Humedad

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¿Hasta dónde llegaremos esta noche?
El cielo es el límite...
No permitas que las horas te detengan porque el tiempo es relativo.
No corras antes de andar, habrá un momento adecuado, deja que la mariposa vuele...
Si te tropiezas y caes, levántate.
Si te equivocas, habrá oportunidad de remediar los errores.
Flores rojas, néctar.
Sabor impregnado en los labios amados.
Suspiro...

Dejó mis labios, sentí agitada su respiración, me miraba preocupado, asustado.
Su peso sobre mi cuerpo.

_¿Voy muy rápido?

Negué con la cabeza.
Volvió a verme con preocupación.

_No quiero apresurarme...
_No lo haces.
_No estoy seguro...
_Yo tampoco.

Se levantó de mí, acomodándose la ropa, se sentó a mi lado, me incorporé, acomodé mi cabello intentando actuar normal.

¿Por qué te gusta la oscuridad?

Él miraba al frente, lanzaba piedritas de cemento (pedazos de pared). Yo lo miraba de reojo, acerqué mis dedos a los suyos. Entrelazamos nuestros dedos y me le acerqué.

No digas nada...

Me senté delante de él, interrumpiendo el viaje de las piedritas, lo obligué a verme a los ojos tapando lo que miraba (nada).
Me le acerqué más y lo abracé. Pronto sus brazos llegaron a mi espalda, recostó su cabeza en mi hombro.

_Te amo...
_Te amo...

Un "te amo" se responde con otro...

Nuestras piernas se cruzaron y nos abrazamos más.
Una esfera con piernas y manos, cabezas recostadas en hombros.

Muero por tocarte y sumergirme en tu todo, ser parte de ti.
Dos respiraciones, un mismo aire.
Dos corazones, un sólo latido.
Dos pares de labios, un sólo beso.

Sus manos bajaron por mi espalda, chocaron con el inicio de mi pantalón, dudó un momento...

Silbas y volteo.

No sé qué sentir, quiero, no puedo, puedo, no quiero.
A él le pasa lo mismo.

Tus manos las siento como algodón, suaves maldita sea...

Me invade.
Sus manos siguen bajando, mi corazón late más fuerte, trato de calmarme para que no lo note, siento su corazón igual.

Y de noche, vacío...

_Detente- sus manos se detienen al instante, recorre mi cuerpo de inversa, mi piel se queda con la sensación de su tacto.

_No puedo, te deseo...

Cucarda que se abre junto al sol, rosado intenso.

_No puedo...
_Me disculpo, lo siento, mi cuerpo arde, no quiero que te vayas y tampoco herirte...

Humedad...

Recuerdo "El nombre de la rosa", no por favor, humedad no.

_Si quieres nos vamos- me dijo tragando un poco de saliva.

Negué con la cabeza.

No existe víctima sin...

_Al principio dudaba, ahora no.

Siempre lo entiendo, siempre sabe que lo hago, no puedo escapar de sus palabras.
Besa mi cuello, lame detrás de mis orejas, mis piercings están más fríos que nunca.
Su lengua, sus besos, no tienen freno.

Humedad...
El nombre de la rosa...
Humedad...

El inicio, es la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora