—Eres una princesa...—comenzó a decir Nathan.
Ella empezó a reir. No una risa verdadera, esa hermosa risa que a Nathan le gustaba, sino sarcástica. Una risa falsa y amarga.
—¿Yo? ¿Una princesa?—lanzó otra carcajada.—Las princesas viven en mundos de ensueño. Viven felices y siempre superan las adversidades. Tienen un pruncipe de brillante armadura que las protege. Todos las aman y las adoran, siempre sonrientes. Yo no soy así y nunca podré serlo.
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Media sonrisa sobre su cara
ContoElla era una chica con media sonrisa sobre su cara. Solo muy pocos saben porqué. Para la mayoría, ella es feliz. ¿Pero por qué? ¿Por qué solo hay media sonrisa sobre su cara? ¿Por qué solo pocos saben la razón? Nathan es solo otro chico normal...