Volviendo al mercado(Meli, el reto)

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Normalmente cuando terminas con una pareja te refugias en tus amigos, ellos te animan a salir, a olvidarte de todo bebiendo y dándolo todo como si nada hubiera pasado. En este caso no fué diferente pero la vida siempre tiene sorpresas preparadas.
Me recojen en casa a las 20:30 para "tomar unas birras de tranquis"; con estos nunca pasaba eso de verdad.
El caso es que fuimos a un bar nuevo de la zona, entramos más por curiosidad que otra cosa me apoyé en la barra esperando que me atendieran y derrepente allí apareció ella, una mujer de media melena castaña, ojos verdes aceituna, unos labios sensuales y con unas curvas tan espectaculares que se podían apreciar incluso con el uniforme de camarera.
-¡¡Hola chicos!!¿Que os pongo?-pregunto con una voz tan dulce como hipnotizadora.
Tuve que contenerme para no soltar la primera cosa que me pasó por la mente al oirla decir aquello.
-Por ahora pon 4 medias Mahou-respondió mi amigo Dan al ver que yo me había quedado idiotizado mirandola.
-¡¡Espabila que te has quedado tonto nene!!-me dijo Samuel acabando la frase con una colleja que me hizo reaccionar.
-Max pilla las birras y vamos a la terraza-dijo Dan arrastrandome a la calle.
Nos sentamos afuera y empezaron a hablar de que pubs, garitos y discotecas podíamos visitar por la noche, yo estaba callado, pensando en esa mujer que acababa de ver en la barra.
-¡Tío quítate ya la empanada de encima!-esta vez fué Max quien lo dijo.
Quizas tengan razón y deba dejar de pensar tonterias.
Entablé conversación con el resto para terminar de decidir el plan de más tarde.
Nos entró hambre y pedimos algo para picar antes de marchar, unas croquetas, unas patatas, rabas...vamos picoteo vario.
Derrepente salió ella a traernos la comida y otra vez me quede embobado mirándola; esta vez todos se dieron cuenta. Ella regresó a por el resto de platos que faltaban.
-¡No hay huevos a pedirla el número de teléfono!- dijeron al unísono Max, Dan y Samuel.
-¿Pero si ni sé su nombre, estáis locos o qué? - respondí mientras mi cara se ponía colorada.
Derrepente ví como salía de nuevo ese monumento de mujer con los últimos platos que faltaban en nuestra mesa, me armé con todo el valor que encontré dentro de mí y cuando posó todo y se disponía a volver adentro la cogí de la mano y seguido la dije:
-Tengo dos cosas que pedirte, la primera otras 4 cervezas y la segunda que necesito saber el nombre de una chica así de preciosa.
Élla se quedó mirandome extrañada y cuando pensaba que lo próximo era darme una bofetada...
-Me llamo Melissa, pero me llaman Meli- me dijo con una sonrisa en la boca.
Mis amigos no podían creer que algo así hubiese funcionado, la verdad es que yo tampoco lo esperaba.
Cuando Meli trajo las cervezas la dije que si por favor tenía dos minutos para hablar de una cosa.
-Pasa dentro y dímelo-esas fueron sus palabras
Entré al bar dejando a mis tres amigos en la terraza, fuí lentamente hacia la barra y allí le dije:
-¿Puedo pedirte un favor?Estos idiotas que tengo de colegas me han retado a conseguir tu número, cuando traigas la cuenta pon detrás alguno, aunque no sea el tuyo.
-¡Joder que cabrones tus compañeros! Tranquilo eso esta hecho- contestó terminando con un guiño la frase.
Salí de nuevo a encontrarme con Samuel, Dan y Max. Pasados unos diez minutos les dije:
-Ahora viene cuando perdéis y esta noche bebo gracias a vosotros.
Los tres me llamaron flipado y se reían mientras yo me giré y le hize el gesto de la cuenta a Meli.
Hay venía ella con ese bamboleo hipnotizante de cadera, esos ojos verdes y esa boca que incitaba a pecar.
-Aquí tenéis chicos-nos dijo posando en la mesa la nota.
Sabiendo que estaba hecho me adelanté a todos cojiendo la nota.
-Está va por mi cuenta chavales, me siento tan afortunado que os invito antes de que veáis como se hace.
Llame a Meli para que cobrase la ronda.
Recogió la nota y cuando se disponía a irse fué cuando la senté encima de mí y la dije:
-Hoy tuve la suerte de salir, de conocer una chica como tú y dime que voy a tener la suerte de poder invitarte a algo cuando salgas de aquí.
Meli no dijo nada, se levantó y se fué directa a la caja registradora. Regresó rápidamente con la nota y la vuelta. Todos estaban espectantes para ver si tenía el número o no, yo sabía que falso o no; un número habría. Giré el papel y así fué un número y debajo una frase, salgo a las 23:30 llámame.
No sabía si era una broma por la forma en la que lo dije delante de mis amigos o que ocurría asique rápidamente guarde el número y comprobé que en realidad era el de élla.
-Ya te guardo y al salir te pego un toque- se la escuchó susurrar al otro lado del teléfono y seguido colgó.
No daba crédito a lo que estaba sucediendo pero ya que surgió porqué no aprovecharlo.
Cuándo dispusimos a marchar entré al baño del local antes de cojer rumbo a nuestra primera parada y al salir escuché
-Luego nos vemos guapo- era Meli dejandome claro que aceptaba mi invitación de antes.
-Eso está más que hecho linda- respondí sonriéndola.
Dan, Max y Samuel no daban credito a todo lo que había ocurrido en el bar y decían que se estaba quedando conmigo que no iba a venir.
Pasadas las 00:00 sonó mi móvil, lo saque de mis vaqueros y contesté; era Meli.
-Perdona que sea tan tarde pero quise pasar por casa para cambiarme, ¿donde te encuentras?- se escuchó a traves del teléfono.
La dí las señas de donde nos encontrabamos y a los veinte minutos apareció allí, mis amigos se quedaron alucinados y muertos de la envídia. Ella al final vino y eso algo quería decir.
Saludó a todos con dos besos y acto seguido me cojió la mano y me arrastró a la barra.
-Ahora te toca cumplir lo prometido antes- me dijo al oido- y ya veremos en que termina la cosa.
Esas palabras me pusieron muy nervioso, empezamos a hablar de nosotros mientras Dan y Max no perdían tiempo en la discoteca buscando chicas para bailar e intentar terminar la  noche por todo lo alto. Samuel se dedicaba a hablar con el camarero ya que este parecía entender.
Después de varias copas y unos cuantos bailes con Meli llegaron las cinco de la madrugada y la noche siguiente tenía que trabajar.
-Estoy muy agusto contigo pero mañana a las 20:00 entro a trabajar- la dije poniendo ojitos como de pena.
-¡Solo una más porfavor!- me dijo agarrando mi cintura y llevándome hacia la barra.
Nos tomamos un chupito de tequila y derrepente me llevo hacia los baños del garito.
No supe como reaccionar, asique me deje llevar por la situación.
Entramos al baño de mujeres, cerramos la puerta y allí empezó todo.
Se sentó en el vater, me desabrochó el pantalón y metió su mano en mis boxers para sacar mi miembro de él.
Empezó a masajearle mientras me miraba lascivamente.
-¿Hubieses imaginado esta tarde todo esto?-pregunto mientras se levantaba su falda negra.
-La verdad, no; pero tampoco me arrepiento de ello- la contesté cojiendola del culo y levantándola a la altura perfecta para ensartarla con mi falo erecto.
Era la primera vez que hacía algo así.
Mientrás la subía y la bajaba, sacó sus pechos por encima del top rojo que se había puesto para la ocasión, eran unos pechos turgentes, del tamaño perfecto y bonitos. Mientras seguiamos follando, besaba sus pezones entre gemidos de placer, la música no consiguió tapar el sonido de esos momentos de éxtasis y alguién golpeó la puerta, cosa que solo pareció excitarnos más.
Acabamos corriendonos mientras sonaba "It's my life" en la discoteca; ahora en frío lo recuerdo y tiene su gracia.
Me abroche los pantalones, la besé y abrí la puerta para salir. La chica que golpeó la puerta me miró mal pero no me importó, fuí en busca de mis amigos para la recojida.
Meli salió del baño, me abrazó por detrás, me besó el cuello y me susurró al oido:
-Llámame el próximo día que libres, quiero repetir-se giró para marchar y la agarré de la mano, la giré y la besé.
-Claro que lo haré- dije haciéndola un guiño.
Así empezó una etapa algo extraña, con una nueva mujer en mi vida y con varias confesiones que poco a poco daran paso a cosas realmente provocadoras.

Confesiones De AlcobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora