Capítulo 14

93 10 2
                                    


A lo tonto llegamos en seguida a casa de la vieja, o al menos a mí se me hizo corto el viaje en la limusina. Koichi salió el primero de los tres, luego Tsuzuku, y luego yo pues...poco más y no salgo de ahí. Seguía con una motivación enorme dentro de mí debido al alcohol pero aún así empezaba a encontrarme mal. Me agarré sin quererlo al brazo de Tsuzuku para sostenerme.

–Madreee...–no quería abrirme la cabeza contra el suelo

–¡No me toques!–Tsuzuku no fue precisamente amable conmigo, y Koichi me sujetó antes de que me cayera por el empujón que me dio

–Qué borde...–me quejé

–En serio Ryoga, mejor quédate en el coche.–Koichi seguía con la misma cantinela–Solo vas a molestar y a hacernos perder el tiempo, podemos apañárnoslas solos, a la señorita Chikamatsu no le importará.–

–¡Que no, que nos lo vamos a pasar muy bien los cuatro! ¡Vamos a montar la fiesta del siglo!–exclame–¡Yeaaaaah!–

–Tú calladito.–Koichi me dio la mano como si fuera la madre de un niño hiperactivo que tenía tendencia a escaparse–No hagas escándalo y ya está.–

Ahora ya no parecía enfadado conmigo como antes, solo cansado, estaba causándole molestias, desde luego. Pero que se joda, si hubiera sido bueno conmigo no hubiera bebido tanto, es su culpa.

La casa de la señora parecía más bien una mansión, tenía rejas para poder entrar y había un jardín enoooorme con perros y un estanque con un cisne viejo casi desplumado ya, como ella, ¿pero cuánto dinero tiene? Que me de un poco que yo le chupo lo que quiera. Tsuzuku llamó al timbre y una voz de hombre nos dejó pasar tras presentarnos como ''la compañía''. Resultó ser un mayordomo bajito y con canas que nos indicó que teníamos que subir al segundo piso donde la ''señorita'' nos recibiría pronto. Y ahí que fuimos. Lo que estaba claro era que esta mujer no reparaba en gastos para su entretenimiento, había dos sofás enormes y un sillón que seguro que daba masajes, un montón de bebidas de todo tipo...había hasta una máquina de karaoke por si nos aburríamos o algo. Era como tener el club en casa. Apalanqué el culo en el sillón individual nada más entrar y cerré los ojos.

–Despertadme cuando venga mi coñito arrugadito.–pedí, y me quedé dormido casi al instante

–Mm...–me desperté por un movimiento brusco, y me encontré a mí mismo dentro de un coche que no conocía–¿Ah?–me incorporé tan rápido que hasta me mareé

¡¿Me han secuestrado?! Un frenazo.

–¡Aah!–y me fui de cabeza contra el asiento de delante

–Joder Ryoga qué susto.–

Un momento...

–¡¿Byou?! ¡Qué haces aquí! ¡Y qué hago yo aquí!–

–Estabas babeándole el sillón a la pobre señora. Koichi me ha llamado para que fuera a buscarte y te sacara de ahí.–

–Ah, claro, te ha pedido ayuda tu novio.–lo dije con algo de asco

–Sí, eso mismo. Te estoy llevando a tu casa, me has hecho perder una hora de trabajo, ya casi van a dar las seis.–

–Pues puedes dejarme aquí mismo e irte a la mierda.–

–No.–

–¡Que me dejes irme!–

–Que no, ponte el cinturón y cierra la boca.–

–Eres un secuestrador.–intenté abrir la puerta pero el seguro estaba puesto–¡Quítalo!–

Sweet P. ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora