6

7 0 0
                                    

Cuando llegamos, mi abuela nos esperaba ya con la cena lista, por lo que nos dispusimos a comer. Estuvimos un rato compartiendo risas y algunas locas anécdotas hasta que nos fuimos a acostar. La habitación de Noah se encuentra al lado de la mía, tardó unos pocos minutos en instalarse y hacer de cuenta que esa habitación fue siempre suya. Bueno, después de todo él debe haber dormido en la casa de Claire más veces que yo.

+ Buenas noches, Lea. –Dice Noah al entrar a su habitación.

+ Buenas noches –Le dedico una última sonrisa y entro a la mía.

Me estaba poniendo la remera vieja de Travs, que es mi actual pijama, cuando empecé a escuchar a Noah levantando su tono de voz. Puedo suponer que está hablando por teléfono, aunque claro que es algo obvio.

+ ¡Te pido por favor que me dejes en paz!... Oh, no me vengas con eso ahora, tu pudriste las cosas... ¡No! Deja de molestarme, a mí y a mi familia. Hazte el favor y valórate un poco. ¿En serio ahora piensas sacarme esa carta? Sí, sigo pensando lo mismo, sí, respeto a las mujeres... No me vengas con que no te respeto, tú eres la que no se respeta. ¿Yo? Creo que debes dejar de mentirte a ti misma. Terminarás mal Darla... No, yo ya me cansé. Que tengas una linda vida, no quiero seguir hablando contigo... Como digas. Adiós.

Fue inevitable escuchar la conversación, sin darme cuenta estaba quieta, sin hacer nada, prestándole atención a su voz. –Después de reaccionar, salí de mi habitación para ir al baño. Hice todo lo que tenía que hacer y al salir me crucé con un Noah un poco alterado.

+ ¿Escuchaste todo?

+ No... -Me miró elevando una de sus cejas.- Bueno, sí. Un poco.

+ Lo lamento, ella saca lo peor de mí –dice al tiempo que rasca su cuello de forma nerviosa.

+ Tranquilo, es algo natural. –Le sonrío y paso a su lado. Antes de entrar a mi habitación me volteo- ¿Te encuentras bien, Noah?

+ No del todo. –Hace una mueca.-

+ Mmm... ¿Tienes sueño?

+ La verdad es que no.

+ Bueno, haremos algo entonces. ¿Tu habitación o la mía?

+ Oh Lea Wells, jamás pensé que tú fueses de esas.

+ Disculpa, ¿Qué soy? –Me acerco a él lentamente y el ríe.-

+ Broma, broma. Sabes que no lo diría en serio. –Sonríe haciéndose el niño y me paro en frente de él.

+ Eso te conviene Griffin. ¿Y? ¿Qué habitación?

+ Creo que prefiero la tuya.

+ Está bien. Ven.

Me hago a un lado para que él pase y lo invito a sentarse en mi cama.

+ Bueno, ¿Qué quieres hacer?

+ ¿Tienes algún juego de mesa? –Asiento- ¿Cuál?

+ Mi abuela aquí tiene el Life, ya lo traigo.

Tal como dije, fui en busca del juego y en unos minutos ya estábamos jugando.

+ Cuéntame algo de ti, Griffin. –Digo al momento que giro la ruleta-

+ ¿Sobre qué quieres que te hable?

+ No lo sé, ¿Por qué tienes tan buena relación con Claire?

+ Oh, resulta que tu abuela con la mía eran íntimas amigas, ya sabes, "mejores amigas". Hubo una época en que viví con Vivian, mi abuela, ya que mis padres estaban en una pésima situación económica y se marcharon a California a probar suerte con algún trabajo. Lo que es lógico porque aquí no hay mucha oferta laboral. Ellos estuvieron fuera cuatro años –Dice mientras mueve su autito en el tablero- cuando habían pasado recién dos años, a mi abuela le descubrieron un cáncer terminal y vinimos a vivir aquí, con Claire. Ya sabes, ella podía brindarle el cuidado que yo no. Seis meses después falleció y quedé al cuidado de tu abuela. Es por eso que somos tan cercanos, ella tuvo que cuidar de mí como si fuese su propio nieto. –Me quedo mirándolo, jamás imaginé que esa historia se escondiera detrás de su sonrisa, de hecho, mi abuela nunca hizo mención de todo esto. Pero sí puedo recordar que hubo dos veranos en los que ella no pudo visitarnos porque tenía "asuntos que resolver", eso siempre decían mis padres ante mis reclamos por tener a mi abuela. Fue cuando tenía 6 años y lo recuerdo porque ella no estuvo cuando empecé mi primer día de colegio. ¡Vaya que tenía un motivo!

+ Oh Noah, lo lamento muchísimo.

+ Quédate tranquila, ya pasó un buen tiempo.

+ ¿Qué, qué edad tenías? –Digo moviendo mi autito. Que frenó en un cartel de "pare" para casarse.

+ Tenía cuatro cuando mis padres se fueron –hace una mueca-

+ Debiste ser muy fuerte –estiro mi mano y acaricio la suya-

+ A veces la vida te hace fuerte a la fuerza, te empuja y no tienes más remedio que avanzar. –entrelaza su mano con la mía y nos quedamos mirándonos por unos segundos. Hasta que desvío mi mirada hacia el juego y lentamente me suelto-

+ Hay momentos en los que hasta me caes bien –ambos reímos y seguimos jugando.

- -

Anoche después de finalizar el juego, nos despedimos y cada uno, por su lado, se dispuso a dormir. Pero nos acostamos bastante tarde, porque entre charlas y risas, el juego se extendió más de lo normal; por lo que cuando me estaba bañando después de levantarme, se me cerraban los ojos. –Ahora estamos de nuevo manos a la obra, hubo unas cuantas maderas que nos vinieron falladas, con manchas y huecos, o de otro tamaño que no pedimos. Por ello, tuvimos que ponernos a controlar una por una para ver cuáles son las que tenemos que devolver.

+ No vamos a terminar más si sigues ahí sentada, Wells. –Dice apuntándome con una madera.

+ El sol me hace mal, Noah –Hago puchero- tenme piedad –suplico juntando mis manos-

+ Mmm, déjame pensarlo... No. –Se acerca a mí y toma mi mano- Vamos, terminamos esto y descansamos un rato. –Tira de mi mano y me levanta-

Seguimos trabajando por un rato, hasta que Noah fue al local a reclamar por las maderas que nos habían enviado mal, mientras yo acomodaba el desastre que habíamos dejado. –Las ganas de ir al baño me ganaron y una vez que terminé con lo que estaba haciendo, me dirigí hacia allí.

Al salir del baño me choqué a Claire, que cruzaba por el pasillo yendo hacia la cocina. Al instante nos largamos a reír.

+ Lo siento abuela –Digo al sobarle suavemente el hombro que le choque.-

+ Descuida cariño. –Me sonríe- ¿Cómo van allí afuera?

+ Vamos bien, Noah ha ido a reclamar por las maderas que no nos sirven y yo ya he dejado todo listo para cuando él venga.

+ Oh, mi querido Noah. Por cierto, se están llevando bien ¿No? –me mira sonriente-

+ Así parece, -sonrío- Ah, antes que lo olvide. ¿Por qué nunca me contaste sobre él? Digo, sobre su historia.

+ Ya sabes cariño, cuando todo sucedió tú eras muy pequeña para comprenderlo y supuse que te pondrías mal al pensar que te cambiaba por otro niño... Luego cuando él fue más grande, no quiso que nadie lo supiera. Sólo las personas más íntimas, y con esto me refiero a quienes lo conocen desde pequeño, saben su historia. Es extraño que te lo haya contado.

+ Oh... -Digo un tanto sorprendida. Claire me acaricia la mano que hasta unos segundos atrás, tenía en su hombro.-

+ Disfrútalo, es un gran chico. –Me guiña un ojo y sigue camino hacia la cocina-

Estaba por negar rotundamente que entre él y yo pasaba algo, porque después de todo lo conozco hace apenas unos días. Pero en el momento en que estaba abriendo mi boca, se abrió la puerta mostrando a un Noah resplandeciente.

+ Todo listo, Wells. –Dice con una sonrisa dirigiéndose a mí.

Y mi pequeño descanso, terminó.

Se dice amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora