Capítulo 2

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Nicholas estaba muy confundido, la reaparición de Katherine en sus vidas había vuelto todo un caos. Llamó a su abogado y también a un investigador que se encargaba de conseguirle toda la información que necesitaba en los negocios.

-Necesito que averigües todo sobre Katherine Holly. Todos sobre su pasado y todo sobre su vida actual. También necesito que investigues sobre este certificado.- le indicó al investigador.

-Sí, señor – respondió el hombre y salió de prisa, se caracterizaba por su eficiencia. Nick esperó que saliera y luego se dirigió a su abogado.

-Quiero a esa mujer lejos de Thery.

-Nick, me temo que no será tan fácil, de hecho si ella puede probar que el certificado es falso y que tú estás involucrado de alguna manera puedes ser juzgado por robar a la niña.

-Yo no hice tal cosa, es la primera vez que veo ese certificado de defunción en mi vida y además fue ella quien vendió a su propia hija.

-Eso tendremos que probarlo.

-No hay nada que probar, la quiero lejos.

-Nicholas, esta vez se trata de la ley, no importa lo que tú quieras ni tu poder. Necesitamos más información, y ya mismo empezaré a trabajar en tu caso, pero quiero que estés advertido. Este puede ser un procedimiento largo y complicado, e incluso puede que Thery tenga que declarar.

-No me importa el cómo lo hagas, sólo hazlo – ordenó Nicholas y el abogado asintió.

Una vez que se quedó solo, maldijo mientras caminaba de un lado al otro. Estaba acostumbrado a manejar todo, incluyendo sus propios sentimientos, sólo una vez en su vida se había dejado llevar por su corazón y había sido un desastre.

El único ser en la tierra que tenía su amor, era una niñita de cinco años y ahora estaba en peligro.

Sin pensarlo mucho, dio instrucciones a su secretaria sobre su agenda y se marchó a casa, donde lo esperaba su pequeña hija.

Al llegar se dio cuenta que habían cumplido con extremar las medidas de seguridad, era una fortaleza inexpugnable.

Entró a la sala e inmediatamente, la niña corrió hacia él.

-¡Papi! – gritó y él la atrapó entre sus brazos.

-Hola , mi princesa. ¿Cómo has estado? – preguntó sonriendo con calidez y ella empezó a contarle todo lo que había hecho y hacer preguntas sobre el día de él. Escuchó prestando atención y le contestó con paciencia, cualquiera que lo viera en su rol de padre se extrañaría de lo diferente que podía ser al implacable hombres de negocios que conocían.

-Tengo hambre – expresó la niña cuando acabó de narrar sus aventuras infantiles.

-¿No comiste aún? –preguntó acariciando el sedoso cabello rubio. Tenía algunas ondas e inmediatamente vino a su mente la imagen de otra mujer rubia, de la mujer que había engendrado a la niña. La mujer que la había abandonado sin el más mínimo sentimiento de culpa.

-Claro que no , te esperaba.¡Papi! ¿No me estás escuchando? – insistió ella al ver que su padre no le prestaba atención.

-Sí, cariño, lo siento. Vamos a cenar.

Nick cenó con su hija, luego la acostó y le leyó un cuento hasta que ella se quedó dormida.

-Todo va a estar bien, no voy a dejar que te lastimen de nuevo – susurró y le besó la frente.

Sin embargo, a él le costó mucho más conciliar el sueño. Y cuando finalmente se durmió tuvo pesadillas, horribles sueños en lo que Thery era una bebé y era arrancada de brazos de su madre, de una joven Katherine que gritaba pidiendo a su hija como si le arrancaran el alma.

Ganar el perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora