Ragnor dejó escapar varias carcajadas, a causa de las tonterías que Magnus le decía. Entre risas y sonrisas, poco a poco se fue relajando.
Su amigo le estaba lamiendo. Su lengua se paseaba tranquilamente por su cara B, originándole gran placer. Placer, que nunca creyó que pudiera sentir en esa zona. Su pene estaba más que duro. Notó de repente un dedo adentrándose en su orificio de salida. Sintió una ligera molestia, nada por otra parte que no pudiera soportar. A este dígito le siguió otro, y esta vez si que soltó un gemido de dolor.
–¡Magnus para, por favor!
–Tranquilo, relájate será mejor que te ponga vaselina. –fue hasta el cajón donde guardaba las esposas y saco un bote de lubricante.
–Pero, ¿qué guardas en ese cajón? ¡Pervertido!
–lo habitual. Ya sabes; esposas, lubricante, preservativos, dildos... Claro, lo normal. –Ragnor puso sus ojos en blanco, respondiéndole con sarcasmo.
Magnus impregnó su entrada con vaselina, a la vez que hacía lo mismo con sus dedos. Con una mano tomo la erección del rubio y empezó a acariciarla. Quería que su amigo se relajara, mientras volvía a preparar a Ragnor con sus dedos. Esta vez no se quejó. El de ojos gatunos, empezó a mover su dedo en círculo, intentando dilatar la zona. Su amigo ya empezaba a respirar agitadamente. A este dedo se unió otro. Ragnor dio un respingo, pero él con su mano aceleró los movimientos en su pene.
La boca de Ragnor cobró vida propia y empezó a gemir.
¡Dios! ¿Cómo se podían sentir tantas cosas al mismo tiempo? La sangre bullía en su interior, circulando a toda velocidad por sus venas. Ragnor era completamente consciente de todas las células de su cuerpo, transmitiéndole una intensidad desconocida hasta ahora. Los dedos de Magnus entraban y salían, en un continuo vaivén. Gotas de sudor impregnaban su frente y corrían por su espalda y pecho, logrando que su piel brillase.
Los suaves jadeos de su amigo se oían en la habitación, luciendo como una melodía caliente en sus oídos. Magnus estaba muy, pero que muy excitado. Intentaba contener las ganas que tenía de hundirse en el cuerpo de su amigo.
Cuando metió el tercer dedo, viendo que este se hundía dentro y su amigo no protestaba, supo que había llegado el momento. Los movió en sentido de las agujas del reloj, y cuando los jadeos se hicieron más notorios, retiró sus dedos.
Ragnor se sintió desolado vació...
–¿Por qué te paras ahora?
–¿Quieres qué siga?
–Claro que quiero que sigas. No me vas a dejar así, ¿verdad? –preguntó asustado.
–Pues pídemelo. –dijo altivo, cruzando sus brazos y mirándolo desafiante.
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LAS VACACIONES DE MAGNUS Y RAGNOR
FanfictionMagnus decide viajar a España, más concretamente a Barcelona con su amigo Ragnor. Desea enseñarle la ciudad, y de paso ligar con un chico o quizás una chica. Pero a veces las cosas no salen como uno desea. Magnus se siente frustrado, tal vez, la sol...