Capítulo 5

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Él salió del baño y me dejó ahí. No podría mantenerme mucho en pie pero sentarme no era una opción, así que apoyé mi peso sobre mis manos, y coloqué estas en la pared. Después de varios minutos me atreví a comprobar el estado de mi entrada, y efectivamente, seguía sangrando un poco. Joder... Miré la hora, han pasado veinte minutos desde que debería haber estado en mi puesto...

Me van a matar...y me estoy volviendo a marear... qué asco.

-¿Ryoga? ¿Ryoga, estás ahí?-tres golpes secos a la puerta de mi cubículo, y abrí los ojos, pero no vi nada, esas pequeñas lucecitas delante de mis pupilas no se desvanecían

-Estoy aquí...-conseguí decir

-¿Te encuentras bien?-esta vez reconocí la voz, era Koichi

-No...-no le iba a mentir, necesitaba ayuda

-Venga, ábreme la puerta y te ayudo-se ofreció

-No...no puedo...como me separe de esta pared me voy a ir contra el suelo...-

-Bueno, tienes suerte de que sean unas puertas de mierda porque Yamada no invirtió nada en los baños de empleados-no le costó mucho forzarla y entrar-...-

Vale, sí, la escena del tierno y dulce Ryoga apoyado en la pared de espaldas, desnudo y sangrando por el culo muy bonita no debía ser, entiendo que se quedara sin palabras. Pero bueno, no estoy para tener vergüenza de nada ahora mismo.

-¿Qué coño has hecho, Ryoga?-y al parecer a él tampoco se la daba-A ver, sujétate a mí-me sostuve a él como si mi vida dependiera de ello-A ver, cuéntame qué te ha pasado...-me sujetó del mentón para que lo mirara-Tienes la mirada perdida cielo-

-Estoy mareado...es que...Tsuzuku...-

Pareció entenderlo todo al momento en que pronuncié ese nombre. ¿Entonces no era la primera vez que Tsuzuku hacía algo parecido? No digas tonterías Ryoga, lo más probable es que Koichi se lo haya follado mil veces y sepa de sobra cómo de ''adornado'' está el aparato de Tsuzuku. No apto para principiantes. Y menos para ti.

-No hace falta que me digas más, a ver, agárrate a la pared... Voy a limpiarte un poco-

Lo raro es que no me está echando ninguna mirada de odio...creo, porque tampoco es que le vea mucho. Solo tiene un tono constante de preocupación, pero no creo que sea solo por mí y por mi culo.

-Sí...-volví a la misma posición en la que me encontraba antes, y Koichi salió fuera un momento, cuando volvió noté humedad en la cara interna de mis muslos, estaba limpiando la sangre seca con un paño húmedo o algo así, no tenía valor para mirar, al menos si se mantenía en aquella zona no sentiría dolor

-Está bien...Yo no voy a subir mucho más, pero esto tiene mala pinta, deberías ir a un médico-me aconsejó-Y de paso tomarte la noche libre-

-Sabes que no puedo...Yamada me mataría...aún no tengo un contrato...y necesito el trabajo-

-Lo sé. Así que mejor tómatelo con calma y no hagas el idiota para impresionar a las clientas. Levanta un poco los pies, anda-le obedecí y me puso la ropa interior-Muy bien...venga mete las manos-me puso el yukata y me lo ató como toda una mamá-¿Sigues mareado?-volvió a hacer que lo mirara

-Un poco...-

-Ahora te llevo a la sala de descanso y te tumbas un rato en el sofá hasta que se te pase. Yo me ocupo de tu clienta.-

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