Capítulo 11

28K 2.2K 133
                                    

Durante la tarde Katherine se trasladó a la casa de Nick, apenas llegó vio a los guardias de seguridad en la puerta de la mansión. Era muy claro que cuando había hablado de proteger la intimidad, lo decía muy en serio.

Además había avisado a la escuela que Thery se ausentaría un par de días, ella no estaba de acuerdo con eso, no creía que fuera necesario alterar la normalidad de la niña, pero ya estaba hecho. Por otra parte, la pequeña estaba más que feliz de poder pasar esos días en casa, junto a sus padres.

Kate, en cambio, sentía un poco de aprensión al volver a aquel mundo donde los tres convivían como si fueran una familia verdadera, era como si entrara a una ilusión de lo que podría haber tenido si su relación con Nick no se hubiera tornado una pesadilla.

Aún así, había aceptado de la misma forma insensata en que Alicia había seguido al conejo hasta el país de las maravillas y ahora no sabía qué le depararía el futuro.

Sus temores se dispersaron con el correr de los días. Podía ser madre durante 24 horas aunque debía compartir a Thery con Nicholas , aún así disfrutaba los rituales cotidianos.

La Sra. Bliss mantenía distancia y la dejaba hacer todas las tareas que antes realizaba.

Katherine incluso había suspendido las clases de pintura que daba, y tenía prácticamente todo el día para estar junto a su hija, charlaban y jugaban mientras el vínculo que tenían se fortalecía.

Nicholas iba a trabajar pero procuraba volver temprano para almorzar y cenar junto a ellas, incluso llegaba más temprano y se les unía para ver una película o jugar con Thery.

Kate se había acostumbrado a verlo correr en el jardín con la niña o leyéndole cuentos para que durmiera. Y a veces, cuando hurgaba en su interior, se daba cuenta que ya no podía odiarlo, el resentimiento que le tenía se había esfumado.

Los días pasaron, Nick aún no había descubierto nada, pero al menos había bloqueado a los periodistas, no quería que nadie investigara y sacara a la luz el doloroso pasado de Kate. Los días se le hacían cortos, no veía la hora de salir del trabajo para llegar a su casa y encontrar a Katherine y a Thery, usualmente estaban riendo embarcadas en alguna pequeña aventura o juego. Un día las sorprendió en la cocina horneando galletas, con la ropa llenas de manchas y una sonrisa amplia en el rostro, otro día las encontró disfrazadas bailando en el salón, y por suerte ya no se sentía un extraño en aquellos momentos, ahora podía unirse a ellas y sentirse feliz.

Era sábado así que luego de dar un paseo, los tres se habían puesto a armar un gran rompecabezas en la sala.

Thery estaba a punto de colocar la última pieza cuando llamaron a la puerta, la empleada fue a abrir y una mujer entró. Kate y Nick se quedaron congelados mirando a la mujer, sólo Thery reaccionó corriendo hacia ella y los sacó del estado de sorpresa.

-¡Abuelita! – gritó la niña y se lanzó hacia la mujer que la recibió con lo brazos abiertos.

-Hola mi princesa – saludó la madre de Nick con calidez, mientras abrazaba a la pequeña.

Kate volvió a ponerse a la defensiva y Nick se puso de pie extrañado, no esperaba una visita de su madre y las valijas que ella portaba lo intrigaban.

-Hola, madre – saludó él acercándose.

-Hola, querido.

-¿Qué haces aquí?

-Ayúdame a entrar las valijas y en seguida hablamos de ello.- le dijo y él asintió, algo había sucedido y no era nada bueno, estaba seguro de eso.

Ganar el perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora