Me quitó el polo, sentí su aire recorrer mi pecho. Me besó los hombros, su lengua fría estremecía mi cuerpo.
Calor, calor...
Se quitó el polo.
Ojos atentos que miran el paisaje, cúspide maravillosa, abismo aterrador pero tentador.
Su cuerpo en mi cuerpo, sus labios recorriéndome.
Manos suaves, piel contra piel, él, sólo él.
En la oscuridad, nuestros cuerpos desnudos eran iluminados por la luna que entraba por el espacio vacío del techo. Él y yo, sólo nosotros y el inmenso espacio del almacén.
Había sido una maravillosa idea venir a cuidar. Su papá lo había adquirido como herencia y lo visitaban pocas veces. Éste sin duda podría volverse un lugar especial.Flores rojas...
Sus labios besan los últimos besos.
Sus manos acarician promesas cumplidas. Sus ojos, tus ojos. Mirada prolongada._Te amo.
_Te amo.Rodrigo respiraba agitado, dejó caer su peso, lo abracé.
La lluvia empieza a caer, corre el viento pero el fuego no se apaga.
Sus labios besaban mi cuello...
_Flores rojas- sonrió.
_Néctar exquisito.Nos besamos.
El tiempo pasa, nos resistimos a avanzar con él.
Si vuelves a verte en esos ojos, si vuelven esos pasos a seguirte, si esos labios te besan otra vez, si su silencio se vuelve tu silencio y si su corazón late por ti, se volvieron una sola piel.
_No dudes en visitar mi almacén otra vez- me miró y sonrió.
_Vendré seguido.Risas fuertes que rebotan en el espacio.
La luna desde lo alto continuó regalando su luz.
ESTÁS LEYENDO
El inicio, es la muerte
Teen FictionSaor, un estudiante de arte, se pregunta qué será de su vida y si ésta tiene sentido después de la partida de su novio y él intentará comunicarse para decirle que a pesar de no estar juntos, lo ama y lo protegerá por siempre.