Antes de siquiera sentir como se estampaba estrepitosa y ridículamente por el piso, escuchó el grito de Lauren que casi la dejó sorda y cerró con fuerza sus ojos.
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Al intentar orientarse dedujo que no había dolido tanto como pensó que dolería antes de caer, tampoco estaba sobre el suelo, sino sobre alguien, asi mismo, dedujo que ese alguien tenia una mano sobre su cintura y la otra sobre su espalda alta rozando con sus dedos la piel que el corto vestido le dejaba expuesta.
Normani tenia sus brazos entre los dos cuerpos, sus manos estaban hechas puños con la camisa de alguien entre ellas y tenia los ojos cerrados con fuerza. Al parecer sus rodillas no habían corrido la misma suerte que el resto de su cuerpo, y resentidas por el golpe en el piso, empezaban a molestarle.
Podía sentir sus pestañas contra la piel de alguien, seguramente su rostro estaba contra el cuello de la persona bajo ella, ya que podía sentir la calidez y fragancia que desprendía de allí.
Supuso que se trataba de una chica. dado que, un chico no tendría unas piernas tan suaves rozándose contra las suyas y los chicos en su mayoría no usaban ese tipo de perfume. La presión que ejercían las manos de la chica contra su cuerpo, delicada y suave, parecía un deja vú, como si no fuera la primera vez que le tocaba.
Antes de siquiera poder disfrutarlo demasiado, rápido abrió sus ojos. Aquella sensación que despertaba aquel cuerpo contra el suyo le resultaba vagamente familiar, aunque sonara ñoño.
Lo primero que llenó su campo de visión una vez enfocado, fueron varios rizos dorados y suaves que podía sentir contra su rostro. Divinamente suaves. Supo que lo eran en el momento que soltó una de sus manos que envolvía la camisa de la rubia, y la llevó a un mechón que no era suyo, sobre su rostro, apartándolo de sus ojos para apreciar el rostro de la chica bajo su cuerpo, al menos quería ver que no se había hecho daño.
Con cuidado se acomodó sobre la chica, levantándose un poco. Poniendo una pierna a cada lado de aquel cuerpo en el suelo y la manos a la altura de su cabeza, estando casi sobre ella.
Como la rubia aún no retiraba sus manos de encima suyo, Normani supuso que quizás si se hizo daño.
Al instante que levanto su cabeza se encontró con los ojos todavía cerrados de una chica bellísima. Una que ya había visto muchas veces. Podría decirse que más de lo necesario.
Y Normani pensó que el mundo no podía ser tan cabronamente pequeño.
¿Cómo justamente ella iba aterrizar sobre esta chica rubia? Precisamente esta de tantas rubias que hay ¿eh?Esas cejas preciosas -que hoy tenia el privilegio de observar de cerca... muy de cerca- estaban fruncidas de forma delicada, pero su forma de arrugar las cejas no hacia parecer menos doloroso haberla utilizado de colchón inflable para caer sobre.
Aún así, Normani no se salia de encima suyo todavía. Estaba muy ocupada, entre observar a la rubia y maldecir lo que sea que la hizo tropezar con el mundo hoy, exactamente con el mundo tan despampanante que parecía ser la belleza de cabello rubio bajo ella.
Por sobre todas las cosas la Lauren que venia junto a ella hace un rato ahora ya parecía demasiado ocupada con su propio mundo de cabello castaño para preocuparse por su amiga en el piso.
Llevando la mano que tenia en la espalda de Normani para sobar su cabeza y frunciendo más el ceño, la rubia pareció mostrar signos de vida al fin, abriendo lo ojos solo para mirar hacia arriba un poco desorientada. En el proceso, encontrándose con la morena sobre ella mirándola como se mira a un fantasma o a los muertos vivientes. Con ojos muy abiertos y con la pinta de salir corriendo en cualquier momento.