la puerta se abre y pienso que es Beezus o Marie.

Oh mierda.

Es Grey.

- Os lo advertí -nos miro enojada y yo me horricé- a mi despacho ahora.

Unos hombres nos agarraron a Evan y a mi y nos llevaron a su despacho.

- Sabéis, voy a someteros a electroshocks -dijo seria- pero, pensándolo mejor, no os voy a estropear la fiesta dejándoos el cerebro frito, así que, mañana os someteré a ellos.

Grité horrorizada, iba a convertirme en un vegetal, y Evan también, las lágrimas caían por mis mejillas.

- Por favor, no -sollocé- no nos haga esto.