Capitulo 6

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Una semana después...

Hablo con mi papa, es increíble eso nadie lo ha hecho por mí, me sentí importante, comienzo a pensar que realmente me quiere y no precisamente como amiga; por otro lado, no había hablado con Alan desde el entierro de mi Tía quería verlo así que lo llame.

-Hola.

-Alan. ¿Estamos bien? No has llamado, no sé si estás bien. ¿Quieres que nos veamos?

-Lo lamento Mía, me aleje un poco, la verdad si, necesito decirte algo.

-Alan, ¿Qué sucede? ¿Estás bien? Lo dije realmente preocupada.

-Mía, ven a mi casa, ahora.

-Está bien, voy en camino.

Salí de mi casa con todo dándome vueltas, en ese preciso instante me llama Charlie, ignoro la llamada de inmediato y salgo a correr hacia la casa de Alan, mientras recibía la brisa fresca de la mañana, miraba las olas caer fuerte en la arena cálida y blanca, corría cada vez más, pensaba ¿Qué tiene? ¿Habré hecho algo malo? ¿Su familia estará bien? ¿Realmente lo amo? ¿Sera el momento de decirle la verdad? Estaba a media cuadra de su casa, me calme un poco, me limpie la cara, verifique que no tuviera sudor en mi cuerpo ya que me pasa seguido sobre todo cuando hago cualquier tipo de ejercicio, en ese momento toque a su puerta, ansié con ganas de que el abriera y abrazarlo fuertemente, verificar que está bien, que está feliz.

-Mía, llegaste.

-Alan.. Hice una pausa, mire hacia abajo, luego arriba en cuestión de segundos me topé con esos ojos color miel, cafés claros o cafés oscuros, cambian de color muy seguido sin embargo, estaba segura de algo, en esos momentos el los tenia color miel. No dejaba de mirarlo así que lo abrace me devolvió el abrazo aún más fuerte, saber que quieres mucho a una persona y cuando la abrazas y ella te abraza aún más fuerte me hace sentir protegida, saber que al lado de esa persona no sucederá nada malo, dejo de abrazarme y me miró fijamente al instante me puse nerviosa, esos ojos, su cara, su aroma, en resumen todo de él me tenía loca, fue cuando descubrí que me gusta, que quiero estar con él.

-Mía, necesito decirte algo.

-Alan, dime ya. Me tienes preocupada.

-Veras Mía, desde hace mucho lo he querido decir, no sabía cómo, tengo miedo a perderte, tengo miedo a que esta amistad se dañe, me gustas Mía, estoy enamorado de ti, quiero estar contigo.

Me quede tiesa, tenía tantas cosas por decirle, quería decirle que también sentía lo mismo, pero las palabras no salían de mi boca, no sabía cómo explicarle que llevo pensando en este momento desde hace mucho tiempo, que quería besarlo, sentir esos pequeños, dulces y carnosos labios. Cuando en ese instante el acaricia mi cara con suavidad, se acerca lentamente a mi oído y dice "Mía, ¿quieres ser mi novia? ".

Me lance a darle otro gigante abrazo y le susurre en su oído, "Si, Alan, me encantaría ser tu novia, llevo pensando en este momento mucho tiempo, hace mucho quería decirte la verdad, lo que siento por ti es verdadero, comienzo a pensar que yo olvide tan rápido a Simón porque no recordaba que al hombre que he amado siempre has sido tú, que desde que éramos pequeños tú me gustabas, pero soy una completa tonta al no habértelo dicho antes, no haberte dicho lo muy importante que eres en mi vida, que daría todo por ti, que soy la mujer más feliz del mundo al lado tuyo. "

Alan me beso tiernamente, me alzo y luego entramos a su casa, nos sentamos en el sofá, luego nos miramos fijamente y me di cuenta que hace mucho quería estar con él, besarlo, abrazarlo, me moría por abrazarlo, por sentirlo parte de mí, soy muy feliz Alan- le dije con dulzura.


Me muero por abrazarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora