—Tú...eres adoptado— Comenzó y antes de que su hijo pudiera hablar, ella prosiguió —Es peor de lo que crees, en realidad, tienes más de mil años— La carcajada de James se oyó por toda la habitación —Sin duda está bromeando— Pensó él, pero se calló de inmediato al ver que su madre sollozaba.
—Dime que no es cierto ¡Pero eso es imposible! ¡Mírame, soy joven, ya estaría todo arrugado o muerto!— Le grita él y su madre levanta la mano en señal de que pretende seguir hablando.
—Sé que es una locura hijo, pero es cierto, nadie comprende lo que sucede, cuando te adopté eras muy pequeño sí, pero ya habías estado en varios orfanatos generaciones tras generaciones— Finaliza y James no puede creer lo que su madre acababa de contarle.
—¿Quiénes son mis padres? ¿O de dónde vengo al menos?— Pregunta él cabizbajo.
—Eres...un egipcio cariño— Dicho esto su madre se levantó y se retiró sollozando en un vano intento de parecer fuerte frente a su hijo.
James no sabía qué hacer, no lograba pensar con claridad, primero su padre había muerto en la mañana y ahora ni siquiera era su verdadero padre. No podía creer lo que estaba sucediendo, le parecía algo totalmente absurdo —¿Más de mil años?— Susurró confundido, se sentía un completo extraño en su propio cuerpo.
Cuando logró reaccionar, se cambió de inmediato, tomó una maleta y puso dentro toda la ropa que pudo. Salió de su habitación dando un portazo y buscó a su madre, quien estaba frente a un ventanal que daba al jardín trasero.—Me voy mamá...si es que así debo llamarte— Se despidió caminando hacia la puerta.
—¿A dónde? Por favor hijo entiende, yo soy tu madre, yo te amo, no te vayas— Le suplicó su madre tomándolo del brazo, a lo que él se zafó de un tirón.
—Voy a descubrir quién soy en realidad— Cerró con un portazo, paró un taxi y fue hasta el aeropuerto.
Pagó el primer vuelo a Egipto y esperó a que fuese el momento de partir.
—Pasajeros del vuelo 36 con destino a Egipto, favor de abordar— Anunció una voz femenina por los altavoces y James se apresuró a subir al avión.
Ya en el aire, no sabía qué pensar, qué hacer, no había planeado bien las cosas y ya era tarde para volver a su casa. Intentando planear algo para cuando llegase a Egipto, quedó profundamente dormido.
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El Renacimiento De Egipto
FantasyUna extraña noticia es lo que mueve a este joven. Pero a veces es mejor quedarse donde estaba, pues podría desencadenar algo de lo que se arrepentiría toda su vida. ⚠Todo lo mencionado aquí es basado en la historia real del antigüo Egipto, cualquier...