4.El príncipe y la princesa

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La princesa empezó a seguir al hada (¿Se estaba dando cuenta de que le seguía? La verdad, no), no es que fuera pegajosa con gente que apenas conocía (mentira, siempre lo había sido).

—¡Oyeeeeeeeeee~~! —la princesa alargó innecesariamente la última vocal y su voz más bien parecía el grito de un niño de kínder—, ¡¿Vamos a hablar luego?

—¿Ah...? —luego del gesto de confusión, el hada se quedó en silencio y la princesa hizo lo mismo, ninguna de las dos habló hasta que Liliam por fin se atrevió a romper el silencio.

—Ah~ Yo olvidé presentarme: Yo soy Li..--—porun momento iba a decir Lily, pero inmediatamente se detuvo—Liliam Francesca Argento...no me llames Francesca porque te mato, tú puedes llamarme Lily o Ly...ambos se valen.

—W-Winter Villan...—la chica rubia respondió con algo de desgano mientras retorcía las manos. Mirándola bien (tal vez demasiado), a Liliam le dio la impresión de que ella era como una pequeña muñeca de porcelana similar a las cientos de ellas que tenía en su casa decorando las repisas, llenando baúles y a veces siendo escondidas debajo de la cama para poder dormir con ellas. Winter tenía el pelo dorado corto, rizado y algo esponjoso (quiso creer que por el clima), los ojos grandes, verdes y de aspecto amable (le recordaron a los de las madres que cargaban a sus hijos en el parque, se puso celosa por unas milésimas de segundo porque ella también quería una) y su piel extremadamente pálida le daba un aspecto tan delicado que hizo que Liliam se preguntara que comía o si era anémica.

—Bueno, ¿Hablamos luego o no?

—Supongo, si tú quieres...

—¡Claro que quiero! —exclamó con una alegría que sólo se ve cuando un niño entra a una dulcería...cosa que no era poco frecuente para ella, Feliciano (su mayordomo) le decía que quedaría diabética si comía tanta azúcar—Aaaadiós, Winter~

—Adiós, Liliam...

~Hora del almuerzo...~

—Hiroooooooo-chaaan—Liliam, como siempre, alargó innecesariamente las palabras mientras le picaba la mejilla de su amigo con un dedo.

—Yuriiiiiii-chaaaaan—respondió Hiro haciendo lo mismo—¿Quéééé?

—¿Me estás escuchando? Te hablaba de...—la princesa Liliam pellizco la mejilla del miembro de su corte mientras inflaba las suyas—...de...¿De qué te hablaba?

—De que viste a una princesa de las hadas en la clase de Educación Física.

—Ah, sí, eso...—Liliam se llevó las manos a la mejilla y chilló un poco—¡Es taaaaaan~ linda! Tiene un pelo como...ahh...y sus ojos, ¡Kyaa~! Oh, también su...¡Su todo es perfecto! ¡Es como una muñeca!

—No te pongas a acosarla, Yuri-chan—le dijo Hiro antes de morder una galleta y empezar a masticar.

—Haha...—Liliam soltó una risa nerviosa mientras se rascaba la nuca—, ¿Acosarla? ¿Yo? ¿Por quién me tomas?

—Por un lirio lésbico que ama los lirios...en resumen, por una chica con un nombre demasiado autodescriptivo.

Liliam al escuchar eso empezó a pellizcarle a Hiro ambas mejillas, poniendo sus rostros demasiado cerca.

—Yuri...—cuando lo soltó, Hiro susurró el sobrenombre de su mejor amiga, casi respirando en su cara, con la dulce fragancia del pelo de ella envolviéndolo.

—Hiro...—Liliam le tomó de la mano—, ¿Sabes algo...?

Sin que ninguno de los dos lo notara, una chica rubia miraba la escena desde la distancia.

—¿Sí, Yuri...?

"Uh...no debí buscarla, está con su novio..." con ese pensamiento, Winter se dio la vuelta y se marchó del lugar, directo a su aula.

—¡Eres un idiota~! —después de gritar estas palabras, la princesa volvió a pellizcarle las mejillas al príncipe—¡Ya vas a ver! Le diré a Emmy que te ponga de uke.

—¡Hey! Que yo soy el seme.

—Pues concéntrate cuanto te hablo de mi futura neko.

—Vale, vale. Cuéntame más de Fuyu-chan—respondió Hiro para volver a morder su galleta.

—Pues...ella es tan...neko.

Ah, iba a ser un largo receso para ambos...

El lirio que creció en el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora