Última noche de trabajo antes de cojer vacaciones, que ganas ya. Mi destino Tenerife, mi objetivo disfrutar al máximo de todos los días que esté allí.
Una de mis compañeras de trabajo se acerca a mí para preguntar qué voy a hacer en mis vacaciones, le cuento mi destino y la casualidad quiso que ella fuera al mismo lugar. Empezamos a charlar de las cosas que haríamos allí y donde ibamos a alojarnos. En un momento de esos nuestras manos se rozaron y nos miramos fijamente; derrepente surgió una tensión entre nosotros que no sabíamos explicar. Ella siempre me había llamado la atención y como para no hacerlo, melena castaña rizada, unos ojos color miel que embelesaban, labios carnosos que incitaban a querer besarlos y un cuerpo muy bien cuidado ya que jugaba al balonmano. Jamás la dije nada ya que era la hija de mi encargado y aparte tenía una relación extraña con uno de mis mejores amigos; pero ese día al mirarla a los ojos y ver en ellos que había algo parecido a lo mío supe que en Tenerife nos veríamos y si algo tenía que salir de ahí saldría.
Llegó el momento, ya en el aeropuerto facturo las maletad y me dirijo a la puerta de embarque.
-¿Podrías esperar no?-escuche por detrás de mí. Era Paula, capricho del destino o quizás solo casualidad, pero sin saber nuestros planes coincidimos en lugar de vacaciones y hasta cojimos el mismo avión.
-Pau claro que te espero. Pero no creí que coincidieramos hasta en el mismo avión-la dije entre risas mientras me pasaba la mano por la nuca.
-Y lo que te queda por saber aún, ya te contaré-contestó ella mientras se acercaba a pasar el arco detector de metales.
La esperé y al llegar a mi soltó su bolsa de mano, me abrazó y me dijo al oido.
-Acabo de mandarle a la mierda, no quería amargarme las vacaciones y me pareció lo mejor.
El asombro me invadió, no supe que decir en ese momento, de mis labios salió un vaya lo siento y en mi cabeza estaba el ahora es el momento.
Subimos ya al avión que hubiéramos estado sentados junto sin haberlo planeado era imposible y obviamente así fué. Nos separaban varias filas de asientos pero no parabamos de ver la manera de cambiar uno u otro de asiento para estar al lado y que se hiciera el viaje menos aburrido.
Al final después de tanto buscar la manera conseguimos un par de asientos juntos, la cosa empezaba bien; empezamos a hablar de cosas que hacer allí. Lo que era un viaje de placer en solitario se convirtió en una experiencia inolvidable. El avión cerró las puertas y los motores se encendieron, ella me agarró la mano; el despegue la ponía nerviosa.
-No te preocupes- la dije mientras acariciaba su mano-estoy aquí contigo y todo irá bien.
En ese momento ella me miró a los ojos y me dijo con su dulce y cálida voz.
-Gracias es la primera vez que alguien me sabe tranquilizar en estos momentos.
Ambos sonreimos y acabamos soltando una carcajada cuando por fin termino el ascenso del aparato.
La señal de cinturones abrochados desapareció y ya nos pusimos más cómodos. Ella se inclinó hacia mi apoyando su cabeza en mi pecho y empezó a contarme lo que yo me había imaginado del motivo de su ruptura con mi amigo; el chaval solo sabía ligarse a las mujeres pero luego mantenerlas era otra cosa; me explicó que había alguien más que la gustaba y por más que intentaba sacarle algo no había manera, eso me hizo pensar que podía ser yo.
Comenzamos a tontear en los asientos, picandonos con chorradas del curro y lanzando alguna que otra ficha para ver la reacción del otro; en un momento de esos nuestros ojos se miraron fijamente y nuestros labios poco a poco se fueron acercando hasta terminar juntandose en un beso cálido e inesperado por ambos.
-Perdona, no se que me ha pasado- dijo ella mientras sus mejillas se sonrojaban.
-No hay nada que perdonar, he de confesarte que llevaba intentando encontrar la manera de hacerte saber que me gustas; y a surgido así- la conteste confesandola lo que pensaba y quitando hierro al asunto.
-Pues ahora que lo dices...-empezó a decir ella con voz temblorosa-tu a mi me atraes mucho y ese era el principal problema con mi ex.
Esa confesión me dejo blanco, no esperaba para nada eso.
-Bueno ahora eso ya no importa, tu estas libre y yo sigo en mi línea- dije con ese tono picaresco que me caracteriza.
-Asi es- contestó mientras se acercaba a por otro beso.
El viaje ya estaba poniéndose interesante sin apenas haber despegado.
A mitad de camino nos entraron ganas de hacer travesuras, lo que empezó con cosquillas y escalofríos soplandola la nuca, paso a besos en el cuello y caricias en zonas bastante íntimas.
Pedimos unas mantas a la azafata para taparnos y una vez nos la trajeron la diversión paso a otro nivel.
Ella; que llevaba minifalda, tapo desde mas arriba de la cintura hasta las rodillas con la manta y yo deslizé mi mano por debajo de esta para empezar a estimularla el clitorix con mis dedos e ir calentando motores. Derrepente su mano se posó encima de mis vaqueros, primero desabrochó el boton y luego bajo la cremallera hasta que introdujo su mano en mis boxers y agarro mi miembro que de la excitación ya estaba erecto.
Comenzó a masajearle de arriba a abajo lentamente, en ese momento yo introduje un dedo en su vagina poco a poco, me dí cuenta de que estaba húmedo ya que se deslizó solo hasta dentro. Estuvimos así unos minutos hasta que en un arrebato ella se acercó a mi oreja y me susurro:
-Voy al baño, en dos minutos ven.
Y sin más se levanto y comenzó a caminar hacia el baño. A los dos minutos exactos me levanté de mi asiento y fui directo al baño.
Llamé a la puerta y al abrir me agarró de la camiseta y me metió dentro, me puso la espalda contra la puerta, comenzó a besarme y volvió a desabrochar mis pantalones con fiereza. Una vez desabrochados bajó mis bóxer, se sentó en la taza y comenzó a felarme el miembro con un hambre voraz. Esa situación me excitaba demasiado ya que siempre fué una fantasía que deseaba cumplir. La agarre el pelo para que no la estobase con una mano mientras con la otra acariciaba sus pechos. Estaba a punto de correrme pero no quería acabar así ese momento por lo que la paré, la levanté de su asiento y me senté yo. La hize poner una de sus piernas por encima de mis hombros y la quite el tanga para comenzar con mi lengua a comerla el coño con fiereza debido a la gran excitación que tenía.
Ella se agarro con una mano a la pared del baño y con la otra me agarraba del pelo para que no parase. Derrepente de un tirón de pelo me hizo frenar de golpe.
Termino de quitarse el tanga completamente y nada más hacerlo agarro mi pene, lo introdujo en su vagina y comenzó a cabalgarme como las amazonas, fuerte y salvajemente.
-Joder, jamás pensé que sería así de bueno- exclame excitado.
-Yo no sabía que se te diera tan bien- me dijo ella entre gemidos.
En ese momento cogí con mis manos su culo y la alzé; la empotre contra la puerta del baño y empezé a empujar más y más fuerte. Ella; con sus uñas clavadas en mi espalda, no podía reprimir los gemidos de placer en cada uno de mis envites. Para finalizar el encuentro la bajé, se coloco de rodillas encima del asiento improvisado y me pidió que la penetrara duramente y no parara hasta sentir como me corría dentro de ella.
Así lo hice; la separé un poco las piernas y de una embestida introduje mi miembro en ella que soltó un grito de placer que me puso más cachondo aún.
Mientras seguía dándole lo que ella me pedía una de mis manos se deslizo a su clitorix y a la vez que la empotraba la estimulaba con mi mano. Eso la hizo correrse salvajemente y comenzó a menear la cadera de una manera muy sensual hasta que consiguió que terminara por correme dentro de ella.
Así terminó el encuentro en el baño, no sin tener la suerte de que al salir nos tropezamos de frente con una azafata que debió escuchar lo que ocurría dentro o al vernos salir se lo imaginó.
De todas maneras una hora después llegamos a nuestro destino vacacional. Y los siguientes días estarían llenos de aventuras salvajes y momentos para recordar.
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Confesiones De Alcoba
Short StoryEsta historia no es apta para gente conservadora. Muchas de las cosas que se relataran en ella podrían escandalizar a cualquiera. No se trata de una historia de amor, simplemente es sexo. Algo que aún en estos tiempos se sigue considerando tabú po...