Capítulo 3

108 21 13
                                    

     -Pues... yo... -diablos, estoy comenzando a balbucear. Esto no debería de estar pasando, ¿Qué estoy haciendo? Debo de responder. -yo, acepto.

Diego se levanta, me toma entre sus fuertes y brazos y me besa con pasión. a través de sus besos puedo sentir la euforia que recorre su cuerpo.

    -Mes estabas asustando, cariño. Comenzaba a creer que te negarías a ser mi esposa.- noto que aun sigue nervioso

     -Te dije que estaba en shock. Por lo menos hubieras esperado a que cenáramos. Con tanta emoción mi estomago esta sensible 

     -Eres una mentirosa, siempre estas comiendo. Ademas, me anime a pedírtelo en este momento por como veías a la comida. -me baja plantándome un casto beso. -Me dije "si te mira con el mismo amor y necesidad con la que mira ese plato, cásate"

No puedo creer que dijera eso. Sé que como bastante, pero no la miro con necesidad, puede que solo con un poquito de amor, pero solo un poco. 

Ya olvidados los nervios y es fugaz pensamiento que llego a mi mente, conversamos muy animados sobre como decírselo a nuestros padres. Por parte de su familia no existe el menor problema, me adoran, pero por parte de mis padres...no lo odian, sin embargo sé que desean algo más para mi.

     -Cariño, ¿Cuándo es tu premiación? -bebe un poco de su vino

     -La verdad no lo sé, ni siquiera leí el correo por completo. Me emocione cuando comencé a leer y después llegaste tú. -se muerde el labio sensualmente. Sabe de lo que estoy hablando.-Le pedí a Melissa que hiciera una cita con mi jefa, mas tarde termino de leer el correo. - Eso me recuerda a algo muy importante. Me limpio los restos de comida con la servilleta. -Diego, no me molestan este tipo de sorpresas, pero si el hecho de que me sacaran así como así del trabajo. Tengo mucho que hacer, con esto ya me atrasé un día en el trabajo.

     -De verdad lo siento, Shay. -esa sonrisa pícara delata que no lo siente, ni en lo mas mínimo. -Creía que la sorpresa compensaría esta falta. Si eso no funciona, hay maneras de convencerte.

Me gusta este tipo de detalles, no llego al punto de ser una cursi, pero un detalle de vez en cuando no esta de más. Hay pocas cosas que no tolero, una de ellas que se metan con mi trabajo. Que aceptara ser su esposa no quiere decir que deje mi trabajo de lado o renuncie a mi empleo. Si eso cree en estos momentos, estamos en serios problemas.

     -Sé que no lo sientes en lo mas mínimo. Me da mucha pena, pero tengo que aventajar parte del trabajo que deje botado. 

Sus ojos azules están brillosos, sus perfectos dientes tiene presos a su carnoso labio. Con ese cabello cobre y mirada sensual seria difícil negarse, pero debo hacerlo. Si nos casamos, debemos establecer reglas. 

     -Sabes que no puedes estar haciendo este tipo de cosas siempre, ¿Cierto? -asiente- Solo por hoy haré una excepción.

************************************************************************************************

     -¡¿Te pidió matrimonio?! -Su cara no puede mostrar más asombro. Se quedará sin mandíbula si no la cierra.

     -No lo grites, no quiero que el resto de la oficina se entere.

Ahora su cara muestra duda, confusión. Sé que puede sonar algo exagerado, pero si se enteran, comenzarán a bombardearme de preguntas y en estos momentos no estoy para ello. Hable con diego y me dijo que, por él está bien, ya que quiere que me concentre en los preparativos.

     -Quiero concentrarme en los preparativos completamente. Estar concentrada en el trabajo y en la boda será imposible, no quiero estar recordándolo y dejar las cosas a medias.

¿Huyendo del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora