A veces creo perderme en tu cabello, mis dedos se enredan en el, pronto todo mi cuerpo. Quieres enfernisamente poseerme, me atrapas, me atas y yo no pongo resistencia, quiero en silencio llegar al límite. Róbame besos, toca mi cuerpo sin permiso, vomita sobre mí, que he de encontrar deliciosa tu saliva...
"Si pensaras como yo, me habrías escrito esto".
"Es probable, aunque me asusta"
"Ya sabes, sólo es fantasía"
"Te invito esa flor roja, ese sabor está en mis labios"Sonreí.
"Yo sólo condusco el motocar, tú decides a donde ir".
"Acabas de decir otra frace poética"Me calló con beso, deseé recordar esa sensación que experimentaba cada vez que lo hacía.
Sentí que mi cuerpo temblaba violentamente, escapaba a mi control, tenía cerrado los ojos y escuché que alguien se acercaba, alguien gritó... Cuando abrí los ojos no estaba en el cuarto de Rodrigo, no reconocí el lugar en el que estaba, sentía frío. Poco a poco el espacio se fue aclarando y escuché su voz...
Saor te amo... todavía no, espera...
Escuchaba muchas palabras y fraces a la vez, mi visión fue captando lentamente el cuarto de Rodrigo y ese espacio luminoso se esfumó.
_Estuviste convulsionando- veo a Carolina a un costado- me asustaste.
_Acabo de escuchar a Rodrigo, me dijo algo, no pude entenderlo del todo, escuchaba varias fraces a la vez...Carolina me vio sorprendida.
_Estaba en un espacio luminoso y bonito, pero se esfumó ante mis ojos y pude ver que estaba aquí.
_Tal vez él intentó comunicarse contigo. Mi mamá me dijo para venir a verte, cuando entré te ví y grité, estabas temblando, te sacudías violentamente, después te calmaste, creí que te desmayaste.Suspiré.
_Quiero verlo.
_¿Estás seguro?
_Si.Salimos del cuarto en dirección a la sala, ví a sus familiares, todos detuvieron sus miradas en mí, se quedaron mudos, inmóviles, como si mi presencia fuera la muerte misma.
Me acerqué lentamente al ataúd, rocé mis manos al borde, ví su rostro... sus ojos cerrados, esa expresión que en apariencia no dice nada pero que en realidad dice mucho, recordé el rostro de mi abuela muerta, había algo en ambos rostros, una expresión de vacío.
Unas lágrimas cayeron al ataúd, otras escurrieron por mis mejillas, mi vista se nubló, lloré en silencio. Carolina se acercó, de seguro creyendo que pasaría lo que tanto la asustó.
Le toqué el rostro, su piel estaba fría, mis dedos se perdieron en su cabello, abrí mi mano en su pecho, no sentí su respiración, ni el latir de su corazón.¿Dónde estás?
Me sequé la cara y acomodé el cabello detrás de la oreja, mis manos temblaban y sentía un dolor en la garganta. Levanté la mirada y ví a Cristo en la cruz, giré la cabeza, todos seguían mis movimientos con la vista, algunos tristes, otros asustados.
“Está demacrado”- escuché- “cállate”.
Le cogí la mano y le apreté un poquito, él no volvería a sonreír en respuesta.
_Me siento mal.
_Te llevaré al cuarto- me dijo Carolina y me condujo. Entramos al cuarto y me recosté en la cama._Descansa.
Ojalá como él.
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El inicio, es la muerte
Teen FictionSaor, un estudiante de arte, se pregunta qué será de su vida y si ésta tiene sentido después de la partida de su novio y él intentará comunicarse para decirle que a pesar de no estar juntos, lo ama y lo protegerá por siempre.