Capítulo 10 Novios

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Ya sé que ha pasado tiempo!!! Una disculpa de verdad!!!

Estar con Dexter era como escuchar una suave balada, me sentía feliz y en calma, era yo misma, sentía una emoción casi incontenible cuando nos encontrábamos, la cual se había agravado mas cuando comenzamos a ser novios. Cada vez que estábamos juntos hablábamos de cualquier cosa, siempre había tiempo para conversar, no importaba el momento.
Nos reiamos de cualquier tontería, decía qur mi risa sonaba como un tintineo de camapanas, la suya era mas bien curiosa.

Aquel viernes que paseamos por el parque lo tengo en mi memoria como uno de los mas hermosos días que vivimos juntos. Y como el inicio de la época mas feliz de mi vida. Mi querido Dexter, meses antes ni tu ni yo nos imaginábamos que nos conoceríamos. Si me hubieran dicho antes, me habría marchado a Austin sin dudarlo.

Justo una semana después de ese día, de que comenzáramos a salir las cosas marchaban mejor de lo que esperaba, mucho mejor de echo. Nos veíamos todos los días en la escuela, pero guardábamos aún el secreto de que éramos novios, lo que le daba un toque muy divertido a la relación, el me enviaba miradas furtivas mientras estábamos en el comedor, a la hora del almuerzo, y yo respondía con sonrisas discretas.

Evelyne dedicaba mucho tiempo hablando con Gerard, quien siempre saludaba a Dexter de manera educada, y en más de una ocasión trató de entablar una conversación con él. Mi hermano estaba como siempre con sus amigos y parecía que nadie se había dado cuenta todavía. Perfeccionamos una rutina en poco tiempo, o al menos yo. De lunes a viernes me dirigía a la escuela sola, ahora llevaba mi bicicleta, eso no le gustaba a Dexter, decía que ahora tardábamos menos en llegar, y por lo tanto teníamos menos tiempo juntos, llegábamos a la escuela conversábamos antes de que las clases comenzaran, nos separábamos y nos veíamos en almuerzo, luego nos dirigíamos a su casa, mi hermano sabía que yo pasaba las mayoría de las tardes después de clases en su ahí, a veces me quedaba a comer con él y su familia, otras tenía que irme mucho antes pues era cuando mis padres llegaban temprano.

De ambos mamá era quien mas estaba involucrada en su trabajo, y no notaba mis prolongadas ausencias tanto físicas a lo largo de la tarde, como mentales a la hora de la cena, el momento favorito de Dexter para hablar conmigo por mensajes de texto, >porque sí, en ese tiempo no existía tal cosa como line o whatsapp<. Pero papá era algo diferente, en mas de una ocasión me preguntó con quien hablaba tanto, yo le contestaba que con mi amiga Evelyne, y dejaba el tema de lado, pero en otras ocasiones daba la impresión de que no estaba muy convencido. John por su parte, ya sospechaba que algo había entre los dos yo podía notarlo en sus ojos, pero si se estaba seguro de algo no comentó nada nunca.

Yo me quedaba despierta hasta tarde, pensando en él. Leyendo libros románticos a mas no poder, creyendo que yo era algo así como Katherine Morland en Northanger Abbey, poniéndome en el papel de la heroína literaria. Pensando que el momento que vivía era perfecto, y que jamás se acabaría.

La mañana llegó muy pronto, y con ello el temor de que algo saliera mal. Jackson y sus amigos habían vuelto a la escuela un par de días atrás, no nos molestarían en la escuela, después de lo sucedido los profesores estaban muy atentos a ellos, pero si me preocupaba lo que pudiera pasar afuera. Me mantenía alerta siempre, no dudaba en proteger a Dexter si alguno se atrevía a ponerle la mano encima, y siempre podía contar con mi hermano por si acaso.
El sol no brillaba tanto como en días anteriores, anunciando que los días de verano no volverían por un tiempo. Seguí mi rutina de siempre, tomando una ducha, poniéndome el uniforme y desayunando. Salí a casa pero esta vez no tomé la bicicleta, hacía un poco de frio y no tenía ganas de que mis manos tocaran el frio manubrio.

Pensaba en la tarea de biología que me habían dejado para el día siguiente, esa materia no era precisamente mi favorita y estaba intentando resolver como podría entregarla. Llegué a casa de los Harrison y lo vi esperándome como siempre justo en la entrada. En cuanto notó que no venía sobre mi bicicleta sonrió.

-- Hola. – Saludé sonriente. -- ¿listo para ir a clases?
-- Si. – Respondió tomándome de la mano.
-- ¿Qué haces? – dije sorprendida y algo sonrojada.
-- Soy tu novio. Debería tomarte de la mano siempre que caminemos juntos. –

Amor En Tiempos De AutismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora