Capítulo 5

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Nicholas entró a la casa y se encontró a Thery parada, esperando, en el mismo lugar en que la había dejado al salir. La niña aún abrazaba su oso de peluche, y al verlo entrar lo estiró hacia él.

-¿Es bonito, verdad?

-Sí, mi amor, es muy bonito. ¿Ya le pusiste nombre? – preguntó él agachándose junto a su hija.

-No, todavía no. Mi mamá me quiere – dijo de pronto y no fue una pregunta sino una afirmación.

Aquello le dolió, era obvio que su hija necesitaba una madre, a su madre.

Él siempre había pensado que estaban bien así, de hecho aunque todos insistieran no había querido casarse sólo para darle una madre a Thery, él podía cuidar bien de ella.

Había muchos niños que crecían sin padre o sin madre y no les iba mal, había dado todo de sí para que su hija nunca sintiera la carencia de afecto.

Era una niña amada y feliz y nunca hablaban de la madre, sólo una vez, cuando la niña había preguntado, le había explicado que su madre la amaba pero no podía cuidar de ella y que algún día volvería. No había podido decirle la verdad, era demasiado cruel.

Pero la madre que la había abandonado, ahora había regresado y Thery la necesitaba. ¿Qué iba a hacer?

-Papá...-lo llamó la niña al notar que no le prestaba atención.

-Sí, cariño. Tu mamá te quiere mucho – le dijo para tranquilizarla y luego la levantó en brazos -¿A qué quieres jugar?

-¿No vas a ir al trabajo?

-No, hoy no, me quedo contigo – dijo y la niña sonrió contenta.

Nick había discutido con su abogado y hablado con la asistente social, sin obtener el resultado deseado, no podía impedir que Katherine saliera con su hija. Lo único que había logrado es que la niñera las acompañara, aún así no estaba satisfecho.

Esperaba que el detective que acababa de llegar le trajera algo de información.

-¿Encontraste algo? – preguntó de mal humor.

-No mucho aún. Lo único que descubrí es sobre sus cuentas bancarias, no tiene gran cantidad de dinero, ni lo ha tenido. Me refiero a que no hay evidencia de que haya recibido, o gastado la cantidad que supuestamente recibió.

-Fue hace cinco años...pudo gastarlo o guardarlo.

-No, en los cinco años, jamás ha tenido esa cantidad. Seguiré investigando, pero es bastante raro.

-¿Algo más? – insistió con impaciencia.

-Lo otro es información reciente, tendrá una exposición de cuadros la semana próxima...

-Pensé que tendrías algo importante.

-Lo siento, seguiré buscando. Ah, algo más...

-¿Sí?

-Todos los que la conocen hablan muy bien de ella, pero no tiene a nadie realmente cercano, ni familia, ni amigos...es como si no dejara que nadie se acercara lo suficiente a ella. En eso se parece a ti...- dijo y se marchó antes de que lo despidieran.

Era verdad que él había vivido manteniendo a todos a cierta distancia, después de todo había sido traicionado por la persona que más amaba y nunca se había repuesto de ello. Nunca había vuelto a confiar en nadie, nunca había vuelto a entregarse, su hija era a la única persona que amaba sin límites.

¿Era posible que Katherine se sintiera de la misma manera?

Kate pasó a buscar a su hija para llevarla a almorzar, en un primer momento había pensado hacerle comida en su casa, pero pensó que aún no tenían ese vínculo y además temía que a ella no le gustara lo que le cocinara.

Ganar el perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora