Las puertas se cerraron estruendosamente tras la entrada de Martín, no se dio vuelta a observar lo obvio, estaba todo en penumbras, no podía ver nada dentro del lugar que tenia un familiar aroma a libros viejos, sin pensarlo el caballero desenfundo la hoja cristalina de su espada la cual brillaba en la oscuridad de un intenso color celeste el cual solo dejaba ver el suelo, al parecer el lugar era mas amplio de lo imaginado, el suelo estaba embaldosado de adoquines hexagonales y de piedra por los que camino Martin en linea recta para no perderse en aquel pasillo interminablemente amplio, a medida que avanzo se dio cuenta que el aroma a libro viejo provenía de inmensas estanterías colocadas en filas, procuró no tocar nada hasta terminar de recorrer el pasillo que lo llevo hasta una escalera interminable de bajada, la luz del anima lumina no podia iluminar mas allá de 10 a 15 metros a la redonda y con tanta oscuridad era encandilante para Martin, a pesar de la incertidumbre y tras pensarlo un momento descendió de puntillas sobre los vértices de los escalones y tardo al rededor de un minuto y medio en ver nuevamente suelo, sin embargo este tenia un diseño un tanto distinto al precedente, era de roca lisa, a los costados de las escalas habían gradas al igual que en un anfiteatro clásico las cuales fueron desapareciendo en la lejanía a medida que Martin se introducía en la oscuridad
- Has venido por mi?-
Por un momento al voltearse, Martin casi pudo ver el rostro de Idelatri, pero al girar completamente solo sintió un horrible vacio en su pecho, las lagrimas quisieron salir de sus ojos mientras se preguntaba que clase de broma pesada le quiso jugar la princesa
- Rayos! he volteado... solo espero recuperar el camino al centro de la arena -
Martin volteo nuevamente para continuar correctamente su camino en el cual encontró una hendidura en el suelo, al inclinarse y observarla con detenimiento se dio cuenta de que la punta de su espada encajaba, la tierra tembló por un momento y Martin se apresuro a encajar su espada la cual fue tragada por el suelo dejándolo en completa oscuridad.
Sin mas remedio Martin se sentó en la oscuridad a meditar hasta que en su pecho sintio una agradable calidez, ante el había un zafiro luminoso y estático en el aire, al tomarlo un cilindro cristalino, luminoso y azulado se extendió desde su mano tanto hacia adelante como hacia atrás, el anima lumina estaba re materializandose, el cilindro comenzó a diferenciarse en cuatro porciones, tres cuartas partes se aplanaron en forma exagonal, alargada de las cuales la doceava parte terminal formo la punta de la hoja cristalina y otra doceava parte se adelgazo en anchura para formar el inicio de la espada con un surco medio a lo largo de la hoja en el cual perfectamente un pulgar encajaría, la cuarta parte restante correspondia a la empuñadura que tenia una longitud de su antebrazo y un diámetro idéntico a la apertura entre la oposición del dedo indice con el pulgar, siendo su agarre perfecto para Martin, el pomo constituido por el zafiro filosofal con una proporción de 2/3 sobre el grosor envuelto en un espiral dorado que se engarzo para cubrir la empuñadura cristalina y formar posteriormente la guardia compuesta por dos piramides aplastadas de adelante hacia atras, a ambos lados laterales y de color dorado, finalmente una central color plateado que dividían la hoja de la empuñadura.
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Al terminar de reformarse la espada, la oscuridad se disipó, en el ambiente aparecieron luminiscencias que le dieron una nueva atmosfera al castillo completo, aun habia paz pero el castillo pareciese que hubiese cobrado vida de una manera inexplicable.
Lentamente el castillo se fue revelando ante los ojos de Martin, quien no tenia animos de nada, se recostó sobre una de las graderías al rededor de la arena y su tristeza era evidente, acaba de perder a la única mujer que amo alguna vez, el reino que tanto trabajo les había costado construir habia sido diezmado sin compasion por un enemigo hasta el momento desconocido que tenia la capacidad de influir en la mente corrupta de los hombres banales del mundo.
Una vez el castillo estaba funcionando e iluminado de manera muy agradable para leer apareció una chica hasta el momento también desconocida, la cual abrazó a Martin pasando sus brazos por debajo de su capa, noto inmediatamente este chico que sus cuerpos encajaban a la perfección para un abrazo el cual duro bastante.
- Perdoname pobre chico por todo lo que tuviste que pasar para llegar hasta aquí, lamentablemente era necesario que todo lo que haya ocurrido sucediera para que estes aqui
- I... Aiia... tu eres la famosa Aiia, la guardian de la biblioteca de los Agorianos, por que yo?
- Todo lo que vives a lo largo de tu vida modifica la manera en que tu corazón late, tranquilo, estas seguro aqui, el tiempo ha dejado de transcurrir, Idelatri nos encomendó una misión muy importante
- Asi que debo leer esta biblioteca completa hasta que podeamos derrotar al nuevo demonio regente del mundo?
- Me temo que si, en este momento Mephistopheles acaba de materializarse utilizando como ritual de sacrificios los cadaveres regados por toda la tierra y que no recibieron sepulcro, ademas de esto invoco al Draco Canibal y vienen volando hacia este castillo que inteligentemente vuela para ganar tiempo y ocultarse
- Pero el tiempo se ha detenido...
- Exacto! no es genial? cuando Mephisto alcance el castillo tu podras hacerle frente
- Interesante, significa que tengo toda la eternidad para leer toda esta biblioteca?
- Si, solo ten cuidado de no perderte entre tanto conocimiento, entre tantas abstracciones fundamentales de la realidad
Dia a dia Martin fue leyendo desde lo mas basico, los libros solian ser muy extensos y agotadores, sin embargo a medida que el tiempo pasaba un monstruo crecia en su interior, a medida que los meses pasaban un profundo dolor en su pecho se hacia mas fuerte, la perdida de Idelatri no dejaba en paz su corazon que fue congelandose de a poco, mas temprano que tarde el joven principe se volvia rapidamente en un amargado ermitaño el cual seco sus lagrimas con las interminables paginas de las bibliotecas en el castillo.
A veces Aiia le encontraba a Martin sentado en el suelo, apoyando su espalda contra las estanterías y mirando al vacío por periodos interminables de tiempo mientras las lagrimas simplemente brotaban de sus ojos para recorrer sus mejillas y desaparecer en el olvido de la eternidad en el castillo.
- Martin, tranquilo, Idelatri esta descansando ahora, no le olvides y siempre vivira en ti
- Siento como si me hubiesen arrancado el corazon y me hubieren dejado la herida abierta, como si sangrase con cada movimiento, con cada pensamiento y emoción, haz que desaparezca por favor, no puedo continuar viviendo de esta manera, no así
- Respira, solo respira y deja que salga todo eso, ven y abrazame
Aiia envolvio a Martin en sus brazos colocando su cabeza contra su pecho mientras este en silencio observaba al vacio dejando caer sus lagrimas sin control, no había mas que hacer, solo quedaba estudiar y continuar construyendo las herramientas para salir del castillo en algún momento, parte de ese proceso era dejar el dolor atrás y no detenerse jamas.
Muy seguido Martin y Aiia conversaban de los textos que leian complementando muy bien toda la información, llevando a cabo verdaderos trabajos de ingenieria metafísica, materializando, desmaterializando y reensamblando energía con forma de materia desde otros planos e integrando distintas dimensiones para crear armaduras y mecanismos para modificar el tiempo y el espacio según la conciencia y las necesidades del usuario.
-* El anima lumina al igual que el zafiro es un tesseracto solo que con forma de espada, en su estado primigenio, era una espada de Mithril y en ella fue sellada la espada en llamas de San Miguel Arcángel, la cual fue unida al zafiro de la leyenda hace muchos años, esa espada fue el comienzo y sera el fin de todo, en cuanto al agora, la espada es la llave de entrada pero el zafiro quizas la forma de salir.*
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Compendio de Iddella Trindd - El Legado del Ágora [En Construcción]
AdventureLa vida es tan solo un viaje, un instante que es eterno, donde el pasado está escrito, el destino trata de si fuiste valiente, ninguna decisión tomada con el corazón es errada, no hemos venido a ser una partícula aleatoria perdida en el olvido, no t...