Confesiones De Alcoba

Lujuria en la isla.

Primer día en Tenerife, despierto en la habitación de hotel y me preparo para bajar a la piscina a darme un chapuzón antes de desayunar. Cojo mi bañador, una toalla y las chanclas y me dirijo a abrir la puerta de mi habitación; abro la puerta y me encuentro de frente con ella.
-Venía a ver si querías darte un chapuzón conmigo antes de comenzar el día- me dijo sonriendo apoyada en el marco de la puerta.
-Por supuesto, que mejor manera de comenzar el día- contesté con picardía.
Ahí estaba ella, con un bañador azul celeste que demarcaba su escultural cuerpo y además lucía muy bien con el tono moreno de su piel. Comenzamos el camino que llevaba hasta el ascensor comentando que cosas de podrían hacer por ahí y que lugares nos gustaría visitar. Como es de esperar los gustos son diversos y no siempre coinciden por lo que empezamos un pique dejando caer que el sitio de uno era mejor que el de otro y así. Cojimos el ascensor para bajar a la piscina, dentro de este ya se notaba la tensión por lo ocurrido en el avión de camino a esta maravillosa isla.
Nos miramos a los ojos y nuestras cabezas fueron acercándose hasta que nuestros labios terminaron juntándose en un gran beso lleno de pasión.
Las puertas del ascensor se abrieron al llegar a nuestro destino, era una piscina natural en la que el agua se renovaba constantemente gracias a su situación al lado del mar.
Dejamos nuestras cosas sobre unas hamacas y fuimos poco a poco acercándonos al borde de la piscina.
- ¿ Estará muy fría el agua?-me  preguntó cuando justo llegamos al borde.
- No cre....- y sin dejarme contestar me empujó a la piscina a traición.
- Jajajaja has caído en lo más antiguo que hay - dijo entre risas, mientras miraba mi torso empapado.
- Me cogiste por sorpresa- respondí.- y aparte creo que me he torcido el tobillo- añadí
Todo era una farsa, mi tobillo estaba perfectamente, pero ella preocupada se acercó y extendió su mano para ayudarme a salir de la piscina.
- Ya eres mía- grité al mismo tiempo que agarraba su brazo y tiraba de ella hacia mí.
Tiré de ella y cayó al agua también. Al salir a flote comenzó a perseguirme con intención de devolverme la jugada pero yo nadaba alejándome para evitar represalias. Pasados unos minutos deje de nadar y se acercó a mí, en ese momento pensé que venía a hacerme una aguadilla pero no.
Rodeo con sus piernas lo cintura y nos fundimos en un apasionado y húmedo beso que parecía no tener fin. Al terminar el primer baño de la temporada; decidimos ir juntos al buffet a comer algo para despúes pasar una tarde de relax; o eso pretendíamos en principio.

Cuando estábamos con los postres; empezamos a juguetear con la nata de la tarta, manchándonos la nariz y embadurnándonos la cara. En ese momento se abalanzó sobre mí y me comió la boca. Dejandonos llevar por el momento nos levantamos y rápidamente nos dirigimos a su habitación donde comenzamos a desnudarnos.

Nuestros cuerpos se pegaron y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo; era la primera mujer que me imponía de tal manera, su cuerpo esbelto, sus pechos firmes y preciosos, esa cadera perfecta y esas piernas tan hermosas que no parecían tener fin. Nos empezamos a besar por todos los rincones del cuerpo, hasta terminar tumbados en la cama del hotel. Quise empezar tomando la iniacitiva pero ella me lo impidió poniendome con la espalda contra el colchón; se puso encima de mí y comenzó a cabalgarme como si de una amazona se tratara, mientras yo no podía concentrarme en otra que no fuera admirar sus pechos que se balanceaban arriba y abajo con cada uno de sus movimientos. Puse mis manos en su cadera para intentar invertir la situación ya que estaba tan excitado que mi impulso fue dominarla yo a ella.

La tumbe en el colchón y la embestí con fuerza; dado el grado de excitación que ambos teníamos no tardaríamos en llegar al climax. Mientras llegaba el momento clavó sus uñas en mi espalda con fuerza y eso hizo que nos corrieramos al tiempo. Sus uñas dejaron marcas en mi espalda que tardaron días en sanar pero aún con eso; fue una experiencia única e irrepetible que ambos recordamos a día de hoy aunque ya hayan pasado varios años de este encuentro