Capitulo 10

8 0 0
                                    

El camino de vuelta a casa fue mucho más complejo, Samantha pidió un taxi enseguida salimos del recinto, esa noche a decir verdad nunca la olvidaré, no podí­a dejar de pensar en Alan, seguíamos peleando, con mi padre no habí­a hablado, es decir, disfrute la noche, no puedo negarlo, lo hice; pero tenía mi mente en otro lado, en las personas que amo, allá estaba mi mente, sin embargo se disimular muy bien, Sam no se dio cuenta, eso creo, sucede que no me pregunto en toda la noche, es mas me trato como siempre lo hace y la pasamos increí­ble. Como dije una noche loca e inolvidable, menos mal no conocí a nadie. - ¿habré sonado desesperada?

Llegamos al apartamento, entre el baño, limpie mi cara, tení­a mucho maquillaje, Sam es experta en aplicarme cosas en la cara, es como su segundo hobbie, el primero es vestirme como ella quiera. Que locura, finalmente me quite el maquillaje, recogí­ mi pijama cálida y acolchonada del suelo, me la coloque y listo, de inmediato a mi cama, ni siquiera mire mi teléfono celular. ¿Para qué perdí­a mi tiempo? A decir verdad Alan no me llamar­á ni mucho menos pondrá un mensaje.

Tal cual como me lo imagine, desperte al dí­a siguiente como a las 11 de la mañana, miro mi celular y no había nada, solo mensajes bobos de los grupos que hacen el salón; decidí­ ir a la cocina por algo de comer y había una nota en la nevera:

Salimos a dar un paseo al parque con Juan, prepárate algo rico de desayuno nos vemos para la cena, te queremos mucho. 

-Gabriel y Emma

Hice caso, y me hice unos Panqueques con miel de maple, hace mucho no los preparaba, aproveche y también hice unos para Sam, son sus favoritos, sobre todo cuando se los llevo a la cama.

-Mía, ¿Qué más puedo pedir? Mi mejor amiga cocinando para mí.­

-Es con todo mi amor,¿Qué haremos hoy? Mi familia salió.

-¿Qué te parece si vamos a montar bici? Dice Sam en tono de entusiasmo.

-Sin pensarlo dos veces. ¡Vamos!

Cada una se arregló y salimos, Sam tomo la bici de Emma, supongo que después comprara una para poder salir juntas como cuando éramos pequeñas; recorrimos la avenida que queda justa al lado de la playa, es un camino linda que me dejo pensando ya que pasamos por el lugar donde descubrí que Simón me habí­a engañado toda la vida, él y yo éramos muy felices juntos, lastima. Paramos para tomar unas fotos de aquel día tan maravilloso, en ese preciso instante recibo una llamada de Alan, mi corazón añoraba a gritos escuchar su voz pero mi cabeza daba tantas vueltas que decidí ignorar su llamada, Sam se dio cuenta y me dijo.

-Mía, no seas tonta, quizá¡ quiera arreglar las cosas, contéstale.

-Pues no, quiero ser un poco dura con él, para que se de cuenta como soy.

-Si sabes que eso no te durará¡ mucho no, créeme te conozco bien y tu saldrás corriendo a sus pies, por favor se nota a leguas que darías hasta la vida por ese chico ¿o me equivoco?

-Tienes razón amiga, es un chico adorable y por el darí­a muchas cosas, me he enamorado o quizás siempre he estado enamorada pero no me quería dar cuenta, estaba cegada en los juegos de Charlie, eso era lo que pasaba, a decir verdad siempre fue así­.

-Por eso Mía, ¿Qué esperas?

En ese momento pensé, Sam tiene razón, no es justo que por Charlie, Alan y yo estemos discutiendo, así que lo llame y le dije que si podí­a venir a cenar a mi casa en la noche, me dijo que sí.

-Muy bien Sam, esta noche también me vas a vestir.

-Es lo que mejor hago, lo dejarás con la boca abierta,para que aprenda que nadie le grita así­ a mi mejor amiga.


Me muero por abrazarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora