KAREN
No estaba disfrutando de la música ni de la tranquilidad. En lugar de eso me sentía fatal. Abrí los ojos y observé a Chris. Tenía los ojos cerrados. Parecía dormido si no te fijabas en su respiración acelerada y en cómo cerraba los puños. Luchaba contra su miedo. No le debía nada. Era un idiota. Daba igual que se hubiese disculpado o que hubiese visto remordimiento en sus ojos. Eso no justificaba todo lo que pasé ese año. Tenía merecido pasarlo mal. "¡Agh! pero yo no soy así" pensé. Volví a mirarle y me fije en cómo apretaba los labios.
—Joder —murmuré levantándome para acercarme a él. A esas alturas ya tenía los ojos abiertos y me miraba con precaución.
—¿Qué haces? —preguntó sin dejar de observarme cuando me senté a su lado.
—Ser una idiota. Toma —dije dándole uno de los auriculares—. Es The Cure, no sé si te gustará.
Se le dibujó una sonrisa y cogió el auricular con la mano algo temblorosa.
—Gracias —murmuró.
Pasado un rato y al notar que su respiración seguía igual de acelerada me animé hablar.
—Intenta pensar en otra cosa.
—¿Cómo en qué? —dijo girando la cabeza hacia mí.
—No sé —comenté algo incómoda por lo cerca que estaba—. Por ejemplo en lo qué vas hacer esta tarde. ¿Tienes algún plan para esta tarde?
—He quedado para cenar.
—Pues ya está. Piensa en la cita de esta noche, en la chica con la que vas a cenar.
—Pensar en mi hermana no me ayuda —dijo con una sonrisa en los labios.
—Ah —Carraspeé avergonzada por haber dado por hecho que tenía una cita con una chica—. Pues piensa en tu siguiente paso para tu futuro laboral.
—Nunca puse una mierda en tu mochila —dijo de repente. Aparté la vista y la centré en mis manos que estaban en mi regazo jugando con el móvil.
—Déjalo Chris. Da igual, es una historia pasada.
No quería hablar de eso. Antes estuve cerca de ponerme a llorar y no quería volver con el tema.
—No, no lo pienso dejar. Me porté como un cabrón. Sabía que gracias a mis tonterías el resto de la clase había empezado hacerte bromas y no lo paré. Lo ignoré. Lo siento, lo siento muchísimo. Pero quiero que sepas que no todas esas cosas las hice yo.
Le observé un rato intentando descubrir si mentía. Parecía sincero y arrepentido. No quería entrar en ese juego pero una parte de mí sentía cierta curiosidad.
—¿Colgaste mi ropa interior en la pizarra?
—No. Ese día ni siquiera fui a clase. Me enteré al día siguiente.
—¿Me enviaste un ratón muerto en un paquete?
—¿Te enviaron una ratón muerto?
—Sí, a casa.
—Joder, que asco. No sabía que las bromas habían llegado a pasar los límites de la escuela —dijo preocupado.
—Sólo fue esa vez —dije recordando mi venganza. Ese mismo ratón fue a parar al buzón de Chris. Nunca llegué a saber que pasó cuando abrieron el buzón, si fue Chris u otro miembro de la familia—. ¿Me metiste una cucaracha viva en el bolsillo de la chaqueta?
Al no oír ninguna respuesta levanté la vista. La culpabilidad se reflejaba en su cara.
—Pero... —dijo con calma—, tú fuiste diciendo por ahí que era tonto de remate.
Abrí la boca indignada.
—No tenía amigos, sólo se lo dije a Jessy.
—Sí, y Jessy estaba muy buena. Me gustaba mucho y desde entonces me trató como si fuera idiota. —Hice una mueca de asco.
—A Jessy le parecías idiota por las cosas que hacías. No porque yo le dijese nada.
Nos quedamos un rato en silencio.
—¿Por qué llevabas un perro disecado? —preguntó—. Te juro que cuando te vi allí plantada con un perro disecado y toda de negro, me faltó poco para hacérmelo encima. ¿Qué estabas haciendo? —Al ver mi cara de sorpresa, abrió los ojos y empezó hablar rápido—. Oye, que si te gustan las cosas raras tampoco es que me importe. Cada cual es libre...
—¡No seas idiota! —espeté dándole un pequeño puñetazo en el hombro mientras me reía—. Me gustaba vestir de negro y la música gótica pero no hacía ninguna de las cosas que se decían en el instituto. Ese día mi abuela me pidió que le hiciera un recado, tenía que recoger su perro que había llevado a embalsamar hacia unos días —Me puso una cara rara—. Ya lo sé, a mí también me dio cosa, pero a ella le hacía mucha ilusión y no podía decir que no a nada que me pidiese mi abuela. Por esa época se le empezaba a ir la cabeza. —Me puse triste al recordarlo.
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Morticia
Short Story¿Qué pasaría si te encontrases a tu pesadilla del instituto? ¿Y si te quedases encerrado en un ascensor? A Karen le aterroriza Chris. A Chris le aterrorizan los ascensores.