Capítulo 4

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Y llegó el jueves a las 3. Hicieron el trabajo al principio sin hablar mucho, pero luego riendo. Bueno, él reía más que ella pero era un comienzo.
La tarde no parecía terminar y eso era lo que querían. Porque llegar a su casa significaba muchas cosas para ambos y no necesariamente buenas.
Pero nada dura para siempre y el mágico momento que habían creado se esfumó en el cálido aire otoñal. La biblioteca cerró y ellos se despidieron hasta el próximo día.
  Volvieron a donde sus demonios comenzaron, pero felices. Él creó una esperanza en ella que nunca creyó posible. Y ella se transformó en algo que él nunca esperó.

Media sonrisa sobre su caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora