❝IDIOTA❞ 「EunHae」

Mejillas Rojas

—¿Hablas en serio?

—Así es...

Kim Young Woon, el dueño del bar en el que yo me encontraba en ese momento, estaba echándome del lugar.

¡Sólo había tomado un trago!

—Ve a casa.

—Ellos te llamaron, ¿no?

—Eunhyuk...

—No es necesario que lo digas —me levanté del taburete y me colgué la mochila del hombro.

Empujé con mi cuerpo a las personas que bailaban en la pista hasta lograr llegar a la puerta.

Cuando estuve fuera, metí mis manos en mi chaqueta del equipo y caminé sin rumbo alguno.

Probablemente, Junsu estaría con su novia, Yoona en casa de su amiga y Kibum en el trabajo. Aunque después del castigo que recibió por parte de Heechul, lo dudo.

Me detuve en el parque donde solía ir con mi mamá. De niño, ella siempre se encargó de darme buenos recuerdos. Moví mi cabeza de un lado a otro dispersando mis pensamientos y caminé hacia los columpios, en donde había una chica...uno, dos y tres pasos. En realidad, era un chico.

Sonreí al ver más de cerca y saber de quién se trataba. Me acerqué y como otras veces, salté a su lado y grité. Dio un bote y cayó al suelo, provocando que los auriculares quedaran a un lado.

—¿Se ha vuelto alguna tradición para ti  hacer eso cada que me ves? —Donghae tenía su cabello recogido en una media coleta y sus mejillas tenían un bonito tono rosa. Seguro era por el calor.

—Me gusta asustarte —tendí mano hacia él y la tomó para levantarse. Volvió a sentarse en el columpio, mirando al suelo.

—Deberías estar en casa —giré mi cabeza para mirarlo pero Donghae estaba con los ojos puestos en el cielo nocturno.

Habían muchas estrellas.

—¿Sabes por qué brillan las estrellas? —pregunté y también dirigí mi mirada a la constelación de aquella noche.

—Creo tener una idea...—lo oí murmurar y sonreí.

—Se dice que hace mucho tiempo, la Luna se enamoró del Sol y él de ella pero su amor no podía ser ya que ellos a pesar de pertenecer al mismo lugar, era como si fueran de mundos totalmente diferentes —suspiré y relamí mis labios antes de continuar— La Luna era débil, despistada pero aun así poseía una belleza y un talento del cual ella no era consciente. El Sol era admirado y querido por todos pero él se vio conquistado por aquella belleza. Le fue ligeramente difícil llegar a su corazón porque era realmente testaruda y desconfiada pero lo logró.

»Estuvieron juntos un tiempo. Eran felices además de ser la envidia de todos, sin embargo alguien provocó su separación. Ambos se enojaron mucho el uno con el otro durante demasiados años. Cuando se enteraron de que eso había sido planeado, ya era muy tarde, por lo tanto...las estrellas son lágrimas que derrama la Luna cada vez que recuerda lo tonta que fue pero el Sol, desde su posición, la anima, brindándole su brillo en un intento de hacerle saber que algún día volverán a estar juntos y esta vez...para siempre.

Volví a mirar a Donghae pero él seguía de igual manera, aunque algo había cambiado.

—Es un poco tonto ¿no crees? —me balanceé un poco y reí por lo bajo.

—No —una sonrisa apareció en su rostro, dándole un aspecto infantil—. Es tierno y romántico.

Esa era la primera vez que yo relataba esa historia y realmente me sorprendió que a la única persona que me había atrevido contarla, le haya gustado...

—Donghae...—me levanté y me acerqué a él.

—¿Q-qué sucede? —puse mis manos en las cadenas y me incliné, dejando nuestros rostros muy cerca.

—Te lo preguntaré una vez más... ¿eres gay? —se ruborizó y desvió su mirada—. Supongo que eso responde mi pregunta...

—¿Qué pregunta? —me volteé y vi a Henry atrás mío con bolsas plásticas a cada lado de su cuerpo.

—Henry...—susurró Donghae y me apartó del camino para tirarse sobre su amigo, quien dejó la caer las bolsas al suelo, haciendo que el contenido de éstas se desperdigara.

—Hola —rodeó a Donghae con uno de sus brazos y el otro lo subió hasta su cabello. Le soltó la liga y lo acarició con parsimonia.

—¿Ya tienes todo?

—Sí. Será una noche completa de videojuegos y películas. Nos quedaremos hasta el siguiente día. —por alguna razón, me sentía como el sobrante y con razón yo lo era.

No me molesté en despedirme ni nada por el estilo. Simplemente empecé a caminar hacia mi casa. Supongo que después de todo tendré que enfrentar a mi madre.

Pov Donghae

No pude evitar mirar la espalda de Hyukjae mientras se alejaba. Me sentía mal, no me gustaba ser así con nadie pero sabía sobre el desagrado que tenía Henry hacia él, por lo tanto me sentiría como un traidor al comportarme bien con Hyukjae.

Hoy a lo que me habló su aliento y ropa olía a alcohol y tabaco. No estaba seguro de qué tipo de persona era pero ignorando el día en que trató mal a Sooyoung, Hyukjae había sido muy amable conmigo.

—¿Nos vamos? —asentí en respuesta y Henry recogió las bolsas y una de ellas me la dio a mí.

Agarró mi mano como solía hacer y empezamos a caminar hacia mi casa. Esa noche mi papá tenía doble turno, así que le pedí a Henry que me hiciera compañía. Yo le temía a la oscuridad. Tonto, lo sé, pero así era desde aquel día.

Me extrañó que se mantuviera en silencio todo el camino. En otra ocasión seguramente me hubiera atosigado hasta que le dijera cual era la pregunta hecha por Hyukjae.

Ingresamos al apartamento y dejamos las compras sobre la mesa.

—¿Qué te preguntó Eunhyuk? —dijo Henry de repente mientras sacábamos las chucherías.

—Nada —mis mejillas empezaron a calentarse al recordar lo cerca que había estado de mí.

—Eres una persona difícil de avergonzar, entonces ¿por qué parecía que tus mejillas se iban a incendiar hace un instante? —era cierto. Hasta hace poco la única persona capaz de hacerme sontojar era Henry pero Hyukjae...me intimidaba. Su iris era tan oscuro que su pupila se confundía con éste.

—Eso no es cierto —caminé hasta el sillón frente al televisor para que no notara lo rojo que yo estaba.

—Donghae...—se sentó junto a mí y posó una de sus manos en mi rostro—. Tú sabes porqué me desagrada él ¿correcto?

—Sí...

—Y sabes que temo que te haga lo mismo que me hizo a mí ¿verdad?

—Sí...

—Y más que nada sabes, que si tú alguna vez llegas a sentir algo aparte de desagrado por Eunhyuk, me sentiré muy dolido...

—Lo sé...

—Entonces, ¿puedes decirme qué te preguntó?

—S-sólo quería saber si a mí me gustaba Sooyoung —por primera vez, en estos ocho años de amistad, le mentí a mi mejor amigo.

—Supongo que ha de ser por lo sucedido en los pasillos. Qué raro...—suspiró, se encogió de hombros y me besó la nariz—. ¡Bien! Empecemos con “God of War”