Amor En Tiempos De Autismo

Una pequeña introduccion

Me llamo Abby, soy de México, aunque mis padres son norteamericanos he vivído toda mi vida ahí. Pero un día de repente mamá y papá tienen que regresar, y nosotros con ellos.

Es todo, nos vamos de México, fué lo que pensé mientras abordamos el avión que nos llevaría a USA, el país más aburrido en todo el mundo. Nos mudamos a Austin Texas en una casa bonita de color amarillo arena con un tejado rojo y una pequeña entrada en Rio Grande Street, muy bonita aunque no tanto como la anterior, en Austin el clima es muy parecido a México hace mucho calor pero para mí los días son muy agradables, además de que el vecindario es muy callado así que fácilmente uno podría quedarse dormido bajo la sombra de cualquier árbol. Nos mudamos en verano, así que aún no comenzaban las clases, aunque no faltaba mucho, pues ya casi terminaban las vacaciones, tengo 16 años así que voy a lo que aquí llaman High School, iré a una escuela privada llamada The Sacred Heart en donde por fortuna llevaba un uniforme, cosa a la cual ya estaba muy acostumbrada, mi hermano se llama John como mi padre, irá también a esa escuela pero unos años más abajo, si el tuviera mi edad tendría que estar con él en todas las clases y me haría reír a cada rato lo cual daría una pésima impresión de mi a los maestros.

Él es por mucho mi mejor amigo, tiene 13 años pero siempre he dicho que parece de mi edad por su enorme estatura, a primera vista parece un chico serio y muy responsable pero la verdad es que él es todo lo contrario, no es bueno en la escuela, no le gusta hacer sus tareas en casa y no es muy educado, le encanta jugar videojuegos conmigo, también jugar football con una pelota o cualquier cosa que encuentre dentro de la casa, se la pasa haciéndome reír con chistes estúpidos o sus historias de cómo las chicas del instituto se volvían locas por él. Para mí no es nada raro, desde que tengo memoria todas se morían por estar con él, ya que por lo visto su cabello cobrizo, además de su metro setenta y cinco de estatura vuelven locas a más de una, yo no había tenido tanta suerte como el a la hora de nacer para tener la belleza de mi madre, ya que no tenía un cabello tan agraciado como ellos, más bien el mío es de un color castaño un poco claro y el color de mis ojos para nada es azul, verde o gris, tuve que conformarme con ojos miel iguales a los de mi abuela, o al menos eso dice mi padre cada vez que los mira, además no soy muy alta como para sobresalir entre las demás ni muy bonita como para llamar la atención, no tanto como mi hermano.

Era lamentable tener que irme de México, el lugar donde mi hermano y yo nacimos, donde vivimos toda nuestra vida, pero era inevitable, la decisión ya estaba tomada ya que era necesario para el trabajo de papá y mamá, quienes están muy comprometidos con el y no escucharán nuestras protestas. Mi madre es de Kentucky y mi padre de Tennessee, por lo que el volver a EUA no era malo para ellos luego de tantos años en un país tan diferente. Así que nos despedimos de amigos, compañeros y vecinos, hicimos maletas y nos largamos.